CAPÍTULO 41

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* ¡¡No pude aguantarme más!! tenía planeado subir los capítulos hasta el 18, pero me urge que los lean, así que disfruten el capítulo, espero que les guste tanto como a mí me gustó escribirlo, por favor no se olviden de comentar, amo leerles, las quiero mucho*

Narra Valentino:

28-12, 12:00 pm, Roma Italia.

Salgo de la finca con una sensación agridulce, no quise preocupar a Katrina, pero lo cierto es que el problema que tengo entre manos es bastante grave. Debo volar a Berlín y encontrarme con una escoria alemana que ha querido arruinar mis rutas de tráfico durante años, si no resuelvo esto, tendré que matarlo y estar en guerra con Alemania no me conviene ahora mismo, no con Blaine suelto y el clan irlandés queriendo mi cabeza.

Sigo los pasos de Massimo y me reúno junto a él en el coche.

- Infórmame sobre el asunto. – ordeno una vez que nos ponemos en marcha.

- Neumann ha puesto a sus hombres en alerta, están prepararnos para llenarnos de hoyos en cualquier momento.

- Vaya, que gratificante. – comento con sarcasmo. - ¿Hay alguna información que podamos usar en su contra?

- Tuvo un hijo hace tres años con alguna de sus putas, lo dio en adopción apenas nació, sin embargo, no he podido averiguar nada del pequeño o de la mujer, parece que hizo muy bien su trabajo en esconderlo.

- No necesitamos averiguar sobre el niño, solo hay que saber manejar la información. – sonrío con suficiencia. – Comunícate con el periodista más amarillista de Alemania, si Neumann no accede a entrar en nuestro juego, entonces todo mundo conocerá lo imbécil que es.

***

Aterrizamos en una pista privada, rodeada por mis hombres. Si Neumann quiere traicionarme, ellos están listos para atacar. Camino junto a Massimo y nos reunimos con el alemán en una bodega privada a las afueras de la pista.

Llego con el bastardo rubio, sus hombres frente a los míos, con una única mesa interponiéndose entre nosotros.

- Rossi. - saluda.

- Neumann. - respondemos mi hermano y yo al unísono.

- Aún me sigue pareciendo increíble verlos juntos. - sus ojos bailan de Massimo a mí. - Son como dos gotas de agua, solo que uno es más hijo de puta que el otro.

- ¿Por qué no vamos directo al grano? - lo corto. - ¿Cuánto quieres por dejar mis rutas en paz?

- Oh no mi querido Valentino, no estoy interesado en algo tan mundano como el dinero.

- ¿Qué es lo que quieres? - demando.

- Tu sangre. - me sonríe con malicia. - Quiero a tu primera hija mujer legítima para casarla con mi hijo. - la furia es brevemente sustituida por el asco. - Y no a la bastarda que tiene esa mujer con la que estás, la primera que lleve tu sangre, eso quiero.

Massimo me detiene cuando intento abalanzarme contra él. Volteo a verlo colérico, pero niega con la cabeza, recordándome que estamos en su territorio y él lleva gran ventaja.

- ¿Para casarla con el bastardo que tuviste con la puta con la que te enredabas y que ahora ocultas? ¿o planeas un hijo con la hija del diplomático a la que llamas esposa? – veo pasar un leve gesto de sorpresa en su rostro, pero es rápidamente sustituida por una sonrisa petulante. Mi intento por molestarlo funciona poco, si tan solo él diera el primer golpe... - Sobre mi cadáver. – escupo con odio una vez que no responde. - Pide otra cosa.

- Es eso o no hay trato. - se encoge de hombros. - Te sugiero que aceptes, así no voy a violar el pequeño coño de tus futuras hijas, incluyendo a la bastarda.

Roma: pasión y balasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora