Encerrada con el bastardo ¿Qué podría pasar?

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Miedo y vergüenza...dos emociones completamente diferentes, que no tienen nada que ver entre sí...

Miedo: Sensación desagradable provocada por la percepción de peligro, ya sea real o imaginario.

Vergüenza: Turbación del ánimo ocasionada por la conciencia de alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante.

Deshonrosa y humillante, peligro real o imaginario

Está situación es deshonrosa, si, pero lamentablemente no es imaginaria.... aunque ella quisiera que lo fuera con todas sus fuerzas.

¡Doyun por qué no me avisaste!

Ella se lamentaba a morir por la terrible vergüenza que estaba pasando y a su vez reprimía el intenso miedo que tenía al ver al bastardo.

Sin embargo...¿Por qué la sensación le parecía conocida? ¡Oh! Lo recordaba, ella ya había sentido las mismas emociones juntas antes.

La primera vez fue cuando tenía 10 años, en ese tiempo ella vivía en el orfanato de monjas y solo tenía dos cambios de ropa. En una ocasión, justo cuando lavaba uno de sus conjuntos por accidente cayó al río al tratar de atrapar a una molesta rana que se estaba burlando de ella junto con sus demás amigas ranas. Terminó mojada y sin ropa que usar... así que tuvo que valerse de su ingenio...¡un saco de papas serviría! ¡Ja! Si  esa actriz rubia que había visto en la televisión lo había usado ¿Por qué ella no?
Y así, cuando los supervisores del estado vinieron se llevaron tremendo susto al entrar y ver a una niña delgada, despeinada, descalza y con un saco de papas cubriendo su cuerpo....¿No se suponía que era el mejor de todo el pueblo? ¿Cómo estarán los peores?
No está por demás decir que casi cierran el orfanato por su culpa, lo peor vino después al enfrentarse a las caras serías y enojadas de algunas monjas y a las burlas de los niños que la empezaron a llamar  "Linlyn Papanroe" 

La segunda fue en el Gaokao, estudio todo un año entero para lograr pasar con la menor cantidad de fallas posibles, pero....supo que todo iría mal cuando puso su nombre en el lugar donde iría la fecha ¡Bum! Ella quiso morir, de todas las cosas que le pudieron pasar ¿Por qué eso? Y lo más  importante ¿le anularan el examen como las monjas lo hacían? esa pregunta la abrumó durante todo el día. 
Pero ahora que lo piensa años después...no era un gran problema ¿O si? Después de todo sabrían el error porque nadie se llamabados dosmil.....¡Achú! Lo siento, continuemos, de abril seis y que ella sepa no existía una fecha Lin Jeon. 

Pero bueno en ese momento si sintió tanta vergüenza que se puso más roja que un tomate y sintió tanto miedo que todo el exámen estuvo temblando, a tal punto que le costaba rellenar las casillas de las preguntas.

Y la tercera y última vez fue cuando la descubrieron en el taller mecánico...oh, el miedo que sintió al verse privada de su única fuente de sustento y la vergüenza que tuvo que pasar al salir ante la atenta mirada de sus antes compañeros de trabajo, que por poco y van por toda la ciudad contando lo que había hecho, aún podía recordar lo que decían.

"¡Por Dios es mujer! ¿Quién lo hubiera pensado? No parecía muy femenina que digamos"

"Si, yo tampoco lo hubiera pensado. Mira...es plana, no parece una mujer en absoluto "

" Y recuerden como comía ¿Puede una mujer permitirse tales cantidades de comida?"

¡Bastardos! Soo Youngmi resopló, fueron tan duros con ella...pero, ahora que lo piensa quizás solo la estaban entrenando ¿Para qué? Para enfrentarse al jefe final...

¡Chan chan chan chan!

¡Él bastardo mayor! ¡Feng Doyun!

Tranquila Soo Youngmi, tranquila, tranquila.....¡Eres una Soo! ¡Eres la esposa malvada del bastardo! ¡Eres la villana de este libro! ¡Eres Soo Youngmi! ¡Actúa como tal!

