Sasori me miró serio desde su lugar. En eso Deidara llega a su lado y ambos me miran.
Deidara: ¿Todo bien? —pregunta al vernos ahí tan serios— Itachi te busca, está abajo.
Airi: Si —murmure y pase en medio de ambos chicos ignorando sus miradas.
Sentía mis mejillas arder.
Al llegar con Itachi veo a Kakashi recargado en la barro con un vaso de agua en sus manos. Al llegar los dos me voltean a ver.
Itachi: Ah mira, si estabas en casa —dijo— iremos a comer algo ¿Vienes?
Kakashi: Si, muero de hambre —digo sonriendo.
Itachi asintió y después caminamos todos al carro de Itachi. Itachi en el piloto y Kakashi en el copiloto, mientras que atrás íbamos Deidara, Sasori y luego yo.
Durante todo el camino, yo solo veía a la ventana, no quería ver a nadie. Una vez abajo del carro empezamos a caminar hacia el restaurante, Itachi, Sasori y Deidara se adelantaron mientras que Kakashi y yo quedamos más atrás.
Airi: ¿Y de qué trabaja? —le pregunté.
Kakashi solo me miró de reojo y luego hace como si tratase de recordar la respuesta a mi pregunta.
Airi: ¿Tampoco puedo saber a qué se dedica? —pregunté confundida— no puedo saber su edad y ahora tampoco puedo saber dónde trabaja.
Kakashi: Soy dueño de algunas empresas —dijo.
Airi: Entonces no trabaja —afirmé.
Kakashi: Llevo 50 años trabajando para poder descansar como ahora.
Solo sonreí, según lo que decía su edad era de al menos más de 50 años, claro que mentía.
Airi: Bueno —dije cortante.
Kakashi me voltea a ver y me detiene tomando el brazo.
Kakashi: Hay que esperarlos.
Airi: Espérelos usted —dije caminando. Me sentía como si peleara con mi papá.
Al llegar al restaurante pasé y escogí una mesa donde cupiéramos todos y me senté, en eso un mesero de cabello negro y ojos negros se acercó, tenía un tatuaje en el cuello, lo podía ver porque sobrepasaba su camiseta.
Mesero: Bienvenida señorita —me dijo con una sonrisa.
Airi: Hola —dije devolviéndole la sonrisa.
En eso llegan los chicos y empiezan a sentarse, Itachi a mi lado, Kakashi enfrente de mí y de ahí iba Dei y luego a mi otro lado estaba Sasori.
Mesero: Caballeros, bienvenidos —dijo el muchacho un poco serio.
Deidara: ¿Y para nosotros no hay sonrisa linda? —se burló.
Mesero: Por supuesto caballero —dijo sonriendo— les dejó el menú. Y este es para usted —dijo dándome el mío.
Airi: Gracias —dije sonriéndole nuevamente.