Capítulo 27

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—La mercancía de la fiesta del distrito 1 ya está completa —murmura Andy—

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—La mercancía de la fiesta del distrito 1 ya está completa —murmura Andy—. Hicimos bien en pedir de más, porque se han quedado con más cantidad de la pactada al principio —asiento con la cabeza puesto que es algo que ya sabíamos siempre es así—. Las dos fiestas que hay en el distrito 2 y 3 también completas.

—¿Vale, los locales? —pregunto.

Tenemos cuatro discotecas que reinan en la ciudad distribuidas por los primeros distritos. Esos locales son como "clientes fijos" donde siempre nos compran la mercancía a nosotros. Con nosotros me refiero a la mercancía de Leone el mafioso italiano para el que nosotros trabajamos, ya que hay traficantes de todos los países, pero con los italianos tienen tratos desde hace años y son de confianza para ellos. De modo que éste es el único sueldo fijo que tenemos por decirlo de alguna manera, todo lo demás como las fiestas, son extras que, en ocasiones como estas, en fiestas de Halloween o Navidad tenemos. Sin contar con las fiestas de los niños ricos de los primeros distritos que varían según el mes.

—Los locales con un veinte por ciento más que cada mes. Prevén un buen fin de semana ya que hacen fiestas temáticas tanto el viernes como el sábado y domingo. Por lo que han dicho tienen aforo completo todo el fin de semana.

—Genial, Leone estará contento este mes.

Seguimos hablando del fin de semana por al menos casi una hora. Tenemos que dejarlo todo bien organizado y no cagarla ya que tenemos que estar pendientes de muchas cosas.

Los dos nos giramos al oír las fuertes risas de los cuatro que están en la mesa del sofá, inmediatamente mis ojos buscan los de ella y una sonrisa estúpida se forma en mi cara cuando conectan con los suyos.

—Parece que se llevan bien —anuncia Andy.

—Sí, desde que la conozco muy pocas veces la he visto tan feliz como ahora —digo sin apartar la vista de ella.

Suspiro profundamente y me centro en Andy.

—Estoy jodido hermano —confieso.

—Oh, joder ¿por fin vas a contármelo? —se frota las manos, impaciente—. Porque no he querido preguntar por no ser un entrometido como Hugo, pero de verdad me provoca curiosidad como has llegado a esta situación que tanto decías de "yo no quiero una novia" —hace una pésima imitación de mi voz mientras pronuncia la frase que tantas veces en mi vida he dicho.

—Créeme que intenté resistirme. Pero no pude evitarlo. Mírala tío —sonrío sin quitar mi mirada de Aria—. Fui cayendo por ella sin darme cuenta. Y cuando lo hice ya era demasiado tarde.

—¿Y cómo es que ha sido precisamente la princesita del barrio tu novia? vive enfrente, tío, sabes que eso rompería la tregua.

—Lo sé.

Empiezo a contarle como impedí en varias ocasiones que le hicieran algo y como la curamos cuando resulto herida por el navajazo que sufrió y como al final decidimos que viviera aquí cuando ocurrió lo de su padre.

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Él escucha atentamente sin intervenir en casi nada. Hay muchas cosas que me reservo porque son privadas y otras como lo ocurrido a la salida de su instituto con su exnovio que tengo que contárselo porque necesito que me ayuden.

Bueno más bien lo hará Hugo, le envíe una foto del innombrable hace unos días y le expliqué que necesito que lo tenga vigilado para que me cuente con detalles con quien se ve, con quien se relaciona, que hace y a donde va. Estoy seguro de que se lo va a encontrar durante todo el fin de semana. Obviamente no iba a dejar el tema cuando el muy gilipollas la amenazo en mi puta cara, pagará por lo que le hizo pasar, aunque tenga que tardar un tiempo en encontrar la mejor forma de hacerlo.

Termino cuando le cuento todo hasta el día de ayer cuando hicimos oficial con mis hermanas la relación.

Una petición que tuve que hacer especial porque mis hermanas así lo querían, con un «quieres ser mi novia» tan claro como el agua, pues según ellas no seriamos novios sin esa pregunta y por la cara que ella puso al oírlo también mereció la pena hacerla. A mí me daba igual, pero al parecer las tres están muy contentas con haber hecho la proposición formal de ser novios.

—Todo eso lo entiendo, porque te conozco y no habría esperado otra cosa de tu parte. Ahora... ¿Qué es lo que ha cambiado? ¿Cómo has llegado a estar con ella? Teniendo en cuenta que siempre has renegado el tener una novia.

—No quería una novia, alguien que me atara para siempre aquí, eso no era una opción, no cuando mi meta siempre ha sido irme lejos.

—Pero ella vive aquí...

—Sí, y cuando nos larguemos ella se vendrá con nosotros. Ahora ella es parte de mi vida. De nuestra vida.

—Hostia, nunca te había oído hablar así de alguien que no fuesen tus enanas...

—Porque hasta ahora nadie me había importado tanto como ellas, y aunque es un sentimiento similar, lo que siento por Aria es... diferente, es como si ahora ella fuese parte de mi sistema vital, sin el cual no podría vivir si la pierdo —me rasco la nuca, avergonzado por hablar de estas cosas con él—. Además de que ya sabes que por alguna razón nunca nos han querido a los tres. Pero mi chica ha dejado bien claro que ellas son su prioridad tanto como la mía.

—¡Oh! Joder... ¿Estás enamorado de ella? —pregunta con más curiosidad de la que demuestra.

La observo, viendo como se hace uno de sus improvisados recogidos dejando mechones de pelo ondulado sueltos, algo de lo que por cierto me tiene cautivado cuando lo lleva así. La forma en la que se ríe por algo de lo que están hablando haciendo que sus dos hoyuelos uno a cada lado de las mejillas se forme, la manera en la que mira a mis hermanas cuando le están diciendo algo: con amor y adoración. Lo mucho que se preocupa por nosotros, lo atenta que es, lo fuerte y valiente. Lo inteligente que ha demostrado ser. La capacidad de adaptación que tiene por la situación que se ha visto obligada a vivir dadas las circunstancias. Y muchas otras cosas más, como por ejemplo lo sexy y preciosa que es.

—Podría hacerte una lista infinita con todas las razones por la que la necesito en mi vida —hago una pausa y sonrío como un idiota—. Así que contestando a tu pregunta... Estoy perdidamente enamorado de ella. Joder, me tiene desde hace mucho.

Andy sonríe como un capullo.

Hace mucho tiempo que sé que estoy enamorado de ella, es imposible no estarlo y por primera vez hablo de esto con alguien. Que confieso todo lo que siento por una chica de la que no me espere ni siquiera tener un contacto directo alguna vez. Y la verdad es que se siente bien expresarlo en voz alta para alguien ajeno, lo hace real para el resto del mundo.

—¿Y tú? —pregunto sabiendo que también esta con una chica cosa que tampoco había ocurrido nunca.

—Bueno que voy a decirte, soy otro que ha caído sin remedio por una chica —sonríe.

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