Capitulo IV

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¿Dancing Quien?


A eso de las 4, decidimos volver para la civilización. La triste realidad.
Ella fue por su lado y yo por el mío.

Sola hice mi trayecto hacia mi casa, escuchando un poco de música viendo los pájaros volar por el cielo gris. Admirando la libertad con la que planeaban con la brisa otoñal.

El clima seguía siendo caluroso, pero se sentía en el aire la llegada del otoño, y en los huesos, nada peor que el calor húmedo; Ya tenía que usar una campera, aunque seguía siendo practico usar una musculosa debajo de una manga corta, solo por las dudas... ya era la época de capas de ropa, chocolate caliente en el sillón viendo películas con una manta encima.
Pero aun que ya no era la etapa de andar por las calles de noche reuniendo gente para alguna reunión clandestina en el lago, socialmente al menos, estabas obligado a asistir ya que eso te hace pertenecer al grupo de los que "todos conocen". En fin, estatus social, ya saben, cuanto mas hablen de ti mejor, al estilo Regina George.

Llegue a mi casa, e inmediatamente prendo la televisión para tener algo de compañía y subí a dejar mis cosas y ya que estaba cambiarme a unos shorts de bicicleta para más comodidad, aproveche y ordene un poco ya que Nao vendría a cenar para luego salir por ahí...

Cuando mi amiga llegó nos pusimos a cocinar la pasta con mucho, pero mucho queso, crema de leche y un poco de jamón para darle un plus, los famosos macarrones con queso, mi mejor amiga, música a todo volumen y un poco de vino con gaseosa porque mucho no nos gustaba.

Así pasamos el inicio de la noche.

Bailando, bebiendo; pausa para comer viendo series, y luego seguir con música mientras limpiábamos.

Ambas nos acostamos en mi cama, mirando el techo, algo mareadas empezamos a buscándole formas a la madera y soltando sin filtro nuestros pensamientos.

-Estoy exhausta- dijo luego de un suspiro profundo.

- ¿Y aun así quieres salir? Conviene quedarnos viendo películas.

- No hablo del día, hablo de mi vida. Tengo unos temas en mente que no encuentro solución aun, y me desgasto pensando ¡Me dará migraña un día de estos! Necesito unas vacaciones de la existencia misma. – Se tapo el rostro con mi almohada y largo un largo y ruidoso suspiro, casi como un grito de hartazgo.

Yo me quedé en silencio. Me sentía casi igual, solo que en modo automático. Aburrida de la existencia.
Flotando en un inmenso río, sin dirección, sin brújula ni mapa que me guíen en el camino de la vida.
Sentía que debía buscarle la dirección a mi vida.

Naomi se levantó, al instante que sonaba una rapera estadounidense que, por alguna razón también aumento mi libido. Ella empezó a revolver mi armario; saco la bolsa de disfraces que tenía desde pequeña, y se puso una boa de plumas y unos anteojos de corazón.

Bailamos cada una con su boa y anteojos, divas y sensuales al ritmo de la música y además yo con una tiara que sorprendentemente estaba intacta a pesar de los años. Yo era la "Dancing queen" en el desfile de mi cuarto.

Dieron las 10 y nosotras queríamos fiesta. Con algunas cuantas copas de alcohol encima, el baile esquizofrénico, las ganas de celebrar mi cumpleaños se fueron acumulando y pasamos de un baile infantil a empezar a elevar la temperatura en el ambiente.

Ella me tira una chaqueta de cuero, con felpudo dentro, de color rojo escarlata. Era de mi madre.

-Vamos a divertirnos. -Me toma de las manos y me para frente al espejo- ¡Mirate! Bellísima, me encantan como te queda ese cargo negro con las botas marrones, y esa chaqueta hace juego con tu pelo cobrizo- me toma uno de mis largos mechones y lo usa como bigote. Ambas nos reímos.

No sabía si era el alcohol, la timidez por el análisis de Naomi, o de tanto bailar, pero mis mejillas rosáceas hacían destacar mis ojos color miel y combinaban con la chaqueta que eligió mi amiga. Estaba bonita, no podía negarlo.

