Ninguna de las franquicias aquí es de mi autoría, crédito a sus autores.
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Ritsuka Fujimaru, alias Gudako, la ultima master de la humanidad estaba teniendo una de esas veces.
Si, de esas veces que no había dormido durante días, aunque en realidad solo había pasado uno, pero el estrés mental que tenia la hizo sentir como una semana.
"Senpai, aquí esta la información que pidió" Su kohai, Mash, le entrego una tableta de información que había pedido de antemano.
"Gracias, Mash."
Reviso por no se que vez el documento que tenia en la mano.
Jean d'arc:
-hermano mayor de Jeanne d'arc.
-hijos: desconocido.
-linaje: desconocido.
-paradero: ultima vez visto meses después de la muerte de su hermana.
No tenia sentido. Incluso su hermano Pierre tenia mas información de lo que fue con su vida. Incluso el padre de Jeanne tenia una estatua en su antiguo hogar incluso en la actualidad.
Pero este hombre desaparece por completo del mapa como si se hubiera esfumado.
"Ellos deciden no ser recordados..." Gudako recordó las palabras antes dichas y pudo ver el sentido.
"Podríamos preguntarle a Jeanne-san al respecto?" Mash ofreció ya algo preocupada.
Gudako la miro.
"En realidad me gustaría hacer eso al ultimo, estamos hablando de su hermano después de todo. ¿que le digo? Tu hermano se convirtió en una calaca en llamas por tu muerte, no quiero saber que pasara con ella si se entera de eso."
El sueño aun permanecía fuerte en su cabeza.
Había pregunta a Gilles Caster el como había creado a Jeanne Alter y el respondió que en realidad había sido sencillo.
Que el odio que sintió por tal acción fue lo que hizo que el Grial reaccionara, pero que por un momento pudo sentir que lo observaban desde algún otro lado.
Ella suspiro cansada.
"En serio, esto esta empezando a ser agotador."
Estaba luchando con uno, pero estaba segura que habían muchos mas en ese espacio oscuro que vio en sus sueños.
"...Y si le hablo a Avenger?" La pregunta surgió en su mente de modo casual. Incluso si sabia que no eran la misma persona, estos sueños vienen de el.
"Podría ser una buena idea, aunque no e visto a Avenger-san salir de su habitación desde ayer."
Gudako miro a Mash un momento, y al segundo siguiente salio de la habitación a paso rápido para sorpresa de su Kohai.
"Senpai, espera!" Mash corrió justo detrás de Gudako.
Recorrieron todo el camino mientras la pelirroja ignoraba a cada Servant que le hablaba generando que Mash se disculpara con cada uno.
Cuando llegaron a la habitación, Gudako se detuvo en la puerta.
Ahora que estaba en frente sintió una extraña sensación de ansiedad, pero se la trago y continuo de todos modos.
"Avenger, puedo pasar?" Llamo a la puerta en busca se respuesta.
Por un momento hubo un pequeño estruendo que la sobresalto para que luego hubiera silencio. Estuvo a punto de abrir la puerta cuando esta justamente se abrió y el esqueleto en llamas la miro directamente.
"Necesitas algo, Master?"
"...me entere que no haz salido desde ayer ¿esta todo bien?"
Avenger pareció desconcertado por un momento por las palabras de Gudako, pero el desvió el tema.
"Estoy bien, Master" admitió Avenger. "En todo caso, ¿tu estas bien? Te vez cansado."
"¿y de quien crees que es la culpa?" la pelirroja por lo bajo haciendo que Mash gimiera.
"Senpai..."
Hubo un momento de silencio el cual Avenger no tardo en aprovechar.
"Bueno, creo que pase mucho tiempo dentro, iré a la cafetería." Estiro su cuerpo y empezó a irse por el pasillo.
Gudako lo vio irse y doblar la esquina para salir de su vista. Suspiro irritada y dio un ojo a la habitación de Avenger y se congelo.
Mash quedo en un estado similar cuando vio la habitación.
La cama estaba dada vuelta, las paredes estaban quemadas y había cortes en todas partes como si hubiera peleado con alguien o algo lo hubiera atacado.
Un dolor de cabeza estaba por venir y Gudako lo sabia.
Se dice que tu habitación es un visto a la mente a tu mente. ¿entonces que era esto?
De alguna manera era aterrador preguntar.
Y desde otros puntos en Chaldea, la situación estaba siendo observada.
"Que es lo que opinas?" Caster Gilgamesh pregunto al otro Caster a su lado.
"Es inestable" respondió Merlin con una expresión seria. "Es probablemente el mas fuerte que a habido, pero su mente es demasiado inestable."
Gilgamesh reflexiono sobre esto, ya que para empezar un espíritu de la venganza no debería de haber podido convertirse en un espíritu heroico. Eran seres similares, pero trabajaban y funcionaban en modos diferentes.
"Aun así, que su mente este así de... alterada no es normal."
Merlin asintió. "Los sueños de la maestra han sido de diferentes espíritus de venganza en el tiempo y solo del que esta presente."
Gilgamesh abrió los ojos. "Entonces es posible que..." se cubrió la boca con la mana y sudo frio.
"Es probable que la maestra haya traído algo mas que un simple espíritu de venganza."
La idea que tenían era aterradora, pero algo no terminaba de cuadrar, y eso seria la imposibilidad del hecho. Pero aun así, el tema que mas preocupaba a Merlin era otra cosa, ya que la persona que había bajo ese fuego y acero estaba en medio de la tormenta, o tal vez el mismo sea la tormenta.
Un corazón con un sueño hermoso, uno donde nadie tendría que llorar, pero el corazon estaba retorcido con el vacío, que en un futuro fue llenado por el amor y la esperanza, pero siempre hubo un pequeño hueco que no fue cicatrizado por completo. Uno que fue llenado por la rabia y la venganza.
La justicia y la venganza solo eran las caras de la misma moneda si eran vistas de cierta perspectiva.
Si no podías salvar a alguien, pues véngalo.
Y al llegar a esa conclusión fuiste indigno.
"¿Eso es lo que pensaste, joven?" Merlin dijo para si mismo mientras sus clarividencia se posaba en el espíritu de la venganza y luego en su estudiante. "No creo que ella piense eso nunca, no, lo confirmo."
Caster Gilgamesh miro a su compañero Caster, ya que según parecía el hombre tenia un contexto que a el el faltaba.
El solo veía al espíritu de la venganza desde su perspectiva. Ese día en su juventud junto a Enkidu, la primera y ultima vez que lo vio. Aun lamentaba haber incitado esa pelea, ya que quien salio peor en eso no fue otro que su amigo.
