Capítulo XXIV

6.6K 532 107
                                    

Maximiliam

Por favor que diga que sí, quiero tener a Fiorella solo para mí todo el tiempo que sea posible, pareciera una realidad paralela esto que estoy viviendo, tenerla en mi regazo tocandome con sus delicadas manos, parece tan irreal.

No creo merecerla, algo bueno debemos tener en esta vida, tienen razón, toda mi existencia ha sido como un lienzo en blanco, apenas va agarrando algo de color desde que la  conocí a ella, así que sí, no la merezco, pero no la dejaré ir.

–¿Entonces que dices?– pregunto dándole otro beso en la frente, poder tocarla de esta manera me enloquece.

–Yo nunca antes he dormido fuera de mi casa– me dice viéndome a los ojos–Desde pequeña los lugares extraños no me gustan, me pasa lo mismo con los armarios– confiesa, frunzo el ceño.

–¿Los armarios?– pregunto, ella asiente apenada– Supongo que todos tenemos nuestras fobias– digo tratando de que no se sienta extraña por sus miedos.

–¿Tú le temes a algo?–pregunta, pienso muy bien mi respuesta.

–La verdad es que no, aún no he conocido el miedo– digo seguro, es cierto, no sé si sea por todo lo que he visto y vivido, pero temerle a algo no es una sensación que haya experimentado.

–Supongo que vivir en el mundo de la mafia debe ser para personas fuertes como tú– me dice– Siendo sincera me preocupa que te pase algo, mira como te apuñalaron esa vez–dice con la cara seria, la tomo de la mano y le doy un beso en el interior de la muñeca, nos encanta tocarla.

Ese fue el único error que cometí en mi vida, César se aprovecho de que las voces y yo estábamos concentrados en otra cosa para apuñalarme por la espalda– digo mientras acaricio su espalda con mi mano enguantada.

–¿Y en que estabas tan concentrado para dejar que te hirieran?– pregunta mientras imita mi acción y toma mi mano para dar un beso, solo que ella lo hace en el dorso, si sigue tocando así, creo que el Zorro querrá comer.

Déjame recordar– finjo que pienso, pero la verdad es que es fácil– En una nueva empleada de la mansión de mi abuela con los ojos esmeraldas más cautivadores que existen– confieso.

–¿Entonces es mi culpa que hayas salido herido?– pregunta negando con la cabeza– Eso no es justo Maximiliam– dice y joder como me encanta mi nombre en sus labios.

Pasamos otra hora hablando de cosas que a ambos nos gustan y otros datos sobre nuestra vida, omitimos algunas cosas, aunque no debemos pero si queremos evitar  asustarla, es lo que hay que hacer.

Descubrí que a mi chef, le encanta el color azul, obviamente cocinar, uno de sus grandes sueños es conocer la playa más soleada y que actualmente está ahorrando todo su salario para poder regresar a la universidad.

–¿Entonces quieres regresar a estudiar Administración?– le pregunto mientras la tomo en brazos  para llevarla a la habitación, ya estaba quedándose dormida en mi pecho cuando estábamos hablando. Fiorella se sostiene de mi cuello y recuesta su cabeza en mi hombro.

– Supongo que me convenciste de quedarme– me dice con una pequeña sonrisa– Y respondiendo a tu pregunta, sí, me gustaría retomar el tercer año de Administración que me corresponde– me dice bostezando, parece un corderito.

Llegamos a mi habitación y con cuidado la coloco en la cama, Fiorella parece cansada porque no dice nada mientras le quito sus deportivas y la acomodo con la colcha, me acerco a ella y me agacho para dejar un beso en su frente.

–Descansa mi chef– digo, pienso irme a dormir a la sala cuando ella me detiene.

–Maximiliam– dice–¿Podrías dormir junto a mí?–pregunta viendo con verdadero horror el gran armario que tengo frente a la cama– Es que no me siento segura– dice con voz bajita.

