XXV┇Red Angel

792 64 7
                                    

El día siguiente, el martes, __________ decidió que no quería ir a la escuela, por eso Diana se fue sola a la escuela, así que se quedó en casa. Eliza se lo permitió, pero prometió no decírselo a su padre. Se alistó con un vestido rojo de encaje, uno que apretaba su cintura. No era muy diminuta, pero a __________ le gustaba, y aunque no tenía mucho busto, este se le marcaba más gracias al vestido. Se puso unos aretes plateados que su padre compró en una joyería cuando cumplió los quince años, acompañados de zapatos plateados brillosos que combinaban. Un pintalabios rojo sangre con un poco de rubor. Se llevó también una saco de color blanco para usar si llegaba a refrescar, y un bolso gris para llevar algo. Para las diez de la mañana, ella ya estaba lista.

-¿A dónde irás tan bonita? -Inquirió su madre.

__________ dejó ver una sonrisa en su rostro.

-A una cita.

Eliza contuvo la emoción, más aún cuando la vio irse. __________ estaba muy rara, caminaba más recta de lo común, con la mirada alta, como ella le había enseñado que hiciera. Sus pies parecían modelar en el suelo, un toque elegante que Eliza se encargó de que aprendiera, pues le daba un toque femenino y delicado a su caminar. La vio salir de sus terrenos, caminando sola, a paso tranquilo. Saludó por última vez su hija, y esta le devolvió el saludo. __________ caminó hasta encontrarse con su primer parada: la casa de los Spurgeon. Tocó una vez la puerta y la figura esbelta de Joan se vio al abrir la puerta.

-¡__________, te estábamos esperando! -Esbozó la castaña con una sonrisa de oreja a oreja.

La dejó pasar y al instante sintió el olor de galletas recién hechas que le inundó las fosas nasales, dejando una sensación de hogar en sus pulmones. Joan le indicó la habitación de Moody. Subió la escalera pasando por algunos fotoretratos de la familia. Algunos eran de la que parecía su abuela, su madre, su padre y de él mismo. La segunda habitación a la izquierda estaba entreabierta, y fue fácil escuchar las risas varoniles que pertenecían a dos muchachos dentro de ella. __________ tocó la puerta y un "¡Pase!" le permitió entrar. Abrió la puerta por completo y los dos muchachos que allí se encontraban, pararon de reír. __________ vio a Moody acostado con la pierna vendada y color rosado que debía ser sangre por debajo de la venda, y a Charlie Sloane en un sillón verdoso desgastado a su lado. Entró a la habitación con una sonrisa penosa, siendo vigilada por los dos pares de ojos de ambos chicos.

-¿Qué hay, __________? -Saludó Charlie con una sonrisita burlona para cortar el pequeño silencio formado.

-¿Todo bien, Charlie?

-Todo bien. Bueno, iré a comer las galletas que preparó mamá Joan. -Dijo el castaño más alto, y se paró del asiento para salir a comer las galletas que su segunda madre -Charlie la veía así porque básicamente se crió con Moody- había preparado.

Pasó por al lado de la chica, con una sonrisa divertida y después cerró la puerta. __________ miró a Moody, y este mantenía sus dientes mordiendo su labio inferior con nervios, y sus dedos jugando entre si.

-Hola Moody. -Sonrió la muchacha parada frente a la cama.

Moody apretó sus manos contra su estómago para sentir algo que no fuera la vergüenza que sentía en ese momento. Le tembló la voz cuando quiso hablar.

-Hola, p-princesa... -Susurró lo último, no por que quiso sino porque así le salió. Al parecer __________ no lo había escuchado.

-Te diste un lindo golpe, Spurgeon. -__________ se sentó en el lugar donde Charlie se había sentado.

Moody no la miró a los ojos pero sonrió levemente.

-Fue arriesgado, ¿no?

-Pudiste haberte lastimado peor. No lo sé, tal vez te hubieras abierto la cabeza o hubieras muerto. -Al momento de decir eso Moody la miró asustado. -Ignora el último comentario. Pero algo peor pudo pasarte.

𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝑳𝒂𝒅𝒚 | 𝐉𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐘𝐍𝐀𝐑𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora