¿Harías lo que fuera por llegar a la cima?
Yo lo hice, no estoy orgullosa, cualquier persona me juzgaría al saberlo, pero no me arrepiento ... sin embargo, cuando estás arriba te conviertes en alguien diferente, en alguien que muy pocas personas pu...
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Samantha
Abro mis ojos al escuchar la alarma, como todos los días decido empezar a las 6:00 a.m., lo odio, creo que no hay algo que deteste más que tener que levantarme tan temprano, suspiro cansada y me cambio para hacer mi rutina de ejercicio, así es todos los días me levanto, hago una hora de ejercicio luego me doy una ducha, me cambio, me arreglo y para las 9:00 a.m. ya estoy saliendo hacia la empresa.
Cada día.
Qué horror.
Al estar cambiada bajo hacia el gimnasio de la casa, ten fuerzas Samantha.
Cuando termino me dirijo a la cocina, Marie está lista para entregarme mi batido diario:
-Gracias Marie.
-No es nada señorita.
Marie ha trabajado conmigo desde que compre la casa y ha sido la mejor en su trabajo, es mi persona de confianza al igual que John, pero como es una casa grande Marie ocupa más chicas así que dejo que ella las contrate y las entrene, pero hasta ahora ella sigue siendo la mejor.
Mientras me bebo el batido me decido a subir a mi habitación hasta que la puerta de entrada suena y veo que es Talila.
-Vaya, sí que duró esa fiesta- le reclamo.
- ¿Qué haces despierta tan temprano? - me pregunta.
-Siempre me levanto a esta hora, la pregunta es, ¿Por qué hasta ahora llegas a casa?
-Luego de la fiesta, Scarlett y yo decidimos ir al bar- me murmura algo avergonzada lista para subir corriendo a su habitación hasta que le pregunto lo que sé que ella evitaba.
- ¿No lo llamaste cierto?
Se voltea y me dice:
-Te prometo que no hable con él- me asegura algo tensa.
- ¿Segura?
-Sí, cien por ciento, adiós- grita mientras sube a toda prisa.
Subo a mi habitación para ducharme y cambiarme, me decido por unos pantalones de tela acampanados negros, un corsé azul marino y encima una chaqueta formal. Y por último y no menos importante un par de tacones negro Louboutin, ¿Qué puedo decir?, los clásicos son clásicos. Para terminar unos pendientes de diamante junto a su collar correspondiente y me coloco mi labial rojo.
Al bajar miro a John listo con las llaves del auto y su respectivo traje negro, perfectamente.
- ¿Lista señorita?
-Sí John, vamos a la empresa, necesito que estés preparado no sé a qué hora iremos a los clubes para ver que todo esté bien y luego al hotel- tomo mi bolso y todo lo que necesito.
-Como usted ordene.
Al llegar a la empresa observo que todos se preparan para empezar el día, podré ser intimidante, pero no soy mala jefa y todos lo saben, exijo, pero reconozco. Tomo el elevador para llegar a mi oficina junto a John, al llegar todos se van a su puesto de trabajo, pero no sin antes saludarme.
Al llegar a mi oficina escucho una voz que me sorprende:
-Buenos días, Señorita Palmer- Alice mi asistente, siempre llega a asustarme, aparece como si nada.
-Buenos días, Alice, ¿Qué pasa?
-Aquí tiene todo para iniciar su día- me dice sonriente mientras me entrega un folder.
-Gracias- le sonrió un segundo y entro a mi oficina cerrando la puerta despacio, Alice es nueva y muy joven, pero hasta ahora ha hecho bien su trabajo, es solo que parece que realmente disfruta su trabajo.
-Dime John, ¿Qué te parece la nueva asistente? - le pregunto interesada por saber.
-Considero que es buena señorita, aunque muy... optimista para ser de mañana- me indica pensativo.
-Sabes, lo mismo pienso- le respondo sonriente.
-Señorita Palmer, la busca la señorita Campbell- me sorprende otra vez Alice, que acaba de entrar sin tocar y por lo que puedo ver también a John.
-Déjala pasar y Alice- me observa antes de irse- Por favor, siempre toca antes de entrar.
-Oh lo siento mucho- me murmura apenada.
-Está bien, que no se repita.
Miro a Eliz entrar a mi oficina con un vestido beige elegante de oficina y con un abrigo negro.
-John, puedes darnos un poco de privacidad- le pido.
-Claro señorita, buenos días, Señorita Campbell- le dice ante de retirarse.
-Buenos días, John- le responde amablemente al cerrarse la puerta.
Eliz se sienta enfrente de mi escritorio con un semblante serio:
-Quiero disculparme por lo de ayer, entiendo que no te debe de agradar Liam, pero como dijiste siempre has estado apoyándome- me anuncia algo arrepentida.
-No, yo tengo que disculparme, debí sentirme feliz por ti, si tú lo estás claro, el que estés comprometida es algo realmente importante.
-Gracias- me dice sonriente- Ya que estamos bien, estuve pensando y aunque fue difícil elegir estaba segura de que tú eres la única a la que le pediría esto, ¿Quieres ser mi dama de honor? - me pregunta emocionada.
Creo que tengo la cara de sorpresa que ella puso anoche cuando le preguntaron si se quería casar, estoy congelada.
-Yo... no sé qué decir- me menciono algo aturdida mientras ella está esperando pacientemente- ¡Claro que sí, que honor Eliz!.
Me levanto de mi silla para abrazarla feliz, por supuesto que otra de las chicas puede ser mejor dama de honor, yo ni siquiera estoy convencida de esta boda, pero el hecho que aun así me lo propusiera Eliz realmente me alegra.
-Pensaba que dirías que no- me confiesa asustada.
-No, claro que no, bueno si me sorprendió un poco pero jamás diría que no Eliz, ¿Sí estás segura con esta boda? - le pregunto por última vez.
-Ya te dije que sí- me responde cansada.
-Bien, estoy feliz por ti- le digo sinceramente.
-Gracias, ¿Me ayudaras a planearla?
-Claro, aunque con la despedida estoy segura de que no seré yo quien la planee, ya sabes- le menciono.
-Oh sí, eso lo sé créeme- me responde sonriente.
-Por cierto, ¿Qué paso ayer con mi vestido? - le pregunto sin olvidar lo de ayer.
Ella se ríe y me dice:
- ¿Sigues con eso? - yo le asiento la cabeza- Bien, de acuerdo no te enojes, hicimos una apuesta por el color de tu vestido, las opciones solo eran negro y rojo.
-Que graciosas- le digo molesta- ¿Y quién ganó?
-Umm Scarlett apostó por el negro y Talila por el rojo.
Así que por eso estaba sonriente cuando me vio con el vestido, ya verá.
- ¿Y tú? ¿Por cuál apostaste?
-Negro- me balbucea algo molesta.
- ¿Por eso estabas seria cuando me vistes de rojo? - le pregunto ahora sí sonriente.
-Realmente creí que ganaría, al parecer Talila sí te conoce a la perfección- me dice convencida - Bueno me tengo que ir, solo quería disculparme y pedirte lo otro, hablamos luego- se despide mientras se levanta- Por cierto, ¿Qué hay con tu nueva asistente?
Le sonrío y le digo:
-No quieres saber, hablamos después- le respondo antes de que salga.