Seguí a mi amiga, y salimos rumbo a la plaza cercana al bosque donde según ella estaría la fiesta.

Caminamos bajo las estrellas, riendo y hablando de la astrología, Naomi sabía mucho de eso, así que me enseñaba cada día un poco de sus conocimientos, según ella siguiendo su deber de Geminiana, transmitiendo los saberes aprendidos.

-A ver a ver ¿me estás diciendo, entonces, que mis enojos de hoy y todas mis emociones en sí, tienen que ver con que estamos con la luna en escorpio? -me hacía reír la idea de que mis emociones dependieran de bajo que signo estaba la luna, ridículo. - No creo, porque hace unos meses también me enoje mucho con mi papá y según tu estábamos con luna en... ¿Aries?

-Si, y son dos signos fuertes, de hecho, eres de Aries, y vaya a saber si no tienes luna en escorpio, tienes emociones muy profundas y oscuras -se reía mientras hacía mímica como de una maraña turbulenta a la altura del corazón, representando a mis sentimientos. Ya más seria añadió- Ya en serio, piénsalo ¿porque si la luna afecta a la marea de los océanos que son 100% agua, no nos va a afectar a nosotros que somos un 70% agua?

-Bueno, , puede influir, pero no debe ser la regla, no creo que tú también te hayas sentido como yo.

-No, pero si me sentí muy frustrada, también tuve un conflicto en el día. Pero yo tengo luna en Acuario, soy más desapegada, además tengo ascendente en Tauro, soy más calmada que vos. Bueno en teoría...

- ¿Y yo donde tengo el ascendente? ¿cómo se eso?

-Debo hacerte la carta natal, mañana cuando este en casa me pasas tus datos de nacimiento y la calculo.

Asentí, pensativa mirando la calle iluminada apenas por faroles que pedían un cambio de bombilla, cuando vi a lo lejos un gato negro cruzar rápido la calle y subir por los tejados para desaparecer en la oscuridad.

En la siguiente esquina, a lo lejos vi una figura musculosa que identifiqué, aunque este bien cubierto de abrigo además de la típica chaqueta de cuero.
Simón era reconocible a distancia, y aunque no era un gato, también destacaban bajo la tenue luz de los faroles de enfrente.

- Al fin - dijo sacando sus manos de los bolsillos y dando un paso en nuestra dirección- Las estábamos esperando hace rato.

- ¿Estábamos? -digo confundida.

De atrás salió Demian, vestido todo de negro, con un gorro que aplastaba sus rulos dejando salís apenas a tres que le bailaban en los ojos verdes esmeralda.

-Señoritas ¿vamos? -dijo sin sacar sus manos de la chaqueta de cuero apuntando en dirección a la plaza que estaba en el límite del bosque. Acto seguido comenzó a caminar sin esperarnos. Simón hizo seña con la cabeza de "andando" y ambas los seguimos, charlando un poco, bueno más Naomi con ellos que yo.
Simón y Nao tenían un gusto especial por un libro o juego extraño de fantasía, al estilo hobbit, a decir verdad no era de mi interés así que solo dejaba divagar mi mente caminando junto a Demian que, aunque también estaba silencioso, acotaba a la charla con total normalidad.

-El Golem de hielo es difícil de pasar, pero si utilizas bien los elementos puedes defenderte, a mi se me hizo fácil. – Decía mirando para adelante.
- ¿Juegan los tres a un juego online? – pregunte intentando mantener una charla fluida al menos.
- Algo así – Naomi titubeo- es juego de rol, con una historia, mitología y otras cosas...
-Oh, algún día quizás puedo sumarme- digo con una sonrisa. 
-Si, claro.

Y siguieron hablando entre ellos.


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 Llegamos al 4to.
Y ya falta cada vez muy poco para que la verdad se asome.
Vamos conociendo un poco más de ella, del pueblo y sus habitantes!

Esten atentos al Instagram! Ahí les contare cuando saldrá el especial de halloween, hare encuestas y estaré respondiendo preguntas.
 Una vez más, gracias por leer, gracias por estar. 


Con mucho cariñito, Vee.

OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora