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H E A T H E R

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H E A T H E R

Con cautela, observé cada rasgo de su rostro. Sus ojos, grises como la niebla en un día lluvioso, parecían contener en ellos la respuesta a todos los enigmas del universo. Me sentía atrapada en su mirada, como si el tiempo se hubiera detenido y solo existiéramos él y yo en esa iglesia vacía.

El silencio reinante parecía pesar sobre mis hombros, haciéndome sentir la incapacidad de romperlo. Mis labios se mantenían sellados, temerosos de las palabras que podrían surgir de los suyos. Era como si una fuerza invisible me mantuviera petrificada en mi asiento, incapaz de moverme o de hablar.

—Usted — decidí romper el silencio, susurrando apenas — ¿Quién es usted?

Una ligera sonrisa se dibujó en sus labios, como si supiera exactamente qué efecto tenía sobre mí. Su aura intrigante me envolvía, sacudiendo mi curiosidad y desafiandome a descubrir su verdadera naturaleza. ¿Quién era él realmente? ¿Cuáles eran sus intenciones? ¿Por qué sentía que lo conocía?

— ¿Conoces el mito de la caverna? — sus palabras resonaron en mis oídos, y mi piel se erizó ante el timbre grave de su voz. En lugar de responder a mi pregunta, él la evadió por completo. Me quedé perpleja, sin saber a qué venía aquella pregunta tan drástica. Estaba tan confundida que no pude articular una respuesta, me limité a esquivar su mirada, mientras él mantenía una serenidad envidiable y una ligera sonrisa adornaba su rostro antes de comenzar su discurso.

—En una oscura y sombría cueva llamada Craven, sus habitantes vivían sumidos en la falsedad y la ignorancia. Como prisioneros atados a las cadenas de las falacias, no conocían más que la oscuridad que los rodeaba y la fé de una religión, que usaban para cubrir sus pecados. Un día, uno de ellos logró liberarse de sus ataduras. Aquel valiente individuo se adentró en lo desconocido, dispuesto a enfrentar la cruda realidad que les rodeaba. Con ayuda de alguien que conocía más allá de las sombras, descubrió la terrible verdad: Craven no era más que un tablero y todos sus habitantes meras marionetas, peones en un juego orquestado por alguien poderoso, ocultado bajo el manto de la religión. Guiando a quienes anhelaban alcanzar el paraíso hacia una muerte espantosa disfrazada como la voluntad divina. El impacto de este descubrimiento lo cegó momentáneamente. Se preguntaba si hubiese sido mejor haber vivido en la ilusión, sin conocer la tenebrosa realidad que los rodeaba. Sin embargo, su deseo de compartir este conocimiento con los demás habitantes ignorantes era demasiado fuerte. Pero aquellos que aún vivían en la sombra, amarrados a la falsedad, no estaban dispuestos a escuchar la verdad. Temerosos de despertar de su utopía, se negaron a aceptar la realidad que se les presentaba. Por temor a perder su seguridad y comodidad, decidieron silenciar al valiente liberado. El deseo de mantener el secreto de la verdad se apoderó de ellos. Nadie quería despertar, nadie quería ver más allá de las sombras. La ignorancia se convirtió en la única protección en ese oscuro mundo. Aquellos valientes que osaban desafiar lo incognoscible, estaban condenados a ser silenciados.

HALE: Una familia, un secreto, un sótano sangriento. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora