— ¿Quieres que te llevemos?
— No se preocupe, Noona, me veré con JungKookie aquí cerca.
— Está bien. Adiós.
— Adiós.
TaeHyung sonrió como despedida en cuanto salió de la empresa. Emocionado por ver a JungKook decidió irse caminando hasta la cafetería en donde se verían por primera en todo el día, pues había estado en varias sesiones de fotos y no tuvo el tiempo de ni siquiera mandarle un mensaje.
Tenían planeado tomar algo y tener un tiempo para ellos y ya después ir a comer con los papás de JungKook, ya que ellos lo habían invitado a su casa porque querían verlo y preguntar cómo estaba respecto a su situación física. Ese matrimonio era tan lindo.
Decidió ponerse los audífonos para escuchar un poco de música mientras le hacía ejercicio a sus piernas y pies al caminar. Curioso observó todas las tiendas por las que debía pasar, tal vez veía algo que le gustara para JungKook, así podría darle un regalito con mucho amor.
— Aww, ¡es tan lindo!
Soltando una risita se acercó a la vitrina de esa tienda de ropa y accesorios para niñas, todo era tan rosa. Vestiditos tan bonitos, zapatitos, bolsitos y muchas cosas más, eran tan coloridos que la verdad se quedó ido viendo todo.
Se imaginaba a una niña entre sus brazos junto con JungKook y esperaba que ese sueño de ser padre alguna vez se le cumpliera.
— Lástima que no tengo sobrinitas para...
Había estado tan metido en ver los vestidos de la vitrina que hasta después notó, cuando sus ojos se desviaron hacia adentro de la tienda, que había un hombre cargando a una niña pequeña mientras una mujer bastante conocida elegía entre los tantos vestiditos.
Dejó caer el celular, los audífonos se despegaron de él. Tan sorprendido y atónito observó a esa mujer, al parecido tan grande que tenía con su difunta tía. Era la misma sonrisa, la misma mirada y la misma calidez al hablar.
Fuera de sí, completamente petrificado quitó los ojos de ella por mera inercia y así de ido los dejó en ese hombre. Estando tan fuera de todo, estando tan petrificado, tan atónito y shockeado caminó hacia la entrada de la tienda, pero sin quitar los ojos de ese tipo.
La puerta al abrir hacía un sonidito de campana, eso sonó al entrar y logró llamar la atención de ese par. Los dos lo vieron igual que él, tan sorprendidos y atónitos, pero él solo los observó mientras de sus ojos empezaban a caer tantas lágrimas, lágrimas de sorpresa, de confusión, de miedo.
Se fijó en el hombre, en el parecido tan igualable que tenía con quien fue su padre o su tío. Él se veía tan joven, como si los años nunca hubieran pasado por su cara, era el mismo de las fotos, tan igual que se preguntaba si estaba soñando o algo simular a eso, tal vez era una pesadilla.
Nuevamente, por mera inercia su mirada se desvió a la pequeña niña que estaba entre los brazos de ese hombre. Ella era tan parecida a su tío Zael y a YoonGi, tenía los mismos ojitos grises, la misma forma rasgada.
¿Qué estaba pasando?
Estaba intentando formular alguna pregunta, alguna oración, estaba intentando procesar y asimilar lo que sus ojos estan presenciando. Se estaba preguntando con tanta insistencia qué es lo que estaba pasando a su alrededor, en dónde estaba y por qué ese par lo veía tan expectante como él a ellos.
— Hola...
Jaeh fue el primero en hablar, suave bajó a su sobrina con toda la intención de acercarse, mas él retrocedió tan abruptamente que llegó a chocar con la puerta de cristal. Entre tantas lágrimas lo miró mientras hacía un gran esfuerzo para calmar a su asustado y agitado corazón.
— TaeHyung, yo soy...
— ¡Sé quién eres! ¡No te acerques, aléjate de mí!
Asustado intentó salir de ahí, trató de abrir la puerta en medio de tantos nervios y de tanta desesperación que por eso no encontraba cómo abrirla. Le gritó un sinfín de veces a Jaeh para que no se acercara, ignoró los pedidos que éste le hacía para que se calmara debido a su delicado estado de salud, pero él solo quería salir de ahí porque se sentía tan asustado, tenía tanto miedo.
