Capítulo 8

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Regresamos a casa, donde ya habían dado inicio al brindis de despedida y partido el pastel en cuadrados perfectos. Al entrar la tía Olive se me abalanzó encima diciendo que no soportaría no ver a su pequeña en tanto tiempo y rogaba que la visitaramos al menos una vez al año. Le prometí que haría todo lo posible y que yo también la extrañaría mucho, porque era mi tía favorita y siempre me contaba historias divertidas sobre su tiempo trabajando en una cafetería en México.

Pasamos toda la tarde contando chistes y anécdotas que nos habían pasado a lo largo de las vacaciones. Andy con timidez que se soltaba rápidamente y los demás gritando por encima de la música, que la verdad no estaba tan alta.

Mis primos menores (Aliah, Allyson y Andrew) Me regalaron unas camisetas para andar con la misma vestimenta. Entre carcajadas y silencio brindamos por un año mas en la vida de Ann Thompson. Increíble.

No pude evitar escribir todo en mi cuaderno antes de ir a jugar por lo que ellos se desesperaron un poco, pero qué decir era mi tercer cumpleaños de dos cifras.

—Ann, rápido—Decían mis padres, que junto a la tía Margot (que no era tan aburrida) intentaban entretener a todos con historias inventadas en el mismo instante en que empezaban a hablar, si, es un don de familia.

Al terminar todos reanudaron el canto de feliz cumpleaños que era un poco repetitivo, pero alegre y supongo que me gustaba. Minutos después volvimos celebrar con pastel, esta vez con Claudia —que se había ido por un rato— y todas mis tías.

La casa se había convertido en un bing bang de risas, alegría y música. Todo era perfecto. Mis padres dieron unas palabras en mi honor que me hicieron derramar una que otra lagrima de alegría y nostalgia.

—Ann, di unas cosas tu también.—Dijo la tía Margot tomándome una foto.

—Bueno. Nunca había tenido un mejor año, lleno de buenos momentos y cambios para bien. Diría que no cambiaría esos momentos por ninguno, pero tener a mis amigos y familiares reunidos aquí es, en definitiva, lo mejor de todo el año.

—Aplauso para Annie.—Dijeron al unisono. Otro don de familia, ni idea de cómo le hacen para hablar así.

Me tomaron una foto, sinceramente no sé quién fue porque había mucho revuelo, pero seguramente esa foto fue tomada para guardar un momento en la inmortalidad, momento justo.

Estaba claro que esa era la despedida. Iba a extrañar horrores a mis amigos, pero no podía ser tan malo. ¡A por Filadelfia! Ese día estábamos en familia.

"Mi cumpleaños marcó la diferencia en un año, haciéndolo mas perfecto de lo que ya era. Porque no hay nada mejor que estar vivo con los tuyos a tu lado apoyándote en las buenas y en las malas.

—Ann Thompson.


El cerebro de AnnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora