Nadie conoce a Lee Jooheon (JooKyun) +18

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Seis meses habían pasado desde la última vez que se acostaron, desde la primera vez que se confesaron lo mucho que se gustaban. Los cuatro meses que siguieron a esa noche trataron de seguir como amigos, sin embargo, se les hizo realmente complicado. Era difícil no poder besar al otro o tener algún tipo de acercamiento más íntimo del esperado entre amigos. Ambos decidieron no contarle nada a Hyungwon sobre lo que pasó aquella noche en la que Lee Jooheon dio por finalizada su obra. Ambos se centraron en sus carreras, especialmente el escritor que debía de corregir concienzudamente su libro antes de autopublicarlo. Cuando el libro fue puesto a la venta, Lee Jooheon hizo la maleta y a Changkyun no le quedó otra que aceptarlo. Hablaban a diario, el escritor solía enviarle las recetas que recopilaba y él le aseguraba que le cocinaría todos los platos a su vuelta. Trataba de ser optimista, pues sabía que la previsión del otro era volver pronto, pero no dejaba de darle vueltas a si había hecho bien en esperarle. No es que sus sentimientos hubieran decrecido en esos meses debido a la ausencia de contacto físico íntimo, al contrario, el no poder hacer nada con él le había hecho conocerle en mayor profundidad. A esas alturas, Im Changkyun estaba enamorado, pero después de seis meses dudaba de que el escritor aún sintiera algo por él. Estaba viajando alrededor del mundo y, a decir verdad, Lee Jooheon solo había tenido sexo con él, exceptuando sus sesiones de sexo oral con desconocidos en reservados: no le hubiera extrañado que conociese a otro chico en uno de sus viajes. Cuando hablaban trataba de sonar animado para no estropearle la experiencia al escritor, pero cada vez se le hacía más difícil.

Esa tarde la tenía libre y, aunque no le apetecía hacer nada, Hyungwon le había dicho que se pasaría por su casa para hacer algo divertido. El alto no sabía nada de sus sentimientos hacia el escritor, pero tampoco era idiota. Era obvio que su ánimo había decaído desde que este se fue a recorrer varios países. Limpió y recogió la casa, cocinó algo de cena por si se les hacía tarde y compró cervezas. Agradecía que su amigo estuviera encima de él intentando hacerle sentir mejor. Le había mandado un mensaje para decirle que estaba en camino, así que se abrió una cerveza y se relajó en el sofá viendo vídeos en Instagram. Cuando llamó al timbre, dejó a un lado el teléfono y abrió la puerta, aunque se sorprendió de que su amigo no hizo el amago de pasar.

—Te tengo una sorpresa —informó con una amplia sonrisa.

Entonces fue cuando en su campo de visión apareció aquella cabellera morena y esos hoyuelos que tan bien conocía.

—Hola, Changkyun.

—Me voy, que disfrutéis la tarde.

Y el alto se marchó dejándolos a ambos en el umbral de la puerta de la casa del rubio. Dios sabe que Changkyun nunca había sido una persona de contacto físico, pero no pudo evitar abrazarle con fuerza.

—No sabes cuánto te he echado de menos— susurró inconscientemente.

El escritor correspondió al abrazo con la misma necesidad. Ninguno supo cuánto tiempo estuvieron así, simplemente disfrutando de la calidez del cuerpo ajeno. Dos meses sin verse, hablando por mensaje, dos meses en la que las dudas habían anidado en la cabeza de ambos. Sin soltarse del abrazo, Lee Jooheon le susurró:

—¿Puedo entrar a tu casa?

El cocinero se sintió ligeramente avergonzado por no haberse dado cuenta de que seguían en el pasillo, pero en su mente solo estaba él, y nada más importaba. Le vio entrar observándolo todo como si hubiese pasado una eternidad desde la última vez que estuvo allí, y cerró la puerta tras de sí. Su piel estaba más morena de lo habitual y su cabello lucía desenfadado, muy alejado a su estilo perfectamente peinado hacia atrás a juego con sus relojes de marca y sus trajes. El Lee Jooheon que estaba ante él era una versión más refrescante, espontánea y relajada que la que conoció hacía un año, y debía admitir que le encantaba. Agarró una cerveza del frigorífico y se la tendió. Ambos seguían de pie, ninguno sabía muy bien como actuar después de tanto tiempo.