No es necesario que nos lo repita, sin pensarlo dos veces entro en la cama y me acomodo a su lado, no quiero parecer que la estoy forzando a actuar de cierta manera, así que solo me acuesto con un brazo bajo mi cabeza y el otro sobre los ojos.

–¿En serio?– escucho que pregunta Fiorella– Vita mia, ¿Puedo abrazarte?–pregunta con voz firme.

–Puedes servirte– digo señalando todo mi cuerpo– Pero en serio Fiorella, no quiero que pienses que quiero forzarte a algo...

–Confío en ti– me interrumpe– Sé que estoy segura contigo– dice las palabras que alegran a mi mente trastornada, Fiorella recuesta su cabeza en mi pecho y cruza su brazo sobre mi abdomen– Así está mejor.

–Estoy de acuerdo– digo, coloco mi mano descubierta en su espalda, ella observa que mantengo la otra que está cubierta debajo de mi cabeza y me mira con confusión, es muy perceptiva.

–¿Qué le sucedió a tu mano?– hace la pregunta que esperaba evitar.

– Es una historia algo vieja– trato de pensar en que decirle– Mi mano sufrió un grave accidente en uno de los negocios con los cargamentos de armas hace unos años, así que la cubro, no me gusta como se ve.

–¡Oh!– dice mi chica mientras se pega más a mí cuerpo–Eres muy caliente– murmura medio despierta medio dormida.

–Y eso que no viste mi reacción en Focus cuando te vi con aquel vestido negro– le digo, pero es en vano, ya está profundamente dormida, me acerco a su cabello y puedo sentir ese aroma a manzanas que tanto la caracteriza.

–Duerme tranquila Fiorella– le digo mientras siento la paz inundando mi mente–Yo te cuido del armario– le aseguro mientras siento como el sueño que nunca consigo sino es con medicamentos llega a mi organismo.

Al día siguiente tengo la mejor vista de todo el puto mundo, Fiorella está en mi cama, con el rostro enterrado en mi cuello y soltando pequeños ronquidos, demonios hasta dormida es linda.

Con todo el cuidado posible de no despertarla salgo de la cama y me meto en el baño, me lavo el rostro y los dientes, salgo al salón principal.

Necesito hacer una llamada así que busco mi teléfono en el bolsillo de mi saco, lo encuentro y marco el número de Jennifer.

Espero que no la hayas cagado y me tengas buenas noticias–dice apenas contesta.

–Da gracias que fuiste tú y Diff quienes lograron que Fiorella viniera a verme, de lo contrario ya te habría rebanado la lengua por andar revelando mi situación sentimental.

Si como sea– habla despreocupada– ¿Cuenta que pasó? Hubo acción anoche.

No hables así de Fiorella– la regaño.

Ups, es que me emociono– dice– Pero ahora si dime, ¿Por qué llamas tan temprano?

Quiero que vayas a la casa de Fiorella, busques un cambio de ropa para que vaya a trabajar y me la traigas al penthouse– le ordeno.

Cuenta con ello– me dice con una voz más feliz que la de costumbre, que raro, pero ya lo averiguaré luego–¿Pero por que Fiorella no viene a cambiarse a su casa?– pregunta confundida.

–Es porque yo la llevaré a la mansión– digo casual.

Te conozco Maximiliam Telnaster, se que hay algo más, asi que habla.

Es simple, quiero que todos en ese lugar sepan que Fiorella Leblanc es la mujer del Zorro– le digo y cuelgo.

Tarde o temprano se iba a saber, así que para que atrasar lo inevitable, desde que la chef vino a mí por su propia voluntad decidí hacer todo lo posible e imposible para ganarme su afecto y más desde que correspondió a mi....

Espera un momento, mierdaaa no, ¿Acaso ella dijo que yo también le gusto?





Doble actualización porque los amo.
Besos en el poto 💋

Sepulcro Onde as histórias ganham vida. Descobre agora