-Memoria 1-

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Sé que muchas personas son el resultado de lo que fueron en su infancia y aquellas cosas que les tocó vivir. Posiblemente mi infancia no fue la más normal, o tal vez me equivoque y lo normal sea algo muy relativo, pero también sé que no todos los niños en el mundo tienen una madre tan auténticamente mala, egoísta y despreocupada como Marilee Mae.

No obstante, no siempre fue así. Hubo un comienzo, uno cálido y abrigador, de esos que te devuelven el aliento y te hacen sentir que eres una persona con suerte.

Cuando Mae era una buena madre, por ejemplo, solía cantar To Make You Feel My Love casi todo el día, solía cocinar y preparar el desayuno por las mañanas. Mae era muy hermosa, seductora, encantadora, pero aún más que eso, era muy astuta e inteligente.

Mae era buena para mentir, para engañar y ocultar cosas, después de todo, por algo era abogada. Ella era buena en todo lo que hacía, y sé que era la envidia de muchas mujeres, así como era la perdición de muchos hombres, pues ella tenía muchos amigos y no eran necesarias "amigas" en su círculo social. A veces sin importar la forma en la que conseguía las cosas, ella obtenía todo lo que se proponía; cualquier cosa, nada era imposible para Mae.

Mae tenía una vida perfecta. Conmigo ella tenía una vida perfecta. O al menos eso yo quería creer, ya que yo era la princesa de Mae, ella me llamaba princesita, y en días muy efusivos; Diosa de las estrellas. Solíamos jugar a la realeza, montábamos todo un castillo en la sala de estar y a veces nos desvelábamos leyendo libros de princesas mágicas que hacían cosas inimaginables. Así, Mae también me escribía historias asombrosas y tenía una libreta llena de ellas la cual llamaba, "Los recuerdos atascados de las princesas que nadie conoció".

Solíamos ir al parque, salir de compras y adquirir vestidos hermosos, bailar los sábados por la noche y los domingos pasábamos tiempo en el jardín. Mae tenía un jardín inmenso de rosas rojas y así mismo, tenía la rara costumbre de cortar una cada mañana y la entraba en su cartera.

Si tuviese que describirla con un color sería rojo intenso, como el labial que solía usar en un evento especial y si fuese una canción, sería una sin letras que no sale de tu cabeza. Mae nunca fue una de esas personas pasivas que conoces y olvidas en un par de días, Mae siempre te dejaba con las ganas de seguir conociéndola, o al menos, te dejaba con algo para recordarla. Definitivamente, Mae no es alguien fácil de dejar ir, no es fácil de superar; y lo está confirmando la persona indicada, puesto que aunque suene muy corriente, siempre fuimos solo ella y yo contra todo pronóstico.

Ella era mi mundo entero, era la representación de lo que quería ser cuando creciera, y quisiera decir que yo era todo su mundo también, sin embargo, yo sólo era un extracto. Sólo era una pequeña parte del mundo de Mae.

Y eso me bastaba.

Sensaciones que parecen colores fluorescentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora