—¿Necesitas que te lleve?—preguntó mamá al otro lado de la cocina.
Giré mi vista hacia la ventana, afuera el cielo estaba completamente despejado y el sol era tan radiante que parecía quemar cualquier cosa que se interpusiera en su camino. Generalmente iba siempre a mi trabajo caminando, pero hoy el día era tan caluroso que apenas si era soportable. Ah, ya estaba deseando el aire acondicionado de El Edén. Además, hoy no era un día como cualquier otro. No, en uno de esos iba a la floristería y atendía a los clientes junto a mí tía Lou. Pero hoy ella no iba a estar, en cambio, un nuevo chico empezaría a trabajar ahí. Por eso debía llegar temprano y verme decente, no acalorada y sudorosa, para dar una buena primera impresión. Era necesario asegurar una buena relación laboral para que todo saliera bien.
Durante la semana mi tía me había comentado un poco sobre cómo trabajaríamos los sábados, por lo que confiaba en que las cosas no se complicaran mucho. Me dejó a mí a cargo y estaba responsable de manejar el dinero ese día, sentía un poco de presión, para ser sincera. Me comentó que durante la semana el chico nuevo estuvo con ella aprendiendo algunas cosas, aunque eso básicamente significaba que lo estaba poniendo a prueba durante ese tiempo. Él se había ganado la confianza de Lou y la había sorprendido al ser rápido en aprender.
"Espero que se lleven bien. Suerte". Fue el último mensaje que envió hoy en la mañana.
—Ay, por favor, mamá. Si tienes que salir, llévame o llegaré derretida.
—Bueno, apura, apura—Me apremió mamá mientras acomodaba su bolso de mano. Miré a papá y él sonrió divertido, yo lo imité. Luego mi progenitora dijo:— ¿Qué es divertido? Se nos hace tarde y no puedo llegar tarde a mí cita en la peluquería. Y tú tienes trabajo, Andrea—Me señaló.
—¡Por Dios, Megan! Aún es temprano.
—Claro que no, Matthew. Hay que considerar el tráfico y si llegas a la hora exacta, llegas tarde.
Papá rodó los ojos y le dio un sorbo a su café, yo retuve una risa por su gesto y terminé mi desayuno lo antes posible. Minutos después al fin me encontraba en el auto de mamá, la morena iba muy ensimismada en la carretera y no le prestaba atención a nada más. Yo, por mi parte, no podía parar de pensar en todo lo que había experimentado los últimos días. Por primera vez en toda mi vida me había involucrado en un rumor y los estudiantes hablaban de mí a mis espaldas. Sí, aún me sorprendía mucho esa parte, especialmente porque siempre había tratado de llevarme bien con las demás personas porque odiaba las peleas. Eran demasiado agotadoras.
Pero si había una persona a la que no me podía sacar de la cabeza, esa era Christopher Williams. Bueno, dos, en realidad. Ya que las palabras de de Kristen seguían rondando en mi cabeza y era incapaz de pensar en otra cosa que no fuera eso. "Chris no es el príncipe azul que tú crees que es", había dicho, dejándome con un puñado de preguntas que me carcomía por dentro. No entendía a qué se refería, lo que me hacía cuestionarme a qué Chris se refería. Porque el que yo conocía era amable, caballeroso, gentil, carismático, el único chico decente en todo el instituto y estaba saliendo conmigo.
"Christopher se merece a alguien mucho mejor."
"A mí me pare ce que solamente te está usando."
¿En serio así nos veían todos?
—Andrea—Escucho que llaman a mi lado, mamá me voltea a ver con el ceño fruncido—. ¿En qué tanto piensas? ¿En tu novio?
Precisamente, pero no en la forma color de rosas que ella se estaba imaginando. No era un sentimiento muy lindo el que comenzaba a instalarse en mi pecho.
—Por cierto, ¿cuándo lo traerás a cenar?
Me quedé pensativa por un momento. No estaba segura de si mis padres alguna vez habían conocido a Chris, pero no dudaba de que lo reconocieran de las reuniones de padre y las ceremonias de bienvenida de la escuela, ya que él siempre participaba o daba algunas palabras como representante del salón o por sus excelentes notas. Creo que alguien como Christopher Williams sería el yerno de ensueño de todos los padres. Quería que lo conocieran, pero no sabía si él quisiera hacerlo. Después de todo, para él, lo nuestro era solo una mentira.
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Duplicidad
Teen Fiction¿Alguna vez has escuchado la historia del chico y la chica que fingen ser novios? Seguro que sí, es un clásico. Cuando Andrea Holland acepta fingir ser la novia de Christopher Williams, el chico más popular del instituto, piensa que es su oportunid...