secuestro...

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Me encontraba en la cocina de la panadería familiar.

Oh, me encanta el olor a pan recién horneado por la mañana.
Me recordaba cuando era niña y me metía a escondidas en esa misma cocina para robar galletas.
Poco había cambiado desde esa época lo que se había cambiado era que ahora ayudaba a mi abuela a dirigir la panadería y me encargaba de la mayoria de las tareas.

(¡Aunque de vez en cuando todavía me atrapaban con la mano en el frasco de galletas!)

-estos croissant están perfectos como siempre-exclamé para mí misma, oliendo su rico aroma recién horneado.

(Había aprendido de la mejor panadera del país)

-¿Danna?- me llamo mi abuela Nelly a lo lejos

-Que??

-¡Danna!- repitió más fuerte.

-YA VOY-le respondí.

Al entrar a la tienda vi a mi abuela intentando mover una enorme caja de panes.

-¡Abuela!-grité al verla- Ya te lo he dicho deja que yo me encargue del trabajo pesado, esto es malo para tu salud.Tomalo con calma ¿vale?.

-Bueno pero estos panes no se acomodarán solos.

-Yo me encargo tú no te preocupes.

Mi abuela parecía un poco pálida así que decidí preguntarle.

-Abuela ¿estás bien?.

-Estoy bien no es nada-contestó haciendo un gesto de despreocupación con su mano.

-Creo que ya deberías descansar.

-Bueno, en realidad quería hablarte algo Danna.

-¿Que pasa abuela?

-La panadería ya no es tan rentable como solía ser... Y no quiero que te sientas atrapada aquí-tomó aire y suspiró para continuar hablando-quiero que sepas que si aparece una oportunidad mejor en tu vida, contarás con mi apoyo.

Sus palabras me pusieron un poco tristes
(¿Por qué me dice esto?)

-Abuela no estarás pensando en cerrar la panadería ¿no?.

-Bueno...lo he considerado-me contesto ella sin mirarme a los ojos.

-¡ABUELA!

-Seamos realistas, Danna tarde o temprano tendremos que cerrar.

-No permitiré que eso pase haré todo lo que pueda para evitarlo-dije frustrada- esta panadería ha estado en nuestra familia por generaciones,he crecido aquí.

-Lo único que digo es que tu felicidad lo más importante -añadio- si tienes la oportunidad de convertirte en algo más que una panadera creo que deberías considerarlo.

-Oh, abuela, Gracias, lo tendré en cuenta -respondí- pero por ahora, creo que lo mejor será que subas a tu habitación y descanses un poco,yo me encargo de todo.

-Vale, vale. Pero creo que se te queman los panecillos.

-¡Ayy!- grite corriendo a la cocina para intentar salvarlos.

(Mi abuela está muy rara últimamente ¿Que le pasará?)

Saqué los panecillos del horno y puse la bandeja sobre la mesa de repente sonó el timbre de la puerta.

(¿Quien será?)

Me dirigí a la puerta de la tienda dispuesta a avisarle a quien fuera que todavía no habíamos abierto.

Lo que vi me cogió por sorpresa.

Tres hombres vestidos con trajes negros estaban de pie en medio de la panadería.

lealtad por amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora