¿Qué pasaría si después de tantos años visualizando a alguien como tú rival esa mirada cambia y se transforma a una de amor?
Esto fue lo que le pasó a Neteyam, desde que era apenas un pequeño niño se mostró siempre responsable a sus deberes y muy un...
Luego de una tarde agotadora para nuestra protagonista, decidió ir a su hogar para arreglarse de manera rápida, no quería verse desordenada ni mal ante los ojos del Olo'eyktan y su pareja. Cambio su atuendo para estar más cómoda, cepillo un como su cabello con sus manos para finalmente colocar un adorno en él, adorno que fue confeccionado por Sanza.
-Gracias Sa'nok- dijo con una sonrisa dándole los últimos toques al adorno, era realmente bello y en ella quedaba perfecto
Salió de su hogar casi corriendo, tuvo mucho cuidado de no chocar con la gente que caminaba por la aldea, no quería llegar tarde a la cena y mucho menos no ayudar a acomodar las cosas para comer. Se apresuro lo mas que pudo y cuando estuvo cerca de la zona comenzó a caminar para retomar el aliento.
Su mirada, puesta en el suelo, se levanto debido a una risita aguda que hizo que sus orejas se moviesen, frente a sus ojos la imagen de Tuk riendo mientras jugueteaba con su hermano mayor capto su atención, ella se veía tan feliz y adorable como siempre lo era, pero Neteyam se veía mas relajado, risueño y algo tierno, muy diferente a lo que recordaba o había visto de él.
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-¡Bakary!- exclamo la menor al notar su presencia, rápidamente se puso de pie para correr a sus brazos dejando a su hermano solo en el lugar
-Tuktirey- saludo sintiendo como abrazaba su cintura por lo que no dudo en poner una de sus manos en su cabeza mientras que la otra correspondía su abrazo- ¿Cómo estás?
-Bien, estoy alegre de que vinieras- contesto alejando su cabeza del cuerpo de la mayor para poder mirarla, una amplia sonrisa se observaba en su rostro- nunca vienes aquí, dime que te quedaras por un buen rato
-Tu madre me invito a cenar- dijo- supongo que tendré bastante tiempo para compartir con ustedes
-¡Genial!- exclamo separándose completamente de ella para tomar una de sus manos- ven y juega con nosotros- pidió la menor jalando su extremidad para dirigirla en dirección a donde Neteyam aun esperaba
-Tuk no creo que...
-¡Bakary jugara con nosotros!- grito, Neteyam estaba a cierta distancia sin realizar movimientos alguno, su mirada decía todo, le desagradaba la repentina llegada de la joven
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