Suenan los truenos en medio del bosque, sin embargo, un valiente acecha en la oscuridad. Era un anciano y con él una bolsa que se camuflaba con la noche. De repente, en medio de la nada se escucha un "te veo". Asustado, el anciano echa a correr, no quiere mirar atrás, no es él quien se mueve si no el miedo a no estar sólo en aquel lugar tan solitario. Para su suerte, encuentra una cabaña abandonada, no lo piensa dos veces y decide esconderse.
Cuando piensa que está tranquilo, se abre la puerta de aquella cabaña, -¿Será el dueño?- pregunta asustado. La intriga le puede, por lo que decide echar un vistazo. Poco a poco levanta la cabeza, para su sorpresa no ve nada ni nadie y decide pensar que fue el viento. El anciano, mucho más relajado continúa con su camino. Al cabo de un rato vuelve a escuchar un "te veo" pero esta vez no decide correr ya que es tarde y piensa que es su cabeza que se está volviendo loca.
Siguió caminando, decidido a no pararse más, llega a un lugar en medio de la nada. Repentinamente, de la bolsa saca una pala y se dispone a cavar, parecía un hoyo profundo y al terminar su tarea tira la bolsa y la entierra. Cuando ya se disponía a marcharse el anciano escuchó un trueno cerca de él, y nada más escucharlo, siente algo agarrarle del pie. Extrañado mira abajo y era una mano que sobresalía de la tierra. Él se queda pálido y sin decir nada, fue tragado por el suelo. Lo único que se escucha en ese momento es un "no deberías haber hecho eso abuelo" entre un montón de risas siniestras.