VERDARDES QUE MATAN

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Altagracia

No he parado de dar vueltas en mi cabeza sobre lo que me ha dicho Felina sobre Esmeralda, ella y yo nunca nos hemos sentados y discutimos de lo que pasó desde que me enteré de la verdad, y la culpa no me deja pegar el ojo.

Estoy dando vueltas sobre la cama, incapaz de conciliar el sueño. Cansada y sin ganas de despertar al dormilón que tengo al lado. Me levanto con cuidado, tomo mi móvil sobre la mesita de noche, bajo las escaleras encontrando el salón en total oscuridad, enciendo la luz antes de seguir bajando las escaleras.

Me siento en medio del salón todavía con las palabras de mi mejor amiga maltratando mi lado bondadosa y eso que mi hijo no deja de darme patadas, se lo he preguntado a Adolfo por lo rápido que ocurrió eso y me ha dicho que es normal, que aveces algunos niños se desarrollan más rápido que otros. Esta respuesta me tranquilizó un poco.

Bajo la mano a mi vientre para hablarle, se ha vuelto una costumbre entre nosotros dos mientras su papá duerme.

- Mi amor ¿Tú qué piensas? ¿Deberías de hablar con esa mujer que intentó separarme de tu papi?_ da una patada debajo de mi cosilla_ bueno si tienes razón, ella no hizo nada de ello pero igual ocultar la verdad sobre su identidad era muy raro.

Da pequeñas toquecitos sobre mi ombligo.

Tomó mi móvil, miro la hora y son casi las cinco de la mañana, debería estar dormida aún, igual le marco, suena una, dos y tres veces y me descuelga. No tan dormida estaba.

- ¿Bueno?_ escucho su voz recién levantada

- Soy yo, Altagracia_ rasco mi garganta sin creer lo que estoy por decir _ te quiero invitar a tomar un café y para que hablemos de lo que nos incumbe a las dos.

El silencio se instala entre nosotros por medio del teléfono.

- ¿Entonces?_ insisto cuando no me dice nada_ a las siete en el restaurante cerca de la empresa, ¿Cuento contigo?

- Ahí estaré.

- Entonces hasta ahora.

Sin esperar más cuelgo dejando el móvil muy lejos de mi. Creo que me voy a arrepentir de eso y quizás lo que diga no me agrada pero necesito saber en qué puedo estoy con toda esta situación. No puedo negarme las cosas, dentro de cinco meses tendré a un hijo, y para eso tengo que tener ya todo listo antes de que venga, porque no lo quiero ver sufrir, no se lo merece, al menos él tendrá la felicidad que Mónica no tuvo. No puedo soportar otra decepción más para uno de mis hijos.

- Altagracia, mi amor_ sobre salto sobre el sofá con la voz de José Luis en mis oídos_ mi amor en que momento viniste aquí?

Me quedé dormida.

- Cielo me desperté a las 4 y no he podido conciliar el sueño de nuevo así que baje para un poco de agua y me quedé dormida de nuevo_ le doy el beso de buenos días_ hola amor.

- Hola mi reina_ sonríe recibiendo el beso_ ¿Qué tanto le impedía el sueño a mi preciosa?

- Nada importante amor.

Él no tiene que saber nada de eso, no quiero preocuparle con estas tonterías, es algo que tengo que resolver con Esmeralda y nadie más.

- Nuestro hijo ¿Cómo está?

Deja la mano sobre mi pequeña barriga.

- En excelente salud_ sonrió embobada _ no ha dejado de darme patadas en toda la madrugada, sera un excelente jugador de fútbol.

LA DOÑA 3 [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora