CAPÍTULO 40

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ONA

Después del día tan ajetreado que tuvimos ayer, hoy hemos amanecido algo más tranquilas, todavía seguimos procesando todo lo ocurrido pero ahora nuestro foco está en disfrutar del cumpleaños de mi madre y desconectar de todo menos de la familia.

Mi madre había organizado una comida en nuestra casa, y había invitado solo a la familia, es decir a mi hermano, a mí, a Lea, a sus padres y a su hermana, que son de la familia casi desde el día que nos conocimos.

- ¿Ya sabes qué vas a ponerte? – digo desperdigando caricias por la espalda de Lea mientras que seguimos en la cama, disfrutando del calor de las sábanas.

- La verdad es que no, ¿me ayudas? – pregunta haciendo un puchero que no puedo evitar besar.

- Cualquier cosa que te pongas te quedará bien- digo dejando un reguero de besos por todo su cuello.

- Te quiero pecas- dice Lea separándose un poco de mí.

- Yo más, love- respondo dándola un pico.

- Y ahora en serio, ¿me ayudas a decidir que me pongo?

- Pues claro que sí boba, pero ¿nos podemos quedar cinco minutitos más en la cama? – pregunto abrazándome a su cuerpo y escondiendo mi cara en su cuello.

- Está bien, pero si llegamos tarde te echaré la culpa a ti.

- Asumo la culpa- digo haciéndonos reír a las dos.

Después de un rato más en la cama decidimos que ya es momento de salir, y, tras desayunar algo ligerito, nos metemos en la ducha juntas, según yo para ahorra tiempo y agua, pero la cosa se nos fue un poco de las manos...

Entre besos y risas salimos de la ducha para dirigirnos a nuestro armario, aún con las toallas encima. Según Lea abre las puertas del armario dejando ver toda la ropa cuidadosamente ordenada, voy directa a lo que quiero coger. Unos vaqueros rotos por la rodilla, una sudadera de algodón azulita y unas playeras que llevo tiempo queriendo estrenar.

Cuando lo dejo estirado sobre la cama recién hecha, me vuelvo a girar para encontrarme a Lea con el ceño fruncido mirando el interior del armario. Decido abrazarla por la espalda dejando mi cabeza apoyada en su hombro.

- ¿Qué pasa love? ¿No te decides?

- Es que no es justo, tú te pongas lo que te pongas estas increíble.

- Ey Lea- digo girándola en mis brazos- Escúchame bien ¿sí? Tú estás preciosa con cualquier cosa, de verdad: pijama, falda, chándal o vestido, da igual, todo te queda como un guante.

- ¿De verdad? – pregunta un poco insegura.

- De verdad. ¿Te ayudo a elegir algo?

- Sí por fa- me contesta como una niña pequeña.

Al final terminamos escogiendo un vestido midi de canalé, con manga larga y de color marrón, y unas botas beige con un poco de tacón que le quedan increíble. Cuando se mira en el espejo una sonrisa le ilumine la cara.

- Estás preciosa- digo abrazándola por la cintura cuando termino calzarme.

- Tú no te quedas atrás- dice ella dándose la vuelta entre mis brazos y pasando los suyos alrededor de mi cuello- Me encantas pecas- dice besándome la punta de la nariz.

- Anda vamos, que se nos echa la hora encima. Yo conduzco.

Como siempre el viaje en coche es toda una fiesta, aunque hasta casa de mis padres no hay ni media hora de trayecto. Cuando aparcamos podemos ver a lo lejos el coche de mi hermano, y el coche del padre de Lea aparcados a unos metros de nosotras. Nos bajamos del coche y Lea se encarga de llevar la bolsa con el regalo de mi madre mientras que yo llevo a Dama, porque obviamente no podíamos dejarla fuera de la reunión familiar.

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