•
Souya caminó sobre la mesada y abrió uno de los placares sacando de esta una mamadera grande, luego caminó de regreso y se la dió al Haitani.
—– ¿Para qué es esto?—– Preguntó viendo los stickers pegados que tenía.
—– Quiero licuado de durazno y tomarlo con eso.—– Declaró con una bella sonrisa.
—– Pero ¿No creés qué estás grande para mamadera?—– Cuestionó el mayor dándole otra oportunidad al arrepentimiento.
—– Siempre dices que soy pequeño, quiero mi mamadera llena sin excusas y pan con mermelada.—– Demandó con firmeza.
—– Ahora entiendo cuando te referías a que era el más demandante.—– Se le burló la rubia.
Rindo hizo lo pedido sin queja alguna, había sido su culpa por darle la opción de elegir, pero al menos lo veía feliz mientras esperaba su licuado, amacando sus piesitos y tarareando una canción, era un niño perfecto.
—– Aquí tienes, lindura.—– Mencionó el rubio al entregarle la mamadera llena y un plato con pan con mermelada de arándanos, luego le dió un beso en la frente.
—– Amo que me consientas tanto, Rin-san.—– Aplaudió despacito por haberle hecho la merienda.
—– Tu mamá me regañará por darte los caprichos, pero lo vale si sonríes.—– Esperó a que el menor sonriera, acción que hizo de inmediato—–. Ahí está, esa sonrisita hermosa.—– Le apretó apenas uno de sus cachetes.
El peliazul tomó la mamadera, estaba un poco pesada para sus brazitos.
—– ¿Quieres que te cepille el cabello mientras meriendas?—– Propuso revolviéndole el cabello.
—–¡Chi!—– Chilló entusiasmado.
En cuanto Rindo se fue hacía la habitación de los gemelos, el Kawata dirigió la mirada hacía los dos mayores que aún estaban ahí.
—– Rin-san es muy bueno conmigo.—– Susurró soltando una risita juguetona.
No sabían si lo decía con inocencia o no, pero Chifuyu sintió que era una indirecta hacía él, ya que al menor no le agradaba y él tampoco.
—– Lo encontré, ven mi amor.—– Mencionó el Haitani cargándolo en sus brazos.
La imagen digna de enmarcar era ver como Rindo sentaba al menor en su regazo y comenzaba a cepillarle cada rulo sin querer apurarse, mientras olía su cabello y le daba besitos.
—– Mi mamá siempre me peinaba cuando era pequeño, y como a mí no me gustaba que lo hiciera, me hacía la merienda para que me distraiga... Ahora que lo pienso es una buena manera de mantener un niño tranquilo.—– Murmuró al cepillar su cabello esponjoso.
Souya estaba más que complacido, tomaba lo que quería, comía lo que quería, y más que tiene a su niñera solo para él durante un rato.
—– Tengo sueñito, Rin-san.—– Apoyó la cabeza en el pecho del contrario.
Rindo estaba tan sumiso en su propia burbuja, que no le prestaba atención a nada más que al Kawata, el movimiento de sus pies demostraba que estaba contento, que comiera y sonría era el indicio que le gustaba, o que lo mirara cada vez que pasaba el peine por sus cabellos, era todo el mundo resumido en los ojos azules de un pequeño.
—– Rin-san ¿Cuándo piensas casarte?—– Le preguntó un niño.
Esa pregunta reventó su burbuja.
—– ¿Para qué quieres saber?—– Su sonrojo lo hizo muy evidente.
—– Es que Naho me hizo cumplir un reto y debo preguntártelo.—– El menor se encogió de hombros.
ESTÁS LEYENDO
Amor De Tiempo Completo
FanfictionEn dónde Rindo tiene que cuidar de dos pequeños de 5 años, aunque ellos les causen problemas. - Los personajes no me pertenecen, son propiedad de ken wakui. - La historia está basada fuera del manga/anime, los personajes están vivos y tienen una vid...