La mañana era preciosa, Jimin se había levantado temprano a darle de comer a su hijo, Yuna era al encargada de atender a Yoongi, mayormente eran así las cosas, aunque el pelirrojo no le gustaba mucho, cuando acabo, noto que Soobin seguía durmiendo, así que se fue hacia el harén para hacer su trabajo.
Antes de entrar los Eunucos lo presentaron, avisando a todas para que lo recibieran. Hoy Jimin estaba con un traje verde con accesorios de oro, su rostro se veía un poco cansado pero su belleza estaba impecable.
—Den la bienvenida al sultán Jimin... — Dijo Hoseok en voz alta
Toda las chicas se reverenciaron, Jimin tenía que hablar con Sana, así que saludo cordialmente a todas y fue con ella.
—Nececito hablar contigo en privado.
La joven asintió y lo llevo a los aposentos de las favoritas, el pelirrojo hace mucho tiempo que no estaba allí. Al entrar sintió el lugar ajeno a el.
—Sultan ¿que sucede?— pregunto cortésmente.
—Sabes Sana... Tengo muchas dudas sobre muchas cosas, pero te preguntaré quizás la que tú puedes contestar... — comento, Jimin la miro fijo— ¿Que le sucede a la sultana Irene? Y que sucedió para que Jungkook se fuera al campo de batalla no sin antes de despedirse.
La joven rápidamente contesto.
—No lo sé sultán, si usted que es muy cercano a su majestad y no lo sabe, mucho menos yo... Y sobre la sultana Iréne, usted debe suponer algo...
A Jimin no le gustó su respuesta, así que decidió ser más brusco.
—No, que sea el padre del nuevo príncipe no me garantiza que debo saber todo lo que a él le suceda, No tengo tiempo Sana, tengo que cuidar a mi hijo... y lo de Irene, no tengo tampoco tiempo para ella.
—Entonces ¿porqué pregunta por la sultana sino tienes tiempo.?
Jimin levantó una ceja, Sana no quería decir nada.
—¿Quiero saber Por qué ayer vino Soobin llorando, y nadie estuvo para él? no importa Los problemas que tenga con Irene, él sigue siendo un niño.
—Por ahora, cuando sea grande usted seguro será como con todos, o acaso ¿no quiere que Yoongi llegue al trono...?
—¿Disculpa? Acaso te volviste loca Sana, como te atreves a hablarme y acusarme de aquello, sea verdad o no, no eres nadie para juzgarme.
—No, lo lamento no quise decirlo de esa menera sino...
—Ten cuidado Sana, que me haya ausentado por estar en cinta no me hace ningún estúpido, se a lo que te refieres, alegar que puedo atentar contra el principe es un acusación grave, pones a comparación tu moral con la mía, como si fuera perfecta.
—Basta Jimin, yo no quise decir aquello, solo que usted siempre fue así... Quiso todo lo que ve y ahora lo tiene todo...
—Alá dame paciencia...— rogó Jimin — No tengo todo, si lo tuviera no estaria aquí preguntando cosas simples, solo quiero decirte algo Sana, la lealtad es muy importante para mí, yo te tengo lealtad ¿sabes cómo lo pruebo? Me parece curioso que te acuestes con el gran visir sabiendo que tiene esposa, no soy un doncel estúpido, se lo que sucede lo he visto muchas veces y nunca he dicho nada.
—Sultan que cosas dices...
—¿Usted me puede acusar y yo no? Como se que tienes una aventura con Taehyung supuse que sabías algo, quizás le contó o insinuó sobre lo que sucedía, pero se ve que no.
—Por favor no diga nada..— rogó.
—No diré nada, pero necesito saber cosas y necesito que me averigues... Te las pedí por las buenas y me mentiste, ahora las tomas por las malas.
Sin más Jimin iba a irse pero Sana lo detuvo.
—Tiene razón lo lamento es que... Bueno si hay algo, como sabe aquí hay una princesa que se ofreció como concubina del sultán Jungkook, tenga cuidado la joven sabe lo que quiere y ella no es como las otras, tiene experiencia sabe cómo hacer las cosas.
—Que lo intente, no tengo paciencia para mujeres molestas.
Jimin entonces salió, al bajar pudo ver a una hermosa chica que se aproximaba hacia el, está lo trato con mucho respeto.
—Sultan Jimin,¿ como se encuentra? ¿Cómo está el principe Yoongi?...— la chica sonrió.
—Bien, y mi hijo también, si me disculpa me tengo que ir.
La joven lo detuvo nuevamente, está cambio un poco el aspecto.
—Queria preguntarle algo Sultán Jimin... Quería saber ¿Porque el sultán Jungkook no me volvió a llamar para ir a sus aposentos?
Lo único que hizo Jimin es apretar los labios del disgusto, sabía quién era,la primera vez que ella lo vio, quedó en vergüenza frente a ella.
—No lo sé querída, quizás no le gustaste y eso es todo. — comento al aire, la miro de arriba abajo y noto que se vestían casi igual, con atuendos caros y joyería de calidad.
—Puede ser, pero quería pedirle si... Bueno que cuando llegue el sultán podría verlo y eso..
—¿Como sabe que no está su majestad en el palacio.?
—Jungkook... él me lo comentó.
—El te lo comento...—susurro para si mismo, aunque la princesa pudo escuchar.
—Si, como dije, me ha invitado varias veces a sus aposentos...
—Bueno querida, el elije quien quiere en sus aposentos — comento poniendo su mejor cara de poker— no puedo ponerte porque quieres, tienes que esperar y punto.
Sin dejarla hablar se retiró, sabía que la princesa mentía, o bueno no decía la verdad absoluta, Jungkook le había comentado que la joven iba pero junto a el gran visir y alguien más, ella siendo tan importante era una aliada perfecta, ahora quizás solo quizás a Jimin le daba un poco de celos que lo dejarán de lado, no solo era un Doncel que daba hijos sino alguien que tenía clase y sabiduría.
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Decidió ir con su hijo, realmente extrañaba a su bebé, al entrar pudo notar como Soobin hablaba con su hermanito.
—Algun día seré Sultán, pero jamás te odiare o te haré daño, porque soy el hermano mayor y tengo que cuidarte, eso me dijo la abuela, yo le hago caso... No es mala abuela creeme Gi... Pero algunas veces huele raro... Como a anciana.
Jimin no pudo esconder su risita, realmente el niño era adorable.
— Decirle a la madre sultana anciana te llevará a tu perdición pequeño.— comento, el niño se sobre salto, con rapidez de dió vuelta, comprobó que era el pelirrojo ys u cara de susto paso a una más tranquila.
—Sultan Jimin, me desperté y no estaba conmigo.— dijo triste.
—Lo siento lindo, tuve que hacer cosas. — comento — antes que nada, quiero hablar contigo Soo, ven le pediré a Yuna que nos prepare algo y luego te llevaré con tu madre.
El niño acepto gustoso.
Cuando estuvo todo preparo este comía unas ricas galletas.
—¿Soo porque piensas que nadie te quiere?— expreso de la manera más sueve Jimin. El niño que estaba comiendo solo levantó los otros en signo que no sabía. — Confía en mi, no diré nada.