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Paf

Ella se dió una cachetada imaginaria y dejó a su gato en el suelo, después avanzó con decisión hacia Feng Doyun. 

¿Estaría enojado por lo de antes? ¡Y qué! No podía hacerle nada porque ella era inocente. Si se atrevía....ella actuaría como lo que era, una villana malvada muy malvada y despiadada.

Feng Doyun se encontraba con con un traje elegante, sentado en una silla de madera tapizada con cuero negro, tenía las piernas cruzadas y estaba recostado en el espaldar, su posición era dominante como la un rey, en su boca llevaba un cigarrillo que aún no había encendido y en sus manos...antes tenía un encendedor pero lo había soltado después de ver el extraño comportamiento de la mujer.

En cuanto a su expresión, era de completa incredulidad ¿Está era la imponente señorita Soo? Se pregunto, o es qué acaso...un lunatico había poseído su cuerpo, pensó él.

"¡Querido!" Soo Youngmi sonrió ampliamente  y corrió a abrazarlo, pero por temor a su aterradora cara decidió rodearlo y hacerlo por la espalda, rodeando su cuello con sus delgados brazos "¿Ya no estás enojado conmigo?" pregunto en un puchero mientras miraba el lado derecho de la cara de Feng Doyun.

Al sentir el contacto Feng Doyun sintió una terrible aversión ¿Cómo no hacerlo? ¡Acababa de levantar en sus brazos a ese sucio gato y ahora lo venía a abrazar a él! ¡¿Cómo se atreve?! Él apretó los puños por la ira, sin embargo, por muy enojado que estaba no se atrevió a protestar, pues quería respuestas ¡Necesitaba  respuestas! 

Aunque ya sabía la verdad sobre el asunto de los afrodisíacos, pues encontró más en el cuarto de su madre y también había supuesto que no había pasado nada entre ellos, eso por qué la habitación estaba completamente limpia y porque la mordida y los moretones en sus brazos le decían que la mujer había luchado para que no la tocará.

Pero aún así tenía varias dudas como ¿Por qué no tomó la oportunidad y se acostó con él? ¿Dónde había estado escondida estos días? ¿Con quién? ¿ Quienes eran esos extranjeros? ¿Por qué había cambiado tanto? esas preguntas inundaban su mente y hoy había decido que haría que esa mujer las respondiera una a una, o lo lograba o no se llamaría Feng Doyun.

Así que por el bien de su propósito él se calmo lo más  que pudo, se sacó el cigarrillo de la boca y con un tono de voz frío respondió "¿Parezco enojado?" dijo mientras ladeaba la cabeza para mirarla y jugaba con el cigarrillo entre sus dedos.

¡Todo el tiempo!...tienes la misma expresión sería que mi Doyun.

Pero no se atrevió a responder de esta manera, sino que simplemente negó con la cabeza y miró a la pared para evitar hacer contacto visual.
No sabía porque pero hoy él estaba raro, primero la quiso matar en la mañana y ahora....no la había apartado como lo hubiera hecho antes, ni le había recriminado lo que había pasado hace dos días ¿Por qué? ¿Será que madre Feng aceptó su culpabilidad? Eso le parecía imposible pues, lo último que le dijo le dió a entender que no tenía pensado  asumir la responsabilidad y se la cargaría a ella, pero ahora....tal vez si lo había admitido, Pero sino....¿Qué pudo animarlo al punto de aceptar su toque?

De repente la figura de la señora de mediana edad le vino a la cabeza y una pregunta aterradora empezó a taladrar su mente ¡¿Qué le había hecho?!

¡Oh no! ¿Que me hizo este idiota que lo hizo tan felíz? Ehh...¡Oh no! De seguro me quitó un riñón para dárselo a su maldito loto blanco, o tal vez, tal vez no fue el riñón, pudo ser cualquier cosa, mi plasma, un pulmón, mi médula ósea, o....o tal vez fue mi sangre ¡Si!.....litros y litros de mi preciosa sangre de diosa ¿Será por eso que me siento tan débil? 

EL ARTE DE SER VILLANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora