Grace 1

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Salgo del salón de clases por una llamada muy urgente de mi tutor, la próxima vez pondré mi celular modo vibración para evitar que el maestro de biología no me repruebe, como si ser la que el maestro odia no fuera suficiente y ahora con la llamada se va a poner mucho peor. En la pantalla de mi celular aparece mi tutor, donde quiera que esté, y parece que la llamada es muy urgente al tener como diez llamadas perdidas de él.

— ¿Señor Redfield? Estoy en clase de biología, no puedo hablar por mucho tiempo, el profesor me dio poco tiempo— le digo para que me explique rápidamente y no reprobar, como si el último día de clases no fuera difícil— ¿Dónde ha estado el último mes? Parece que ha desaparecido.

— Grace, escucha con atención— me avisa mi tutor, lo que internamente me asusta por su seguridad, es como el padre que el verdadero ni se molesta en serlo. Espero que no esté metido en algún problema del gobierno o con alguien que quiera robarse el mérito de sus buenos inventos, como es mi celular, hecho especialmente para mí—. Un enemigo está buscándote, no sé por qué y cuál es su objetivo. Grace, protégete sin importar que estés en lugares privados, no estés sola y trata de estar acompañada de alguien. Y lo más importante, no te expongas a lugares muy públicos, es un gran peligro que quiero que evites. No puedes llamar a la policía, él es muy poderoso para evitar que se le presentes cargos y no le afectaría para nada un crimen, incluso el asesinato. Al no saber qué puede hacer su prototipo te enviaré un gran apoyo, a mi chico estrella, para que te proteja y no te pase nada. Adiós, Grace, espero verte cuando este horrible ataque termine.

Cuelga sin darme tiempo de despedirme y sin poder preguntar acerca del horrible ataque que un psicópata planea hacerme, ahora mi vida está en peligro por un idiota que decidió atacarme para sentir culpable a mi tutor y que es prácticamente imposible mandarlo a la cárcel o que lo arresten por amenaza de muerte, un buen plan he de admitir si no fuera porque soy un objetivo.

Inmediatamente suena la campana que avisa el fin de la clase, que me asusta por el miedo a que el psicópata esté cerca de mí. Sé que no debo estar en lugares públicos, pero no creo que el loco me ataque en la escuela porque primero sería atrapado por los cuidadores de la escuela, que incluso podrían cargar un librero enorme de lo musculosos que son. Por lo menos la clase de biología ya terminó y puedo irme tranquilamente a las otras clases, y al volver a entrar al salón veo a Amy, mi mejor amiga, esperándome sentada en su escritorio al lado del mío comiendo unas pequeñas galletas de nuez, sus favoritas.

— ¿Quién te llamó? Parecía muy importante— me dice mientras me da una galleta, la cual acepto porque son deliciosas.

— Mi tutor, dijo cosas raras acerca de un tipo que me quiere perseguir— le confieso sin dar tantos detalles, y aunque es mi amiga debo evitar contarle cosas si es peligroso para ella.

— Grace, sé que estás ocultando algo, estás muy nerviosa y no es tanto por el tipo ese— dice mientras juega con un mechón de su enorme cabello rubio. Mierda, creo que ocultarle algo no será posible si nos conocemos muy bien al punto de casi saber que está pensando la otra—. Llamaré a la policía o trataré de ayudarte a no estar sola, puede que el tipo quiera evitar que su identidad sea revelada. Me ayudaste cuando mi hermano y yo fuimos a Brooklyn para conseguir una copia del jarrón que rompí.

Era cierto, cuando Amy y su hermano, Josh, rompieron el jarrón favorito de sus padres los llevé a la central de autobuses y pretendí que estaban en mi casa en una pijamada, lo que es una gran ventaja cuando tus padres están todo el día en el trabajo y cuando están en casa ni te toman en cuenta. Creo que no tengo muchas opciones, pero al menos tendré una ayuda de Amy o de su hermano en caso de no tener esa ayudadita del chico estrella de mi tutor.

— Está bien, mi tutor me llamó para avisarme acerca de un enemigo suyo que planea hacerme daño para afectarlo. Y no podemos llamar a la policía, el sujeto es...increíblemente rico

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— En ese caso...no sé qué hacer— esas palabras me preocupan aún más, Amy siempre tiene un plan y es comprensible porque no es lo mismo hablar cada minuto con los padres de tu amiga a proteger a tu amiga de un sicario—. Tal vez ese chico que tu tutor mencionó sea un soldado o algo así, en ese caso te acompañaré mientras ese sujeto viene o hasta que estés en casa, hay muchas personas para notar al sujeto.

— Solo ruego que ese sujeto tenga un lanzamisiles o en ese caso estoy perdida— en cierto punto veo que este asunto es muy raro y horrible que encontrarle una solución o hacer que el problema no sea tan grave es imposible. Si ese sujeto es un gran protector según mi tutor, por lo menos espero salir con vida.

