—¿Por qué te estás enojando? —Preguntó Mikasa, subiendo un poco el tono de su voz, indicando que ya estaba perdiendo la paciencia. 

—¿De verdad me estás preguntando por qué me estoy enojando? —Inquirió Annie sin poder creer lo que acababa de escuchar—Lo que pasa es me estoy cansando de tus actitudes de mierda, Mikasa. Eso es lo que pasa—exclamó, luego se quedó en silencio unos segundos, cerrando fuertemente los ojos mientras inhalaba y exhalaba para relajarse un poco antes de continuar y decir: — Necesito que me apoyes, pero lo único que haces es meterme miedos y dudas en la cabeza... y eso no me gusta.

Ackerman se quedó en silencio. 

—Solo estoy siendo realista—Dijo, encogiéndose de hombros— Nada más. Es tú problema si no te gusta escuchar lo que es evidente.

Solo hacía falta ver la mueca que había hecho Annie para saber que no le estaba agradando para nada lo testaruda que estaba siendo Mikasa al respecto.

—Levi—Me llamó Annie. La miré con atención—¿Puedes decirle a tu hermana que no siempre puede tener la razón y que dejé de ser una testaruda de mierda?

Y por mera casualidad, Armin pasó por nuestro lado, ganándose de inmediato la atención de Annie, quien lo siguió con la mirada. Armin se quedó parado en el pasillo hablando con una chica de estatura baja con cabello de color rojizo. Después de unos minutos, se despidieron con un beso en la mejilla, la chica se fue hacia las escaleras y Armin caminando hacia la biblioteca con un libro en mano.

—Lo voy a invitar a comer—Dijo Annie de la nada, parándose de la silla como si la valentía hubiese llegado a ella de un momento a otro. Mikasa abrió la boca, lista para decir algo al respecto, pero Annie no la dejó—No te molestes en decir nada porque no te voy a escuchar.

—Annie—Volvió a repetir.

—No quiero que arruines más mi estado de ánimo.

—Annie, escúchame.

—No te oigo, soy de palo tengo orejas de pescado—Canturreó, llevando sus manos a sus orejas para taparlas. Mikasa la llamó por tercera vez, pero Annie se dio la vuelta ignorándola y caminó hacia donde se encontraba Armin. 

Mikasa pasó fuertemente su mano por su rostro. —¿Por qué mierda no me escucha nunca? —Resopló con frustración.

—¿Por qué te molesta tanto que Annie hablé con Armin? —pregunté, sin entender por qué Mikasa estaba tan reacia con respecto al tema. ¿Habría algo detrás de su testarudez? 

Mikasa apartó la mano de su rostro lentamente y me miró—¿Acaso no recuerdas como la miró cuando Annie ganó el concurso de conocimiento? —preguntó.

Yo asentí en respuesta, aunque si era sincero, me parecía una razón insuficiente. Además de que ya había pasado bastante tiempo de ese suceso—¿Solo es eso?

—Tampoco me gusta como le contesta los mensajes—siguió hablando, moviendo la cabeza hacia donde se encontraba Annie y Armin hablando—Solo míralo—Los señaló con un movimiento de cabeza—se nota que no tiene ni el mínimo interés en entablar una conversación con ella.

—Quizás Annie tiene razón, puede que Armin solo sea tímido. —Dije.

Mikasa negó con la cabeza, todavía con los ojos fijos en ambos rubios. —No es eso...

—Hay algo que no me estas contando—No fue una pregunta, más bien fue una afirmación. Mikasa frunció el ceño y enfocó rápidamente sus ojos en mi persona, con curiosidad—Te escucho—Le animé, esperando a que hablara. 

Mikasa se quedó en silencio, bajando la mirada hacia sus manos mientras jugueteaba con sus dedos —Quizás esté un poco... ¿celosa? —Terminó por confesar sin ser capaz de mirarme a la cara—Siempre hemos sido solo las dos, ¿me entiendes? No quiero que un tercero se entrometa entre ella y yo y haga que nos distanciemos. Sé que suena como algo egoísta de mi parte, pero...

Te Odio Eren Jaeger (Ereri)Where stories live. Discover now