— TaeHyung, por favor, por favor, te pido que te calmes. Podemos hablar tú y yo...
— ¡Alguien ayúdeme, por favor!
Tan desesperado buscó abrir esa maldita puerta porque necesitaba irse de ahí y despertar, entrar a la realidad. Trató de mil formas posibles, pero estaba tan jodidamente nervioso que no encontraba una manera de salir de ahí y eso lo estaba poniendo tan ansioso, llevándolo al túnel del pánico.
— ¡Por favor, sáquenme de aquí!
En una de tantas, un hombre que iba pasando por esa tienda decidió acercarse al notar la situación tan extraña que había adentro. Abrió la puerta y le dio la oportunidad de salir y correr sin mirar atrás, correr más allá de lo que podía, empujando y tropezando con personas que en su mente parecían querer hacerle daño.
Sentía que las calles se estaban reduciendo, que se hacían pequeñas cada vez que se alejaba. Sentía que todos ponían los ojos en él y por eso siguió corriendo sin rumbo, sin saber a dónde se dirigía con exactitud, solamente quería alejarse hasta no ver más esa tienda, hasta olvidar lo que había visto y lo que había escuchado.
Su corazón le estaba pidiendo que se detuviera, que no corriera más porque entonces vendrían las terribles consecuencias, pero su mente le gritaba que siguiera corriendo, que subiera la velocidad y evitara ser alcanzado por ese miedo tan grande que sentía.
" Para, sigue, para, para, sigue. Corre, para, detente, detente, corre, sigue, sigue "
Su mente le estaba hablando con tantas voces, unas le pedían que se detuviera, otras que siguiera y su cabeza le dolía tanto. No sabía hacia dónde iba, pero sí sabía que era a un callejón sin salida, irreconocible, distanciado de la gente, solitario.
" No te alejes, aléjate, corre, detente, para, sigue. No te alejes, detente, sigue, corre, no te detengas "
— ¡Ya basta!
Soltando los gritos más desgarradores posibles, aquellos que destrozaban la garganta, se sujetó la cabeza en busca de detener esas voces dentro de ella. Apretó los ojos en medio de tantas lágrimas mientras se pegaba a la pared y se dejaba caer al piso.
— Ya basta, ya basta... ya-ya basta.
En el piso sucio se hizo bolita, siguió apretando los ojos, siguió llorando y siguió pidiendo que se detuviera. Así mismo sintió que alguien se agachaba y le acariciaba el cabello, luego sintió que lo cargaban, pero él no abrió los ojos en ningún momento, siguió sujetándose la cabeza incluso cuando pudo notar que lo metían a una camioneta.
— Estarás bien, pichoncito, estarás bien. Lo prometo.
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†*:.。. sᴀᴅɪᴄᴏ y cσqυєτσ .。.:*♡ YoonMin (ʟɪʙʀᴏ cυατrσ)
Fanfictionᴄᴜᴀʀᴛᴀ ᴛᴇᴍᴘᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ∂υℓcє cσqυєτσ. ᴛᴏᴅᴏ ᴘᴀʀᴇᴄíᴀ ɢɪʀᴀʀ ᴇɴ ᴇʟ ᴍɪsᴍᴏ ᴇɴᴛᴏʀɴᴏ ʜᴀsᴛᴀ ᴅᴇᴊᴀʀ ʀᴀsᴛʀᴏ. ᴀʟ ᴘᴀʀᴇᴄᴇʀ, ᴜɴᴀ ᴠᴇᴢ ᴇʟɪᴍɪɴᴀᴅᴏ sᴀɴɢʏᴇᴏɴ, ᴊɪᴍɪɴ ᴘᴜᴇᴅᴇ sᴇɢᴜɪʀ ᴄᴏɴ sᴜ ᴠɪᴅᴀ, ᴘᴇʀᴏ ᴀʜᴏʀᴀ ᴇs ʏᴏᴏɴɢɪ ǫᴜɪᴇɴ ᴛɪᴇɴᴇ ǫᴜᴇ ʟɪᴅɪᴀʀ ᴄᴏɴ ᴅᴏs ᴘsɪᴄóᴘᴀᴛᴀs ᴏʙsᴇsɪᴏɴᴀᴅᴏs ǫᴜᴇ ᴇsᴛ...