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spam del bueno, hice una nueva historia de transmigración con un sistema por si a alguien le interesa
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ahora si empecemos
Han pasado ya varias jornadas en la bundesliga el Leverkusen se encuentra en el puesto 3 de la tabla debajo del Wolfsburgo y el Bayern Munich separados por un punto cada uno, las actuaciones de Edward han sido magníficas, actualmente tiene 7 goles y 6 asistencia demasiado bien Lara ser su primer campaña pero ahora nos encontramos en una noche en una noche mágica así es el Eduardo jugará su primer partido de champions league.
¡¡Bienvenidos mis queridos amigos a una noche más de la UEFA champions league, está noche tenemos a dos grandes equipos el Bayern Leverkusen visitará al Olympiacos en el estadio Georgios Kamaras !!
El zumbido de los focos encendidos en el Georgios Kamaras iluminaba las gradas repletas. Era el primer partido de Edward Schneider en la fase de grupos de la Champions League, y la presión lo estaba sintiendo en cada fibra de su cuerpo. Pero estaba listo. Entrenamientos interminables, noches revisando videos de los mejores jugadores del mundo, visualizaciones de cómo su zurda, tan parecida a la de Messi, marcaría la diferencia. Todo lo había llevado hasta este momento.
El vestuario era un caos de voces bajas y murmullos nerviosos, pero Edward estaba en su rincón, concentrado, aislado. El capitán del equipo, Carsten Ramelow, se acercó y le dio una palmada en la espalda.
—Hoy es tu noche, chico —dijo con una sonrisa leve, pero llena de confianza—. Lo has demostrado en la liga. Ahora demuestra que puedes hacerlo aquí.
Edward lo miró, sus ojos llenos de determinación.
—Lo haré —respondió, su voz tan firme como su confianza interior.
El primer tiempo
El pitido inicial resonó y el balón comenzó a rodar. Desde el primer segundo, el Olympiacos salió con todo. Los griegos estaban cerrando los espacios rápidamente, pero Edward sentía que podía encontrar los huecos. En el minuto 15, recibió un pase complicado en la banda izquierda, controlando el balón con una técnica que hubiera hecho sonreír a Zidane.
—¡Edward! —gritó uno de sus compañeros, Berbatov, pidiéndole el pase en profundidad.
Pero Edward tenía otras ideas. Un defensor se acercaba rápidamente, así que realizó una finta rápida hacia la derecha, pero giró hacia la izquierda, como lo haría Ronaldinho. El defensor cayó en la trampa, y Edward dejó atrás a otro oponente antes de enviar un centro perfecto al área. El delantero conectó de cabeza, pero el balón salió desviado.
Comentarista: ¡Qué jugada impresionante de Schneider! La defensa de Olympiacos no sabe cómo detenerlo.
A medida que avanzaba el partido, Edward sentía la creciente confianza. Cada toque, cada control, era una prueba de que estaba destinado para esta etapa. Justo antes del descanso, recibió el balón cerca del área, con dos defensores bloqueando su camino hacia la portería.
—Vamos, Schneider —se dijo a sí mismo mientras bajaba los hombros y calculaba sus opciones.
Un toque, dos toques. Se escabulló entre los defensores como si fueran simples conos de entrenamiento. De repente, tenía espacio. Ajustó su cuerpo, y con la zurda, disparó al ángulo superior. ¡El balón entró!
Narrador: ¡GOOOOLAZO de Edward Schneider! ¡Qué zurdazo desde fuera del área! ¡El joven maravilla pone al Bayer Leverkusen en ventaja!
La presión en el segundo tiempo
El vestuario en el descanso era una mezcla de euforia y tensión. El entrenador, Jupp Heynckes, miraba a todos los jugadores, pero sus ojos se detuvieron en Edward.
—Estás jugando un gran partido, Edward —dijo el entrenador—, pero el trabajo aún no ha terminado. Olympiacos va a salir con todo, y te van a marcar más cerca. Debes estar preparado para las entradas duras.
Edward asintió. Sabía que los próximos 45 minutos serían los más duros de su vida. Y así fue.
Desde el primer segundo del segundo tiempo, el Olympiacos empujó al Leverkusen hacia su propia mitad. Edward sintió la dureza de los defensores griegos con cada choque, pero él aguantó. Cada vez que tocaba el balón, buscaba un escape, una forma de avanzar.
En el minuto 70, después de un contraataque rápido, Edward volvió a tener el balón en sus pies. Respiró hondo y aceleró. Usó su velocidad, la misma que un joven Gareth Bale podría alcanzar, para superar a los defensores. Su cuerpo lo empujaba hacia adelante, mientras los aficionados gritaban su nombre. Pero antes de que pudiera disparar, un defensa lo derribó brutalmente al borde del área.
El árbitro pitó falta, y Edward se levantó con esfuerzo, adolorido pero determinado. Sabía que esta era su oportunidad de cerrar el partido.
Patrick se acercó a él, ofreciendo tomar la falta.
—¿Quieres que lo intente? —preguntó Ramelow con una sonrisa.
Edward negó con la cabeza. Esto era suyo.
—No, esta es mi jugada.
Se paró frente al balón, observando la barrera y calculando el ángulo. Visualizó a Messi y cómo lanzaría. Dio tres pasos atrás, respiró hondo y lanzó el balón con precisión milimétrica. El esférico viajó sobre la barrera y se hundió en la esquina de la portería.
Narrador: ¡Schneider lo ha vuelto a hacer! ¡Golazo de tiro libre! Este chico está haciendo historia en su primera noche de Champions League.
