Capítulo 4

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Esa noche antes de dormir la niña se quedó pensando en lo mucho que extrañaría a su madre, trato de imaginarse lo que pasaría después de su muerte, pero la realidad era que ni siquiera ella estaba segura

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Esa noche antes de dormir la niña se quedó pensando en lo mucho que extrañaría a su madre, trato de imaginarse lo que pasaría después de su muerte, pero la realidad era que ni siquiera ella estaba segura.

Aun sabiendo que su madre la recordaría sintió un vacío en su interior porque sabia que su vida no había tenido un propósito y se preguntó por qué tuvo que morir tan joven, con sueños y metas que jamás pudo cumplir. Pensó que quizás no habría nacido para cumplir algún propósito. Con ello en mente, giró sobre su cama y se encontró con otra cama vacía. Aquella era donde solía dormir su amigo, otro niño de condición crítica que había sido llevado de urgencias hace algunas horas.

La niña ya había experimentado esas despedidas arrepentidas, sabía que se encontraba en un lugar donde la muerte decidió todos los días quien continuaría.

Consulte con una enfermera si su amigo regresaría, pero no obtuvo respuesta. Eso le molesto, no soportaba que trataran de ocultarle la verdad, había vivido lo suficiente en ese hospital para saber lo que la muerte significaba. Pero, aún sin que se lo confirmaran, ella sabía lo que había pasado y sintió a la tristeza en su interior.

Una enfermera más joven llegó poco después a la habitación y la encontró llorando junto a la cama de su amigo. La ayuda a levantarse y volver a recostarse, la consola con palabras suaves.

La niña le contó a la enfermera lo injusta que era la muerte cuando decidió visitar el hospital, le contó lo mucho que su amigo deseaba vivir, que debía haber tenido más tiempo, por que a diferencia de ella su enfermedad si tenía cura.

La enfermera solo pudo decirle que a pesar de que su amigo si podía curarse, era demasiado el tiempo que había esperado por un donante, le contó que muchos niños no recibieron ese regalo a tiempo, que no era cuestión de condiciones, sino cuestión de suerte. . .

La niña le preguntó a qué se refería con un donante y la enfermera respondió que los donantes son quienes decidieron regalar una segunda oportunidad a alguien más.

— Un donante decide regalar un órgano de su cuerpo para que otro pueda vivir, así es como muchos niños reciben una esperanza de vida, pero al ser tantos en la lista de espera, muchos no llegan a recibir el regalo. – explicó ella-. La donación es la esperanza de vida de muchos niños en este hospital. Lastimosamente al haber tan pocos donantes, recibir la llamada milagrosa puede ser muy difícil.

Esa misma mañana, al despertar, hablo con su madre sobre su último deseo, esperaba que la comprendiera y respetara su decisión. La madre solo pudo asentir a las peticiones de su hija, aceptando por fin dejarla morir. No era fácil escuchar como su hija aceptaba su muerte como su destino, pero había decidido que era su turno de apoyarla, aun cuando eso significara perderla. Se dedicó a amarla hasta el día en que la muerte decidió presentarse en sus vidas.

 Se dedicó a amarla hasta el día en que la muerte decidió presentarse en sus vidas

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Luz de esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora