A la mañana siguiente, lunes, Rivers despertó bastante tarde. Ari aun estaba profundamente dormida entre sus brazos, evidentemente cansada por todo lo sucedido en el concierto el día anterior.
Cuándo Rivers miró su reloj se sorprendió al descubrir que era ya bastante tarde.
Por alguna razón las alarmas no habían sonado (O no las había escuchado) y solo tenía quince minutos para llegar al colegio a tiempo.
Entró al baño rápidamente y se vistió a una velocidad sorprendente, no preocupándose de que su ropa combinara o de que al menos estuviese limpia. No se maquilló ni un poco, y su cabello era un completo desastre sin peinar que no tuvo tiempo de arreglar. Ni siquiera recordó besar castamente los entreabiertos labios de su novia antes de salir de la habitación. Se dirigió al auto sin siquiera desayunar.
Gruñó mientras conducía en dirección a su escuela. Por como había comenzado, aquel sería un mal día...
No se equivocaba.
La profesora de calculo, por suerte, estaba enferma, lo que le dió a Rivers dos horas de libertad. Vicky compartía esa clase con ella, mientras Nuvia estaba en sus aburridas clases de plástica con una profesora tan vieja como las pirámides egipcias.
Rivers y Vicky se sentaron en las gradas del gimnasio durante esas horas, descansando, observando a las de segundo dar vueltas por la pista... O bien... Vicky las miraba. Rivers estaba demasiado agotada como para abrir los ojos.
Además, ver unas sudorosas chicas no eran de su agrado. Vicky, en cambio, seguía vendo el atractivo en unas cuántas de ellas, así que se permitía el placer de mirar mientras Rivers descansaba sobre sus piernas, bostezando sonoramente sin poder conciliar el sueño. Lo cierto era que, después de un mes durmiendo entre los brazos de Ari, con su aliento rosando su cabello y escuchando los irregulares latidos de su corazón, cualquier otra superficie le resultaba incomoda.
Vicky: ¿Qué tal te fue ayer, Rivers? -Mirar a las de segundo ya comenzaba a aburrirla. Era más divertido ver Nuvia dormir.
La chica sonrió ante la pregunta de su amiga, recordando el día.
ESTÁS LEYENDO
𝑳𝒂 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒗𝒆𝒏𝒕𝒂𝒏𝒂 [𝑅𝐼𝑉𝐴𝑅𝐼]
RomanceAbril Garza era un imán para las enfermedades. Samantha Rivera era un imán para atraer a Abril. •Adaptación, todos sus créditos a su escritora: Lore. @allysonDevil