Capítulo 11: Engaño.

20 8 11
                                    

Era curioso como su mirada me analizaba, parecía concentrado, o perdido en su mente, su mirada se paseaba por mi rostro, atento a cada acción que hacía, como si buscase algo en mi.

Aunque también veía un dije de curiosidad en su mirada, como si quisiera saber más de mi.

Pero eso era imposible ¿No? Ni siquiera nos conocíamos, yo estaba aquí por mis gafas y él por sus ganas de saber que era lo que yo escribía en mi libreta, técnicamente nos ata la curiosidad pero después de que me devuelva las gafas, ya no nos volveríamos a ver, él no me iba a buscar más y yo no quería estar cerca de alguien tan inestable como James.

Suelto un suspiro cuando juguetea con mis gafas, sacándome de mis pensamientos, me fijo en sus ojos y como si fuera la primera vez que los viera, me vuelven a dejar fascinada, son tan oscuros que parecen dos pozos sin fondo.

Tenía que admitir que James, físicamente me atraía y era inevitable, es perfecto ante la vista de cualquier persona pero también es inestable, alguien normal se mantendría lejos de él por el simple hecho de las vibras que transmite.

Pero parece que yo no soy alguien normal y... Seamos sinceros.

¿A quién le importa las gafas de sol?

Porque si yo estaba ahí sentada, enfrente de él, no eran por las gafas de sol, hace días que dejaron de importarme.

Estaba ahí por él, porque James tenía algo que te atraía, que te daba intriga y ganas de saber que esconde tras esa máscara que llevaba todos los días.

Y sobretodo, te causaba la necesidad de saber en qué posición estaba él con todo esto de la matanza del pueblo.

__Primero dame las gafas__-Le digo minutos después-

__No. Primero dime lo que quiero saber__-Responde alejando las gafas de mi-

__¿Por qué te interesa saberlo?__-Pregunte apoyándome en el respaldo de la silla-

__Porque no me parece nada normal que en medio de muchos asesinatos, alguien escondido se ponga a observar a los demás y apuntar todo, como si planease algo encontra de alguien__-Responde como si fuera obvio-

__¿Estás culpándome de algo?__-Pregunto cruzándome de brazos-

__Si__-Contesta como si nada-

Será...

__Soy hija de un policía ¿Cómo me vas a culpar de algo que apenas se?__-Le digo con falsa indignación, era obvio que sabía todo, pero quería saber más-

Mi respuesta pareció dejarlo pensando, ladeó de nuevo la cabeza y se pasó la mano por su pelo, echándolo hacia atrás.

Esa acción fue una bendición para mi vista.

__Ahora lo entiendo__-Murmura mirándome-

Inevitablemente miro ha otro lado por la presión de su mirada.

__¿El qué?__-Pregunto nerviosa-

«Esas hormonas son un peligro»

Cállate mierda.

Lo sé, parezco estúpida peleando conmigo misma pero esa vocesita me estaba estresando, no sé si era mi subconsciente o era esquizofrénica pero ahí estaba esa voz para joderme.

__Supongo que estás tratando de atrapar al asesino, investigando y todas esas mierdas__-Responde con un dije de burla y sí, supone bien-

__Eso a ti no te incumbe__-Bufo mirando el pastel-

__Igual sigo queriendo saber que es lo que escribes en esa libreta__-Dice serio pero con un tono curioso-

__¿Sabes qué? Quedate con las gafas, no me interesan__-Dije poniéndome de pie, usando la psicología inversa-

Un Dulce Engaño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora