Mudanza de piel.

10 0 0
                                    

Habían pasado tan solo 7 fugases meses y yo ya estaba cubierta por ti.

Me había impregnado de tus chistes, de tu forma hablar, de ver la vida, de tus gustos y de tu voz. Tu voz llamando mi nombre, jugando con él, llamándome de distintas formas... y cada una me enamoraba más que la otra.

Mi cuerpo, entonces, estaba cubierto por una extraña película de nueva piel.

El primer desprendimiento de esa piel fue esa dolorosa separación. Cada minuto que pasaba sin ti me sentía a morir. Resulta que me estaba quedando sin ti, sin mi.

Nunca te importó saber que había sido de mi. Y juraste cubriste de ti el cuerpo de otras víctimas. Más rápido y mejor. Dejándome a mi a medias.

Dándole de mi piel, que con amor e inocencia te regalé. Se las diste a ellas. Y tú, de nuevo, estabas limpio. No había nada de nosotras en ti.

Aún así, un año más tarde, busqué nuestro encuentro. Está vez, parecía que iba en serio.

Querías más de mí, pero no me querías a mí.

Aún quedaba de tu piel anterior en mi. Sin embargo, la arrancaste. Tejiendo una más lenta, más duradera, más difícil de quitar (ahora lo sé).

El segundo desprendimiento de tu piel sucedió en esa pelea. En la cual decidiste no querías saber más de mi. Sólo porque según tú, "no te habría puesto atención". Ahora que lo pienso, ¿De verdad era tan grave para dejarme de hablar por días?

Cuando pasó el suficiente tiempo y pensé ya no volverías, yo misma decidí arrancarme esa capa.

¡Que dolor!

Cada centímetro llamaba tu nombre ¡Edgar, ven, Edgar!. Aclamando tu regreso, y lo hiciste, más te diste cuenta que había pedazos que ya no te pertenecían, y sólo por eso, te desaparecías dos o tres veces por semana. Querías probar que yo estaba equivocada, que iba a extrañarte, que aunque yo estaba decidida en no ser de ti,era yo quien te pediría que volvieras a tejerme

Cada centímetro de piel que me retiraba, nunca más fue repuesto.

Cada pelea, cada discusión, cada indiferencia, la piel restante se aferraba más a mí. La habías encantado.

Y siempre dolía. Dolías. Dolía.

Entonces decidí que yo jamás la quitaría. y otra vez yo estaba a medias.

Mi cuerpo eras 50% tú, 50% yo.

¿Y qué hice? Fingí que todavía estaba completa de ti, aferrándome a lo poco que tenía de tu piel, atesorándolo todo.

Hasta que empezó la tragedia. Una serie de eventos desafortunados.

Fuiste duro, cruel y malvado.

Comenzaste a quitarme con tus propias manos la capa de piel. Sin anestesia.

Hoy ya no me queda nada de ti o eso es lo que quiero creer. Sólo me aferro a los pedazos que guardé de ti, a esas migajas que fueron tuyas y después mías. Ahora no son de ninguno.

De vez en cuando salen escamas que te llaman, son más fuertes. Se apoderan de mí y buscan a su dueño, preguntan a dónde se ha ido.

La respuesta es que ni yo la sé.

¿A dónde van los corazones que no pertenecen?Where stories live. Discover now