𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐚𝐛𝐲𝐬𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫|| 𝚉𝚑𝚊𝚗𝚈𝚒

015

Los sentimientos ocultos en los pequeños detalles siempre son memorables en presencia de la última oportunidad para disfrutar las maravillas que se escondían en la isla antes de regresar a la ciudad. Si bien no hicieron nada de lo que tenían en mente, el viaje fue como una excelente improvisación, de cualquier manera no cambiarían nada de lo que pasó.

—Tengo algo para ti. — Mencionó Zhan.

Nuevamente se encontraban dentro de la habitación del pelinegro mientras conversaban sobre la cama. Estando juntos se sentían bien, ahí encontraban esa privacidad que ambos buscaban y, esta vez, HaiKuan estaba muy lejos.

Xiao caminó a través de los alrededores de la recámara y, del montón de ropa sucia que ya había usado, tomó una chaqueta de mezclilla, metió la mano en los bolsillos del costado y regresó a su posición frente al menor.

—Ayer me encontré con uno de los huéspedes más extraños de este lugar. Este individuo estaba exponiendo su mercancía y yo, por alguna razón, me acerqué. Lo ví e inmediatamente pensé en mi BoDi... Creí que algo así te gustaría— Murmuró.

Yibo frunció su rostro, pues no había escuchado la descripción más clara del mundo. Por otro lado, Zhan no reveló ningún detalle más sobre el objeto del que estaba hablando. Tomó las manos de su novio, besós sus nudillos y después le proporcionó un cuarzo en forma de corazón... Un pequeño y alucinante corazón de color violeta-rojizo.

—¡Es lindo!— Sonrío. Aquél gesto le pareció hermoso, pero no se refería a la belleza natural del cristal, sino a la sensación que experimentó cuando el pelinegro lo dejó en sus manos —¡Gracias! ¿Qué significa?— Preguntó al final.

—Ambos somos jóvenes, quizás no seamos la pareja perfecta de más de diez años, pero sé que me gustaría compartir mi vida contigo... Tómalo con la promesa de que pronto lo cambiaré por un anillo de compromiso.

—... En otras palabras me estás pidiendo matrimonio con una roca. ¿De verdad quieres casarte con un desastre como yo?— Añadió divertido.

—Jamas te lo pregunté...— pensó un poco –—Solo te avisé como el idiota con cara bonita que soy.

—Me encanta tu idea.

⸙˻ ✦╰┄┄┄┄ ⋯ ┄┄┄┄ ⋯ ┈ ╮ ☁︎𓄹멋진

En medio de una de sus largas guerras de besos impetuosos, terminaron recostándose entre las sábanas. Yibo sentía el calor de las manos del pelinegro sobre su piel mientras estas recorrían sus sus piernas, buscando el tesoro escondido mas allá del sus pomposos glúteos.

Cuando Zhan logró deshacerse del pantalón corto qué traía el menor, observó atentamente la lencería roja de este, cada detalle plasmado en el encaje lo volvía loco. Aquel frenesí envolvía su mente, no solo porque Yibo le parecía precioso con eso puesto, sino porque recordaba algo, él ya conocía eso...

—¿Venías preparado para esto?— sonrió.

—¿Lo recuerdas?... ¿Qué? ¿A caso no te gusta?— Yibo respondió con sus propias preguntas.

—¡Me fascina!— Admitió —... Pero lamento decirte que no te durará mucho puesto.

Literalmente no existieron equivocaciones en sus predicciones. Estos encuentros surgían con calma, porque no existía ninguna razón para apresurarse a terminar con esa maravilla, preferían disfrutar sin importar el tiempo y demostrarse su cariño.

—¿ZhanGe...?— Susurró mientras se retorcía de placer sobre su mismo cuerpo. La lengua del pelinegro jugaba entre los pliegues de su interior. Él lo besaba, lo saboreaba, lo mordía levemente y le hacía derretirse. —¡Zhan...!— esta vez suplicó

—Ya voy. — Respondió de la misma manera. Subió lentamente sus besos, acarició con sus labios la anatomía completa del peliazul y terminó devorando su boca, para después cederle el turno de jugar con él.

Al no resistir más tiempo sin poseer su cuerpo, lo atrajo hacia él para hundirse dentro, los movimientos de cadera y las contracciones de esa rosada entrada que tanto amaba le permitieron deleitarse, ayudando a Yibo a deleitarse en él, cayendo rendidos uno en el otro, presos de una eufórica satisfacción.

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Whoaa, que fuerteee