Capítulo 25. ANGELA MAREL

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Angela Marel:

Las mañanas eran diferentes ahora.

Siempre es diferente cuando una madre está en casa.

Llevo más de tres días sin despertar con mi novia a mi lado, porque claro, mi suegra entra todas las mañanas a levantarla y exigirle ser productiva mientras a mi me dejan dormir pacíficamente.

Ya me acostumbre a las discusiones en la cocina también, de hecho, son hasta entretenidas.

__ No, he escuchado que muchos profesores son borrachos, así que no vas.

A Elena la invitaron a una reunión de maestros, y ella claro quería asistir, por mi no había ningún problema, pero con doña Susana en casa, mi novia de muy próximamente treinta años tenía que pedir permiso.

__ ¡Ay mamá! Déjame convivir.

También me resulta divertido escucharla quejarse como niña chiquita. Suele ser realmente berrinchuda cuando su madre está cerca.

__ No quiero a nadie con aliento alcohólico en la casa.

__ Ay, por favor. Angela toma más que yo.

Me ahogo con mi propia saliva. Bueno sí, tiene razón, pero no es para estarme exhibiendo de esa manera.

Mi suegra corre en mi ayuda, siento sus palmadas en mi espalda mientras el ataque de tos continúa, Elena sigue ahí con los brazos cruzados y esa cara de frustración. Aunque por la forma en que sus cejas se curvan, se que esta ligeramente preocupada por mi y la manera tan ridícula y estúpida en la que me estoy ahogando.

__ Angela tiene edad, su cuerpo resiste, tu ya estas muy grande para eso.

Oh no.

Ahora Elena esta visiblemente ofendida. Grandes ojos, boca abierta, enrojecimiento en las mejillas y posición de jarrón.

__ ¡No estoy tan grande!

__ La tercera década ya es más que estar grande.

__ ¡Aún no llego!

__ Ay, mi chula, para lo que te falta.

Ok, me retiro.

No pinto nada aquí y no quiero que comiencen a usarme en su pelea.

Si sigo ahí y esas continúan discutiendo Elena es capaz de hablarme a mi suegra sobre mi encuentro nada favorable con ciertas sustancias alucinógenas. Lo cual dañaría mucho mi imagen.

No se en que termina la discusión, pero cuando estoy por fin lista para ir a clases Elena pasa muy enojada con las llaves en la mano, la puerta se aporrea detrás de ella. Elena se encoge y yo también, porque segundos después mi suegra aparece en escena con los ojos asesinos y podría decir que hasta rechinando los dientes.

__ ¿Acabas de aporrearle la puerta a tu madre?

__ No fue intencional __ Elena parece realmente asustada, e incluso me toma de los hombros y me coloca frente a ella.

Ah no, conmigo no cuentes, no voy a ser escudo humano de nadie. Con otra persona tal vez, pero no cuando se trata de mi suegrita.

__ Ahora menos vas a ningún lado, no hasta que recuerdes tus modales, señorita.

__ Fue un accidente.

__ Te comportas o no vuelves a entrar a esta casa.

__ ¡Mamá! Me voy con la vecina, no me importa.

¿Qué? Se va con la vecina y yo voy a ser quien la asesine.

__ Ah pues vete, me da igual.

Son identificas. Ambas se encogen de hombros como si realmente no les importara. Ambas igual de blancas como la leche, ambas con esas bonitas pecas casi invisibles sobre la nariz.

Entendido, Profesora 2: EL INTERCAMBIO (TERMINADA)Where stories live. Discover now