★☆★ ___ Moreau ★☆★
No es fácil tener el corazón dividido entre dos mundos que parecen coexistir en armonía, pero que en realidad se desgarran en susurros de silenciosa desolación. Siempre me han susurrado al oído que "donde dos corazones encuentran...
Decidí editar la historia. No cambie lo sucedido en el capítulo, solo di un cambio a la narración y modifique algunas cosas. Espero que no les moleste, sin más, los dejo leer y sumergirse en la lectura.
Canción ─>“judas” de Lady Gaga
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•◇◆◇•escritora•◇◆◇•
En el tranquilo refugio de la habitación de Félix, la atmósfera se llenaba de una suave luz dorada que acariciaba cada rincón, creando una sensación de calma entre él y tú.
—Entonces lo lograste.—Murmuraste, observando a Félix que se encontraba sentado a tú lado, sumido en pensamientos profundos.
—Sí.—respondió Félix de manera seca, desviando la mirada hacia la ventana en un gesto reflexivo que revelaba la intensidad de sus pensamientos internos.
—Y ahora...—Inquiriste con curiosidad, captando una mirada significativa de Félix que te incitaba a continuar, observando el anillo que reposaba frente a ustedes como un testigo silencioso de su conversación.—¿Qué harás ahora?
Después de una pausa cargada de significado, Félix se puso de pie y declaró con determinación:
—Soy libre, ___—Dijo Félix, enunciando una verdad que resonaba en el aire con una sensación de liberación y renacimiento.
La serenidad del momento se vio interrumpida por la entrada de la madre de Félix.
—Chicos, lamento interrumpir, pero una chica peli-roja te busca, Felixito.—Intervino la rubia al irrumpir en la habitación, señalando la puerta principal y desviando la atención de ambos.
Rodaste los ojos ante la descripción de la chica, mientras Félix se levantaba para "atender" a su visita.
—Ya voy.—declaró Félix mientras se dirigía hacia la entrada de la casa, te lanzó una expresión divertida antes de darte una orden peculiar, aunque no para ustedes.—___, no te pongas mis camisas —lo cual provocó una expresión de diversión en tú rostro.
—Oblígame.—Desafiante con picardía antes de retirarte al baño para hacer exactamente lo contrario a lo pedido por Félix.
Las risas y sonrisas no faltaron en ese instante, olvidándose por unos momentos, que había una chica esperando encontrarse con el rubio con el que tiene un crush.
—___, ven aquí. Me dejaras sin camisas si sigues poniendotelas.—Comentó el oji-verde, con un toque de diversión mientras regresaba a la habitación para poder llegar a ti y detenerte.
En medio de la intimidad de la habitación de Félix, la calidez y la complicidad entre tú y el Graham creaban un ambiente de confianza y familiaridad, donde los gestos y las palabras tejían un vínculo especial entre los dos amigos de la infancia.
—Están muy cómodas.—Respondiste mientras te deslizabas en la camisa del chico, sintiendo la familiaridad de su aroma impregnado en la tela, lo que evocaba recuerdos compartidos y momentos compartidos entre ustedes dos.
—Bien, pero va a ser la última esta semana, ya te llevaste muchas en solo 3 día.—Mencionó el oji-verde con una sonrisa juguetona mientras tomaba tú mano y se dirigían hacia la entrada de la casa, mostrando la complicidad y cercanía que los caracteriza.
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Cuando la peli-roja entra con una sonrisa coqueta, la saludas entre dientes con un brillo travieso en los ojos.
—Teresa, ¡ah! No, esa era una peli-roja distinta.— dijiste con tono juguetón, disfrutando de la irritación de la contraria.
—¿Qué quieres?—Félix, frío y distante, le pregunta a la peli-roja en un tono directo y serio, revelando su determinación de mantener el control de la situación.
La peli-roja entrega una libreta a Félix, que se le habia perdido a este mismo—¿estás ocupado está noche?—le pregunta con una mirada cómplice y una sonrisa "encantadora", desatando un susurro de intrigas en el aire.
—Sí.—Responde Félix con frialdad, mientras te jala hacia su cuarto con un gesto decidido, mostrando la determinación en su voz y en sus acciones, a pesar de la pequeña sonrisa que se asoma en su rostro.
La peli-roja sale indignada de la casa, dejando tras de sí un halo de misterio y flirteo en el aire que envuelve la habitación.
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Te lanzas a la cama que se encuentra en la habitación del rubio, suspirando y relajando tu cuerpo mientras Félix te mira recargado en la pared de la habitación con los brazos cruzados.
—Ella es muy...irritante.—Murmuras con los ojos cerrados, oyendo una pequeña risa.
—Ni que lo digas.—Comentó Félix, acercándose un poco a ti.
Abres los ojos, ocasionando que lo primero que veas, sean esos ojos color verde que se semejan a esmeraldas y que más de una vez, has soñado con ellos.
El aprovecha que tú estés hipnotizada con sus ojos, para acercarse.Te sorprendes al notar como se acerca peligrosamente a ti cuando por fin reaccionas.
Esa misma sonrisa ladida que esta dibujada en sus labios, muchas veces has visto esa sonrisa, y siempre hace que te estremescas y sientas como las mariposas revolotean por tu estómago. Conocías a la perfección ese cosquilleo.
El enamoramiento en los adolescentes es una etapa emocionante y a menudo desafiante en la que pueden experimentar el famoso "revoloteo de mariposas en el estómago", una sensación física asociada con la emoción y la anticipación del amor romántico, que puede manifestarse como nerviosismo, excitación o una sensación de ligereza en el abdomen.
—Muévete ___, quiero dormir un rato.—ordena el Graham tomando tu brazo para poder moverte de la cama. Sin saber que su toque en tú piel, hace que empieces a imaginar varios escenarios en donde el te caricia, deseando que jamás te suelte.
Pones tu cabeza en su pecho, sintiendo los latidos de corazón del contrario y el movimiento de su pecho subiendo y bajando. Y enrollas tus brazos en Félix, mientras el suspira resignado, sabiendo que no dejaras que se separe.
Agarras la mano de Félix, que descansa en la cama, y acaricias su mano, empiezas a trazar un camino con tus dedos por las venas del rubio. No quieres separarte de él, ni mucho menos que este momento termine, y capturas el ritmo de su pulso en tu mente, grabandolas en tu memoria.
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El susurro de un sueño reparador envolvió la habitación, mientras la figura silente de la señora Amelie toma una foto de ambos durmiendo abrazados, capturando así, un momento de conexión única entre tú y Félix, con una sonrisa comprensiva que trazaba el camino hacia el futuro incierto pero lleno de posibilidades.
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El telón cae en este capítulo, pero la historia está lejos de terminar. No te detengas ahora, continúa leyendo y sumérgete en las emociones que aún están por venir.
![𝐓𝐞 𝐚𝐦𝐨 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝓓𝓾𝓮𝓵𝓮 |Félix Graham| [EN EDICIÓN]](https://img.wattpad.com/cover/358488985-64-k415325.jpg)