Capítulo 12. Proteger

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Ay... Que triste es la pérdida... XD me aventé este capítulo en un día, en UN DÍA, estuve procrastinando toda la semana yyyyyy, lo que me vino a animar fue esa hermosa sonrisa, si si, esa hermosa sonrisa.
Estoy muy feliz porque Apocalipsis tiene ya más de 1K jeje y El Sultán ya pasó los 40K y el otro cuyo nombre es demasiado largo jaja ya esta a nada de los 10k, y me pone feliz. Por otro lado, estas últimas semanas subí dos capítulos cada una, jueves y sabado o domingo pero, no sé si podré hacerlo esta vez, me esforzaré de cualquier modo, espero que les guste.

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Relajado, sería la mejor palabra para definir como se sentía. Feliz, definitivamente. Sobre la cama, de lado, con el cuerpo semi recargado en el más pequeño debajo suyo, besando esos delicados labios, corto, gentil, satisfecho. Una suave y desnuda pierna le acariciaba la cadera. Y una delicada mano le atraía por el cuello mientras él abrazaba una delgada cintura.

Tocarlo era como tocar el cielo, tal vez ni siquiera eso se comparaba. Era dichoso solo de sentir el roce de sus afelpados labios, en caricias tan suaves, como si besara los pétalos de una rosa. Ver el brillo que fulguraba en las pupilas esmeraldas del omega bajo su cuerpo, le traía una especie de calma que no había tenido nunca. Por un instante nada le importaba más que Izuku, el mundo entero desapareció, solo eran ellos dos.

Hasta que tocaron la puerta.

—Chicos... —era la voz de Neito, el único que se atrevió a interrumpirles —Lamento profundamente interrumpirles pero, hay trabajo que hacer y pues... Tenemos que salir en 25 minutos Izuku.

El peliverde comenzó a reír, besó una última vez los labios del alfa y se apartaron.

—Gracias Nei, ahora bajo.

Se duchó a velocidad rayo, regresó a cambiarse y dejó la habitación cuando Katsuki regresaba de su propia ducha.

—Apenas me dará tiempo de comer algo —le dijo antes de abrir la puerta —nos vemos por la noche Kacchan.

—Adiós —alcanzó a decirle cuando se colocaba un pantalón limpio. Terminó de cambiarse y tomó su reloj.

8:30. Era la primera vez que se despertaba después del alba. Miró el radio sobre el mueble y suspiró. Dio la vuelta pensando: "Igual ni siquiera sé si me oye" tomó el picaporte y suspiró de nuevo.

Arrepentido, volvió por el radio y presionó el botón.

—Soy yo —dijo —lamento la hora pero, pasaron algunas cosas... Aquí estoy, Kirishima.

Esperó unos segundos y perdió la esperanza rápidamente, cuando estaba por devolver el aparato la intermitencia lo detuvo.

Katsuki... —era él, por primera vez en meses, lo escuchana otra vez. —Estoy aquí, yo... Ayúdame, por favor.

Sus ojos se abrieron en sorpresa.
—¿Qué ocurrió?

La voz temblorosa y desesperada que le respondió le causo escalofríos.
Eran demasiados, creí que resistiríamos, pensé que podíamos pero... Salieron de la nada. Eran más de los que esperamos y... Y salieron todos al mismo tiempo, y yo... Apenas pude escapar, perdí a Denki, no sé dónde está mi bebé, Inasa regresó por Todoroki y no lo volví a ver, no tengo idea de dónde esta Mina, yo... Creo que estan muertos, los demás no... Aún escucho como se la comian yo... Katsuki ayúdame por favor, ya no sé qué hacer.

Podía sentir su desesperación, era la primera vez que le escuchaba tan deshecho. El Kirishima que siempre era alegre y positivo, estaba llorando desconsolado.

          

—¿En dónde estás?

En el techo... Justo donde mate a Shigaraki... Vi a Denki entrar en la torre pero, no ha salido al techo así que estoy preocupado...

No había tiempo para derrumbarse. —¿Cuánto tiempo llevas ahí?

Desde la noche.

Katsuki calculó rápidamente en su cabeza, conociendo las rutas ahora, tal vez llegaría en un día, si se daba prisa.

—¿Tienes algo contigo?

La mochila de emergencia y mi pistola... —se oía más calmado.

—Si puedes hablar con los demás, diles que aguanten, estaré llegando a más tardar mañana.

—¿Mañana?

—Lo sé, sé que es mucho tiempo, por favor resiste, te prometo que llegaré.

Estaremos esperando, Katsuki.

No respondió, rápidamente tomó una mochila, metió la ropa que siempre usaba cuando salía, su sobaquera, el cinto del tobillo y su cinturón táctico. No había tiempo de nada. Iba de salida cuando recordó dónde estaba. Volvió y abrió de nuevo su mochila, metió unos pantalones y una sudadera que no eran suyos. Tomó sus botas y las de Izuku.

Bajó corriendo las escaleras. —¡Izuku!

Pero cuando llegó al fondo él unico que lo recibió fue Rody.

—Ya se fueron.

El castaño vio la bolsa que traía y la angustia en su cara. —¿Qué pasa?

—Tengo que salir.

—¿A dónde?

—La prisión cayó, Kirishima y los demás están en peligro.

—¿Qué? —quedó descolocado, por supuesto, nadie sabía que él aún tenía como contactar a la prisión. —¿Cómo sabes eso?

—No hay tiempo de explicar, ¿vienes conmigo?

—Claro —que no hubiera duda en la voz de Rody le dio una calma impresionante. —¿Qué hago?

—Busca a los demás, si Tokoyami y Shinso están de acuerdo quiero que vengan también, iré a hablar con Redestro.

Ni siquiera escuchó la confirmación de Rody cuando ambos ya corrían por caminos opuestos, el castaño a buscar a los demás y Katsuki a la casa del líder.

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—¿Y esas botas? —le preguntó su hermano.

Neito miró a sus pies y sonrió por las botas estilo militar que llevaba ese día. Eran su pequeño secreto.

—¿Te gustan?

—Nunca te había visto usar algo así.

—Son un prototipo, la parte de la suela está hueca, saqué la idea de la pelea contra Shigaraki, él tenía una...

Repentinamente la puerta se abrió, Camie apareció por ella.

—¡Hay problemas!

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—Claro, lo que necesites —le dijo Destro. —Si quieres puedo hacer que Geten te acompañe, algunos de sus hombres son...

—Gracias —le interrumpió Katsuki —pero tengo a suficientes.

Destro levantó las cejas sorprendido por la afirmación. —Vaya, bueno, está bien entonces. Ve con cuidado.

Katsuki agradecía que Destro haya sido comprensible con su situación, aunque la rapidez de su respuesta también le causó algo de duda, pero no había tiempo para eso.

ApocalipsisWhere stories live. Discover now