Mis manos rodearon su cuello, presionando más su beso ante el mío, mis lagrimas caían por mis mejillas, era un sentimiento que mi cuerpo me estaba exigiendo sin querer que este beso se limitara más a este encuentro lleno de muchas emociones y sentimientos encontrados entre el deseo y la desesperación.
Su lengua rosaba por la mía como una caricia que envolvía todo mi ser deseando obtener más de lo que pudiera darme.
Dio varios pasos hacia adelante llevando mi cuerpo hacia la camioneta. Se detuvo apartándose, me soltó reposando sus manos en la camioneta, su mejilla rosaba con la mía con una suavidad, su barba a medio salir me daba esa sensación donde mi cuerpo estaba erizándose por completo, mis ojos cerrados perdiéndose ante mi propia voluntad, negué con la cabeza, no había solución en como me hizo sentir, metí mis manos entre nosotros apartándolo. Abrí mis ojos dirigiendo mi mirada hacia él. Negué con la cabeza, esto no es lo que quería.
Nahir: No, no puedo.
Santino: ¿No puedes? ¿Por qué?
Nahir: Me has hecho sentir miserable, ¿crees que es fácil para mi tener frente a mi?
Santino: Eres mi esposa, tengo derecho.
Nahir: Derecho que has perdido por desear a otra mujer… piensa Santino, ¿Qué hubiera sucedido si fuera la mujer que dejó de pensar en ti todo este tiempo? Deseando a otro hombre, besando a otro hombre que no fueras tú.
Santino: Te mato, así de fácil.
Sonrió ligeramente por sus mismas palabras, negué con la cabeza, intenté salirme de su acorralamiento pero me sostuvo de la cintura, tragué saliva mirando hacia al frente.
Santino: Nahir, te intentaba buscar, quería dar contigo.
Nahir: Puede ser que así haya sido, pero no insististe, eso es lo peor de todo. Preferiste quedarte en casa teniendo la tentación de Beida que ella bien sabía que había sucedido ese día. Así que no hay de donde mirar que tuviste un error que se puede remediar. Si, Santino, conociéndote, si hubiera tan solo deseado a otro hombre y lo supieras, estaría tres metros bajo tierra.
Santino: Me corresponde enmendar mi error, lo sé. Pero Beida Gaudi no significa nada para mi.
Asentí con la cabeza, mis manos reposaron en sus brazos que tenía aun reposando en la camioneta, los bajó abriéndome paso.
Nahir: ella sabía que estabas con vida, ella te tenía a su lado… Mientras yo… todas las noches imaginaba que mi vida sería sin ti, pasaba las noches en desvelo y ¿Quién estuvo conmigo?
Santino: Ese hombre que se ganó tu confianza a la primera ¿No?
Sonreí apartando mis lagrimas, sabía que Santino nunca aceptaría saber que Pavel estuvo conmigo.
Nahir: Pavel, nunca me cuestionó, nunca quiso preguntar cuando ya sabía lo que todo el tiempo me tenía mal, caí en una tristeza profunda pero hizo méritos para cuidar de mi hijo y de mi.
Santino: NUESTRO HIJO, ACOSTUMBRATE A HABLAR EN PLURAL.
Nahir: como sea, él estuvo en todo momento pasando mis peores momento a mi lado, Santino…
Solté un gran respiro removiéndome frente a él, abrí la puerta de la camioneta, levanté una de mis piernas queriendo subir.
Santino: Al menos ser amigos. Por nuestro hijo.
Me detuve bajando mi pierna, me di la media vuelta, lo miré fijamente ¿era enserio lo que me estaba diciendo?
Nahir: ¿amigos?