Diamond "SanSang" [Parte I, II Y III]

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"Secretos, mentiras, anhelos"
"¿Eres inocente?"

Hacia horas que la lluvia había casado, desde que Yeosang apareció en su puerta vistiendo un impermeable amarillo con gorrillo, pasaron una hermosa tarde viendo películas sentados en el sofá, comiendo algo delicioso. San lo acompaño a casa cuando llegó la noche, seguramente si continuaba haciéndolo seguido se volvería un gran hábito, al regreso del camino atravesó un parque que solía frecuentar con sus amistades cuando estaban cruzando el colegio, pero esas salidas simplemente terminaron cuando cada quien obtuvo más responsabilidades, como novios, con el pasar de los años se volvieron una especie de "Pandilla".

Cuando eran niños compartían cualquier cosa, cualquier secreto, de un momento a otro esa confianza que tenían se desvanecio hasta el día del accidente.

Actualmente San cumpliría sus veintiuno años dentro de poco, estaba en la recta final de la universidad, Yeosang estaba en primer año, el estaría cumpliendo los diecinueve años dentro de un año más.

El día del accidente San, Hongjoong, Y Mingi habían estado bebiendo en un bar, del padre de Mingi, cuando recién habían decidido mantenerse aún en contacto después de algunas diferencias extravagantes, entre los tres el que se sentía más desplazado era San, sus dos mejores amigos habían olvidado por completo aquella amistad que tenían entre ellos, pero ese día, algo había cambiado.

Después del accidente el lazo de confianza que ellos tres tenían roto volvió a unirse, convirtiéndose en un secreto del que nadie estaba familiarizado, del que nadie tenía idea más que el padre de Mingi quien se encargó de guardar el secreto a toda costa de las demás personas ¿Era eso correcto? La respuesta era un 'No' definitivo, era la respuesta más clara que podía haber, alguien muriendo por causa de un accidente y no tener la habilidad de salvarlo por el shock que te ha ocasionado, chocando tus sentidos como un bate de béisbol.

Día del accidente

San permanecía sentado sobre uno de los columpios que solía frecuentar junto con sus amigos cuando tenían encuentros para jugar al básquetbol en la cancha, pero esos encuentros se habían desvanecido por completo cuando cada quien tomo su rumbo en algún instante alejándose poco a poco. El día estaba agradable, los rayos del sol a todo lo que daban brindando esplendor a cada objeto que rodeaba ese parque, los tubos de metal sosteniendo las grandes estructuras mantenian una temperatura elevada, cálida pero no una especie de calidez agradable, de esas que te hacen suspirar, más bien una calidez de esas que si prevaleces mucho tiempo puede quemarte.