Daxen (#4) ✅

Capítulo 45

Daxen

Las salidas con Hande se han repetido. He descubierto varios lugares nuevos , he conocido a su prima y única amiga.

Nos hemos abrazado, nos presentamos como casi algo, pero nunca fuimos novios, nunca llegamos a serlo, pero hoy se lo pediría.

Ha hablado maravillas de su hermana, de su madre, de su prima y de su tía, y aunque podía pedirle fotos para conocer a su madre y hermana, ya no me parecía importante, ya no tenía esa necesidad desesperada por saber si Hande es la hermana de Lanna o no. Porque fuere como fuese, nada cambiaría el cariño que le tengo.

Me toma desprevenido siempre con sus raras informaciones, sus por ejemplo ¿sabías que? y algo nuevo que la verdad no tenía ni puta idea.

Me encanta pasar tiempo con ella porque me encanta estar con ella, porque me encanta ella.

Mis tíos ya la han conocido. Ángel la ha interrogado, y mi primita simpatizó con ellas desde el momento uno.

Todo ha sido mejor que bien, las cosas han salido estupendas, hasta hoy. Hoy le pediré que sea mi novia, y esto puede salir o bien o mal, así que estoy muriendo de miedo porque sé que me dirá que sí, aunque cabe la posibilidad de que me diga que no. Yo y mis malditos miedos, mis inseguridades, nunca me llevarán a ningún lado.

—Daxen, oye—una mano se sacude frente a mis ojos.

Niego volviendo a la realidad. Ella está sonriéndome. Es genuina. Real. Y me arriesgo, me tiro a la piscina sin saber si voy a ser su mejor opción, pero mi juramento sigue en pie. No voy a dañarla, no consciente al menos.

—¿Quieres ser mi novia?

—¿Qué?—susurra atónita.

—Si quieres....si tú quieres....—las manos me sudan.

—Pues la verdad no creí que lo pedirías, quiero decir, hoy en día no he oído que se pidiera, simplemente lo dan por sentado y ya. Es bueno saber que aún quedan hombres como tú en el mundo.

—Gracias, señorita.

<<¡Pero respóndele!>>

—Sí, quiero ser tu novia—sonríe.

Suspiro aliviado y me acerco un poco a ella, ella otro tanto, y la beso.

—No lo arruinaré—prometo en sus labios —. No conscientemente al menos.

—Lo sé.

≈≈≈

Camino de una punta a la otra de mi habitación. Hande está sentada en mi cama de brazos cruzados. Llevamos una semana de novios y ya me controla.

—No puedo hacerlo—me detengo para mirarla—. Simplemente es.... imposible.

—Hazlo, ya, ¿Qué pierdes? En el peor de los casos te manda a la mierda.

Ahogo una risa. Pero aprieto su número.

Al tercer pitido, contesta.

—¿Hola?

Silencio. No puedo decir nada. La última vez que oí su voz era....era un maldito niño.

—¿Quien habla?—insiste—. Pero que ganas de molestar que tienen.

—Responde—masculla Hande.

Respiro profundamente y trago grueso.

—Hola, Aiden—cierro mis ojos con fuerza.

—¿Daxen?