Los Alfaques: el paradisíaco destino estival que se convirtió en un infierno

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Son casi las dos y media de la tarde. tres niños -Raúl y Álex- juegan a la pelota en frente de su tienda de campaña mientras esperan a que su padre llegue del trabajo. A esa hora la mayoría de los campistas de Los Alfaques, en Alcanar (Tarragona), están disfrutando en familia de una comida al aire libre, ajeno a que un camión cisterna sobrecargado de propileno se acerca a la inmediaciones del recinto por la N-340. Las manecillas del reloj del conductor -Francisco Ibernón-, están apunto de marcar las 14.36 minutos. La hora maldita en la que el 11 de julio de 1978 se registró el peor accidente de tráfico ocurrido en España.

Tras dejar atrás Sant Carles de la Rápita, justo cuando pasa por delante del camping, el camión estalla y las manecillas del reloj -que quedó prácticamente intacto, como se puede ver- dejaron de funcionar. Laura, que por entonces tenía nueve años, recuerda haber visto un objeto volar con forma de "bote al tevés" y quedarse mirando hacia el cielo. "Hubo una explosión muy fuerte y a partir de ahí muchísimas expoliciones", recordaría la superviviente años más tarde en una entrevista para un canal de televisión estatal. Lo que Laura vio en realidad era el tanque del vehículo, que salió despedido en la deflagración.

El propileno incendiado llegó a arrasar una tercera parte del camping haciendo deflagrar las bombonas de butano y vehículos que se fue encontrando a su paso

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El propileno incendiado llegó a arrasar una tercera parte del camping haciendo deflagrar las bombonas de butano y vehículos que se fue encontrando a su paso. En un instante, 158 personas quedaron totalmente carbonizadas, otras 57 morirían en las sucesivas horas a consecuencia de las quemaduras y 67 quedaron heridas. La mayoría de las víctimas -dos de las cuales continúan a día de hoy sin identificar en el cementerio de Tortosa- eran de nacionalidad francesa, belga, holandesa y alemana.

En total la conocida como tragedia de Los Alfaques se cobró la vida de 215 personas, entre ellas la del experimentado conductor del camión y también la de los pequeños Raúl. Toni y Álex. "Cuando llegué. estaba ardiendo todo (...) y entré a ver qué había pasado con mis hijos; intenté llegar, pero no hubo manera porque había fuego por todos lados", explicó Antonio Bonnin con la voz entrecortada por la pena en un reportaje televisivo emitido en 2009.

) y entré a ver qué había pasado con mis hijos; intenté llegar, pero no hubo manera porque había fuego por todos lados", explicó Antonio Bonnin con la voz entrecortada por la pena en un reportaje televisivo emitido en 2009

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La tragedia dejó para la posteridad esperpénticas estampas, como la de campistas en llamas corriendo desesperados hacia la playa con colinda con el camping para salvar la vida. Una trampa mortal, ya que la orilla del mar empezó a hervir como consecuencia de las altas temperaturas -unos 2.000 grados centígrados- que la zona alcanzó por el propileno.

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