El chico de la ventana

Capítulo 2

### Sombras en la Ventana

La lluvia golpeaba incesante contra el cristal, cada gota trazaba un sendero sinuoso mientras descendía por el vidrio, como si intentara contar una historia secreta. Anett observaba el mundo empañado a través de la ventana, donde las luces de la ciudad se desdibujaban en un festín caleidoscópico. Las sombras proyectadas por los edificios y los postes de luz danzaban al compás del viento, como entidades sin forma que buscaban su lugar en la oscuridad.

El apartamento, silencioso y pesado con la nostalgia de su soledad, parecía acunar susurros inquietos que se desvanecían en la penumbra. Anett sentía que algo lo observaba desde el exterior, algo que no lograba definir, una presencia difusa que se ocultaba entre las sombras de la noche lluviosa.

En la quietud de su reducto, sentía un escalofrío correr por su espalda, como una advertencia apenas susurrada por el viento. La sensación de intranquilidad lo llevó a recorrer su vivienda con cautela, escudriñando cada sombra y cada rincón en busca de certezas en un mundo desdibujado por misterios inexplicables.

En el umbral del sueño, cuando las fronteras entre la vigilia y el letargo se desvanecían, Anett vislumbraba breves destellos, figuras fantasmagóricas que se disipaban en un parpadeo. Sus noches eran un ciclo agónico de insomnio, interrumpido por sueños impregnados de una presencia que no podía definir.

De forma inadvertida, la ventana se convirtió en un foco de inquietud, un punto de fijación donde las sombras parecían cobrar vida y danzar con una intención oscura. La lluvia, vehículo de una atmósfera enrarecida, arrojaba un manto de misterio sobre la vida cotidiana de Anett, despertando cuestionamientos sobre la realidad que lo rodeaba y las sombras que recorrían su existencia solitaria.