Hablé contigo miles de vez y te hice saber
lo que pasaría, pero a la primera maldita oportunidad que tuviste me desobedeciste,
me enfadé mucho contigo y reaccioné de
mala formaAy...
¿Por que te quejas?
Es una pregunta estúpida, pero no es
tan estúpida como tú mi niño.Siempre fuiste tan sumiso, pero
últimamente te volviste tan rebelde
que temí por mi vidaaunque te extraño, desearía poder besarte
de nuevoPero ya no estás
Aún siento tu presencia en nuestra
habitación, Tu olor está impregnado
en nuestras almohadasSiempre fuiste un chico lindo, sumiso,
y simpáticoPero, mío solo mío