【🦥】es que yo pierdo el ritmo
cuando me abandonas
y me quedo solo
solo sin tí...
𝗖𝗨𝗔𝗡𝗗𝗢 | Nata y ____ al conocerse por una casualidad, se dan cuenta de lo mucho que se complementan el uno al otro...
[ ov...
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( narra nata )✧*。
Estaba concentrado en la pantalla con el control en las manos e intentando no quedarme dormido en mi cama hasta que Gabito entró de golpe.
— No estés chingando, no tengo ganas — solté sin más.
— Ya deja de andar de picudo. ¿Dónde tienes las medicinas?
— Que te valga verga... Creo que en mi gabinete del baño.
Sin decir más se encaminó al baño de mi cuarto. Aventé el control a un lado y me le quedé viendo a la puerta, esperando a que saliera.
Andaba medio agüitado por unos pedos que hubo con mi último álbum, "Nata Montana" y todo mi equipo sabía que andaba de cagapalo castroso.
El Gabo salió del baño con unas cajas de medicinas en las manos.
— ¿Pa' que quieres eso?
— Que te valga madre — dijo sarcástico y salió de mi habitación. Suspiré.
Mañana tenía que ir a resolver o ver que pedo con la canción que no salió. Ya habían arreglado el nombre en Apple Music, al menos.
De solo pensar en todo eso y las pinches soluciones pedorras que me iban a dar, me estresé.
Estiré mi mano a mi buró y tanteé hasta que algo me dió forma de un vape que había abandonado por ahí. Le dí una calada y sentí el sabor a fresa kiwi. Me paré de la cama, salí del cuarto y bajé las escaleras en dirección a la sala donde estaba el Dan en el cel.
— ¿Qué rollo, Nata? — dejó su cel a un lado y me miró.
— Nada... — le volví a dar otro hit al vape. — El Gabo me fue a robar medicinas sepa' la verga pa' qué.
— No sé que pedo con eso. Hace rato lo ví salir en putiza con el Junior, supongo que ya llegaron.
No tenía ganas de dar un paso más. No tenía ganas de nada... Suspiré, ¿Por qué me paré de la cama, para empezar?
Le dí otro hit al vape y me fuí de regreso pa' arriba. Fuí al cuarto del Gabo y me asomé, no había nadie. Solté un bufido desesperado y me regresé a la sala.
Apenas iba a darle otro hit al vape cuando mi estómago rugió. Me redireccioné hacía la cocina. Ahí estaba Hugo, mi chef personal, y otros empleados.
— Buenas tardes señor Natanael — Silvia, de cariño Silvi, una de las encargadas de la limpieza me saludó. — ¿En qué le puedo ayudar?
