Şahnaz se derrumbó al ver su rostro en el espejo, sangre seca y grandes moretones. Se dirigió a un rincón y empezó a llorar incontrolablemente.
Después de un tiempo, vio las puertas siendo abiertas, se sorprendió al ver al Sultan entrar lentamente. Se quedó quieta en su rincón, dejó de llorar y cubrió con sus manos su rostro.
─Déjame ver ─pidió Murad, agachándose a su altura
Al principio, Şahnaz se negó, pero apartó sus manos y tragó saliva ante la idea de ser rechazada por su rostro golpeado. Vaya sorpresa se llevó al ver cómo la fuerza del Padişah la levantaba y la cargaba de vuelta a la cama.
─Farya no quedará impune ante esto.─le dijo, con su mano acariciando la mejilla de su favorita
─De igual modo, mi rostro ya no es adecuado para usted.─apartó la mirada, las lágrimas se acumularon en sus ojos
─Siempre serás bella a mis ojos.─murmuró, besando su frente antes de irse
Fecha: 4 de Junio, 1636
Continuó postrada en la cama, apenas si comía, y solo lo hacía cuando el Sultan estaba con ella. Pero aquel día, un desmayo la agarró desprevenida, de inmediato ordenó que la revisara una doctora, y por si acaso, una partera también.
─¿Que le paso a Şahnaz? ─Murad se preguntaba, dando vueltas en la entrada de los aposentos. Se detuvo en seco al ver a la partera salir con una sonrisa─Su majestad.
─¿Que le pasó a la Hatun? ─preguntó, extrañado al ver la sonrisa de la partera
─Felicidades, Şahnaz Hatun está embarazada.─finalmente confesó, con gran emoción.─Tiene más o menos un mes de embarazo.
Sin decir nada, entró en los aposentos, encontrándose con una adormilada Şahnaz, que respiraba tranquilamente.
─Majestad.─sonrió ligeramente
Murad le dió un beso, demostrando lo feliz que estaba por la noticia.
Fecha: 2 de Octubre, 1636
Ahora la favorita del Sultan tenía cinco meses de embarazo, todo iba como debía ser.
Şahnaz estaba rodeada de mujeres que adulaban su embarazo, algunas con las que tenía confianza dejaba que tocaran su vientre. Le encantaba comer dulces, además que se negaba a comer carne, solamente frutas.
─¡Atención! La Sultana Farya está aquí.─la francesa dejó caer el jugo entre sus manos al escuchar como la mujer que la había golpeado era anunciada
Todas se dispusieron a reverenciarse, y de mala gana, la joven embarazada hizo lo mismo.
─Şahnaz Hatun.─la Haseki llamó
Sin temor alguno, se acercó con sus manos en su vientre, en el fondo, estaba asustada por lo que la mujer frente a ella pudiera hacerle.
─Estás embarazada.─observó el vientre abultado
─Lo estoy, tengo cinco meses.─alardeó con una suave sonrisa
Farya sonrió levemente y extendió su mano y con cuidado tocó el vientre, al principio Şahnaz retrocedio, pero decidió dejar que lo acariciara.
─Parece que tendrás gemelos, como yo.
─Sería una gran alegría, mi Sultana.─ella sonrió.─Y por cierto, las Sultanas Hafsa y Rabia la extrañan, desean ver a su madre.
─Iré a verlas.─sonrió ligeramente antes de irse
Fue bastante extraña la actitud de Farya, paso de ser impulsiva, ahora era más pensante, más tranquila. Causó sospechas en la joven francesa.
─Şahnaz Hatun.─Hacı Agha la llamó.─La Sultana madre desea verla.
─De acuerdo, Hacı.
Más tarde, Şahnaz caminaba hacia los aposentos del Sultan con prisa, ya que por misma orden de el, fue llamada.
Murad era conocido por tener ataques de ira, desarrollados cuando era un niño, durante el reinado de Osman II. El encierro lo cambió, creciendo en su inocente corazón la ira y la venganza, incluso la crueldad sin mediciones.
Y la única que podía calmarlo era la joven mujer embarazada, su Şahnaz.
─Su majestad.─rápidamente se acercó al hombre que tiraba todo lo que tenía en sus manos.─Mi Sultan, Murad, mireme, por favor.
Rompió un espejo con sus manos, sus manos llenas de sangre, su figura llena de furia se reflejaban en los trozos de vidrio.
─Mi Murad.─Şahnaz puso sus manos en las mejillas del Sultan y hizo que la mirara
Sin decir una sola palabra, él la abrazó, escondiendo su rostro entre el hueco de su cuello, buscando paz en ella.
─¿Por qué todo el mundo me traiciona? Primero fue Sinan Paşa, luego Farya, y ahora mi propia madre me tracionó sin importarle quien era yo.─decía, su respiración era bastante agitada, y apretó un poco su abrazo, buscando lo que no encontraba en nadie más que en su favorita y futura madre de su hijo
Şahnaz respiro profundo y lo guío a la cama dónde lo sentó y ella se sentó a su lado.
─No se deje dominar por la ira, recuerde todo lo que puede causar.─su voz era suave y tan calmante para él. La francesa utilizaba vendas en las manos heridas del Sultan
Murad se quedó en silencio, la escuchaba, pero no hacía nada, ni decía nada, se quedó quieto, dejándose curar de su favorita.
El pensaba en mil maneras de castigar a su madre, aquella que lo traicionó de la peor manera. Descubrió sus planes de ser destronado del trono, y en su lugar, poner al Şehzade Kasım.
ESTÁS LEYENDO
𝐋𝐚 𝐂𝐨𝐧𝐜𝐮𝐛𝐢𝐧𝐞 𝐝𝐮 𝐒𝐮𝐥𝐭𝐚𝐧. 𝑰𝒎𝒑𝒆𝒓𝒊𝒐
FanfictionLa felicidad de unos, es la desgracia de otros.