Salgo de la escuela y como es el último día Amy me convence para ir a MoonRocket Ice Cream, una de las mejores heladerías de Nueva York, yo acepto porque seguramente estará lleno el lugar y no habrá tanta oportunidad para que el sicario me encuentre o me mate, se estaría inculpando al instante. Y como era de esperar, el lugar está repleto y alcanzamos a apartar una mesa que está cerca de la barra donde sirven los grandes helados que hacen. Yo pido un Crystal Titan, que es un helado de galleta y menta con pequeños caramelos con forma de gemas pequeñas y con chocolate combinado con caramelo, que es muy delicioso sin importar que parece ser empalagosos; mientras que Amy pide un Sweet Angel fall, un helado de nuez con migajas de brownies y con caramelo que forman el patrón de unas alas de ángel, lo ama porque se ve muy artístico y digno de un museo helados y no tanto por su sabor, que es casi tan bueno como el Crystal Titan. Comemos los helados esperando el rastro del chico, que de seguro está de camino o buscándome en la ciudad igual que el sicario, por lo menos comer el Crystal Titan hace que me relaje aún más mientras llega y me ayuda a salvarme de ese horrible sicario. Lo que me llama la atención es ver como un chico guapo entra por la puerta como si estuviera buscando a alguien, tal vez a su novia o un amigo, pero no se nota mucho por su rostro serio y sin expresión alguna. Tiene una llamativa chaqueta roja que combina con su playera azul y sus jeans que parecen estar hechos a su medida; y su cabello es castaño y ondulado sin mencionar que está perfectamente peinado como si fuera un profesional.

— ¡Grace! — me alerta Amy para que pague mi helado, y noto que en lo que analizaba al chico ya nos habíamos terminado los helados y que incluso el mesero, en el lugar hay meseros por la gran demanda que hay y por tantos clientes que deben evitar que todos se empujen contra la barra y dañen algo.

Le pago al mesero y finalmente salimos del lugar, pero por accidente me estrello con el chico y le tiro el frapuccino que tiene en la mano, manchando por accidente su hermosa chaqueta que necesito conseguir por lo genial que se ve, lo primero que hago es disculparme por mancharlo y le doy servilletas para que se limpie, a lo que él accede asintiendo y sin responderme. Amy me dice que debemos llegar temprano a mi casa y mientras salimos del lugar el chico solo abre la boca para decirme algo.

— Oye, yo te...

No alcanzo a escucharlo mientras salgo del lugar porque la gente que sale nos empuja para salir primero y solo veo como el chico se va alejando y perdiendo entre la gente. Y junto a Amy recorremos Manhattan directo al departamento de mis padres, que desafortunadamente está en una de las zonas menos pobladas.

Dos horas después estoy descansando en mi habitación y como siempre, mis padres están en otro viaje de trabajo. Tengo suerte de graduarme en dos años o si no mi graduación sería un total desastre en todos los sentidos, mis padres estarían en Europa y contratarían a un fotógrafo profesional para que mis padres sepan que fui al evento y estaría asustada toda la fiesta por el maldito sicario. Amy ya está en su casa y enviándome mensajes cada media hora para verificar que estoy bien y yo estoy alistando una pequeña mochila para irme a un lugar seguro o por lo menos ir a dormir con Amy. Reviso las notificaciones de Instagram antes de irme a la cama y levanto el libro de matemáticas avanzadas que tengo en el suelo, soy muy buena en matemáticas y gracias a ello ya llevo un año estudiando robótica, es más fácil de lo que muchos creen. Al frente de mi cama tengo la mochila con ropa, cargadores con sus adaptadores. Escucho música antes de dormir para relajarme más y estar despierta el siguiente día y no parecer un zombi del cansancio. Me dirijo hacia mi cama para sentarme antes de dormir.

Pero una gran criatura sale de la pared antes de poder hacerlo y el impacto hace que me caiga al suelo, no es un monstruo como los cuentos o relatos de ficción. Al verlo de frente veo que parece un humano exageradamente robusto con una enorme gabardina que cubre su cuerpo hecho de metal y con una simple franja que podrían ser sus ojos y. Espero que la ayuda especial tenga lo suficiente para hacer explotar al monstruo. No lo pienso dos veces y salgo de mi habitación, no sin antes tomar mi mochila y mi celular para pedir ayuda. Cierro la puerta y el monstruo la hace pedazos, lo que me hace gritar. Creo que encerrarlo en esta habitación o en mi casa no servirá para nada, solo me queda salir del edificio y esperar lo mejor. Abro la puerta de la casa y salgo corriendo hacia las escaleras para salir más rápido que en el elevador, me resbalo justo a tiempo para ver cómo lanza la puerta de mi casa y esta vuela arriba de mí, salvándome de la muerte. Me levanto y bajo las angostas escaleras de la manera más rápida sin importar que el monstruo no puede bajar por estas por su gran tamaño. Por lo menos bajar 5 pisos en escaleras hará que gane mejor condición física.

Llego al último piso donde hay un horrible silencio en la recepción, algo que no es normal. Entonces veo que el recepcionista y unas cuantas personas están muertos en una esquina con una gran herida en la espalda, indicando que el monstruo los mató sin piedad. Y afuera del edificio me siento más expuesta que protegida por no haber gente caminando por las calles, ni siquiera quiero saber si el monstruo mató a todos en la zona. El monstruo cae del quinto piso hacia donde estoy, confirmando que es un robot casi indestructible y que necesitaré mucha ayuda para destrozarlo. Se acerca lentamente a mí con sus pisadas que emiten un horrible sonido de destrucción, mientras yo voy retrocediendo totalmente asustada al pensar que no tengo oportunidad.

Un carro deportivo de un brillante color azul se acerca a donde estamos nosotros, para separarnos por lo menos o derribar al monstruo. Y entonces el carro golpea al monstruo, mandándolo a volar, lo que significa que ahora puedo escapar a quien sabe dónde. Se abre la puerta del copiloto y veo quien me ha salvado. ¡Es el chico de los helados! Me ha salvado, aunque ni sé su nombre.

— Grace Davidson, sube ahora para que puedas vivir.

Androide 501Donde viven las historias. Descúbrelo ahora