El ruido de la alarma de su móvil sonó por toda la habitación. Maldijo internamente. No había dormido en toda la noche y estaba cansado.
Se levantó de la cama y apagó la alarma que todavía estaba sonando. Fue directo hacia el baño y se miró en el espejo. Tenia muy mala cara. Unas ojeras enormes colgaban de sus ojos. Hoy estaría de muy mal genio.
Se puso su uniforme y salió de su habitación. Cuando estaba caminando por el pasillo Kirishima le saludó, pero le hizo caso omiso.
Bajó a la sala común, donde todos estaban desayunando.
—Bakugo, te ves muy mal —Mina se acercó a él mientras comía una manzana. Pero la ignoró.
Mientras caminaba hacia la cocina, muchas personas le saludaron, pero él no tenia ganas de contestar a ninguno. Al estar en la cocina, vio a Shoto comiendo un panecillo con una taza de té en la mano.
—Buenos dias, Katsuki —saludó, dando otro mordisco al panecillo.
Por un momento el mal genio de Bakugo desapareció por completo.
—Buenos dias, Mitad-mitad —devolvió el saludo a su manera y se puso al lado de Shoto.
Agarró un panecillo y le dió un gran mordisco.
—¿No has dormido bien? te ves muy cansado —Shoto miró de reojo a Bakugo, se veía agotado.
—No he dormido una mierda, todo por culpa de una persona —se terminó el panecillo rápidamente y se fue.
—¿Eh? ¿quien? —no obtuvo respuesta.
Bakugo salió del edificio y caminó hasta la academia solo. Como todavía era temprano no habían mucho estudiante por allí.
El cielo estaba nublado y empezó a caer gotas de agua, al parecer iba a llover mucho. Bakugo llegó a la entrada no mucho después, encontrándose con Camie sujetando un paraguas.
—Lo que me faltaba —pensó disgustado.
—Bakugo-kun —Camie se acercó alegremente hacia él y lo abrazó.
—¿Que quieres? —dijo apartándola.
—Hoy nos dieron día libre en mi academia, así que vine a verte —se puso un mechón de pelo detrás de la oreja— Te veo muy cansado. ¿Tienes tiempo después? Te invito a una cita.
Bakugo suspiró.
—Camie, no me gustas, déjame en paz —ya la había rechazado casi mil veces pero ella seguía insistiendo, algún día perdería la paciencia con ella.
—Pero tú me gustas mucho, podrías conocerme más y tal vez te llegue a gustar —se acercó más a Bakugo, quedando a pocos centímetros de su rostro— Eres guapo y yo también soy guapa, haríamos una pareja perfecta, ¿no crees?
Camie puso sus brazos alrededor del cuello de Bakugo.
—Son casi las 8 de la mañana, no me jodas —dijo de mala gana, apartando los brazos de la chica— Te he dicho mil veces que no, no me insistas más.
Camie comenzó a molestarse.
—¿Sabes porque te insisto? ¡Porque te quiero! ¿Has escuchado alguna vez que si te gusta alguien, debes pelear por su corazón? Pues eso es lo que he estado haciendo todo este tiempo —la voz de Camie sonó entrecortada y dejó caer el paraguas al suelo— Pero no me haces caso y me rechazas sin ninguna razón.
Bakugo apretó los puños.
—¿Quieres saber porque te rechazo todo el tiempo? —preguntó casi gritando, llamando la atención de Camie— ¡Porque tú en verdad no me gustas, no voy a enamorarme de alguien que no me gusta! ¡No puedes obligarme a nada! —gritó, cosa que no queria hacer.
—No te estoy obligando, solo estoy esperando a que sientas algo por mí.
—Pues no lo haré nunca, ¿sabes porque? —no esperaba una respuesta— Porque ya me gusta alguien más, joder —dijo pasando al lado de la chica para entrar a la academia porque estaba lloviendo más fuerte y no queria mojarse pero ella le agarró del brazo— Suéltame.
—¿Quién? ¿Quién te gusta? —preguntó, sus ojos estaban rojos.
—Eso a ti no te importa.
—Si me importa, quiero saber si esa persona es mejor que yo.
Bakugo se giró hacia ella deshaciéndose de su agarre.
—Esa persona es mejor que tú en muchos aspectos.
Entró a la academia dejando a Camie con las lágrimas en los ojos. Había sido muy grosero por su parte, pero tenia que dejarle las cosas claras.
Como se esperaba, no había nadie en la clase, se dirigió hacia su asiento y se sentó. Miró hacia la ventana que tenía al lado, afuera estaba lloviendo mucho.
Pasó unos minutos cuando la puerta de la clase se abrió de golpe, dejando ver a un Shoto todo mojado y temblando de frío.
Al verlo, se levantó de su asiento.
—¿No has cogido el maldito paraguas? —preguntó mientras se quitaba la chaqueta para ponersela en su cabeza y flotarla para secar un poco su pelo.
—Pensé que no llovería tanto -contestó Shoto.
—Eres un idiota.
—Tú también estás mojado.
—No tanto como tú.
Se quedaron un rato en silencio mientras le secaba un poco el pelo a Shoto.
—Bakugo —llamó.
—Dime Katsuki —al rubio le gustaba más cuando lo llamaba por su nombre.
—Katsuki —por dentro estaba muy emocionado, pero esa emoción desapareció cuando se acordó de lo que quería decirle— Antes vi a Camie en la entrada, parecía muy triste —explicó, recordando cuando mientras corría hacia la academia, la chica estaba marchándose deprimida y con los ojos rojos.
—La he rechazado. Otra vez —dijo secamente.
—¿Qué? pensé que ella era tu tipo, digo, hacéis buena pareja.
—Puede, pero ya hay otra persona que me gusta.
—¿Enserio? ¿quien es? —preguntó, curioso.
—No te lo voy a decir.
—Al menos dame una pista.
—Mmm... no.
—Pues creo que a mí también me gusta alguien —soltó Shoto, haciendo que el rubio detuviera lo que estaba haciendo.
—¿Qué...? —Bakugo lo miró perplejo.
—¡Me he mojado entero! —los dos se separaron rápidamente cuando Denki abrió la puerta acompañado de Jiro— Hola Bakugo y Todoroki, hoy habéis llegado muy temprano.
Y en cuestión de segundos, todos sus compañeros entraron por la puerta de la clase.
Mientras Present Mic daba su clase de inglés, Bakugo no pudo evitar pensar en las palabras que Shoto dijo antes. Le gustaba una persona y él queria saber quien era. Cuando giró su cabeza hacia atrás, vio a Shoto diciéndole algo a Momo y ella empezó a reírse. Apretó el lápiz que tenía en la mano.