Después de escucharme todo el rato, sin interrupciones, me preguntó:
-Bueno, entonces tú eres la líder y yo... ¿el sublíder?
-Exacto. Mira, he hecho algunas instalaciones. Están el huerto -dije señalando una dirección- el matadero -eso hizo que el chico pusiera un puchero de mentira y yo reí por lo bajo - los corredores... y tú eliges lo que mejor te venga con tus capacidades. ¡Ah, y los constructores!
-¡Vale! ¿Cuándo empezamos?-dijo ansioso.
-Mañana, ¿te parece? -dije sonriéndole y él asintió.-Mientras... haz lo que quieras. Estaré en la cocina.
Entonces, su pregunta me sorprendió.
-¿Puedo quedarme contigo?-dijo serio.
-Claro, acércate.
Se acercó y estubimos charlando animadamente sobre lo del Claro... Cada vez que me mira se le pone un brillo especial en los ojos.
Al darme cuenta, le pongo una sonrisa de lado y le pregunto:
-¿Y ese brillo en los ojos?
Él abre unos ojos como platos y me mira como si tuviera dos cabezas pero con ese brillo aún.
-¿Yo, brillo? ¿Qué hablas?
-Sh, no me mientas. Te he visto y no me lo puedes negar, ¿eh?
-Venga, vale. Se me abrá metido un pisco en los ojos.
-Pues me parece fatal-dije finjiendo estar enfadada.
-Miró para otro lado y se le quitó el brillo.
-¿Ves?-le digo, divertida-. Se te acaba de quitar el brillo. Me mira y le vuelve el brillo.
-Bueno... ¿y que hay allí?- dice señalando el laberinto.
-No entres jamás.-El recuerdo llega a mi mente y se me escapa una lágrima por la mejilla.
-Soy un miertero... ¿miertero?-dice sacudiendo la cabeza.-Bueno, no importa. ¿Te he dicho algo que no debía? Sabes que se me escapan las cosas a veces.
-No, no, tranquilo. Esque yo estuve ahí.
Hay unos bichos terribles, enormes, viscosos y mitad metal con un gancho al final de su cuerpo. Además, tienen una aguja. Son enormes...
-Pero sobreviviste... eres fuerte, ¿eh?
-Gracias. Ya está anocheciendo. ¿Te apetece dormir? Sólo tengo un problema... Sólo hay una habitación.-dije con una sonrisa falsa.
-No te preocupes. Dormiré en el suelo. -dijo comprensivo.
-¡Ni lo sueñes! Tú eres el novato y tú duermes en la cama.
-Si insistes...
***
P.O.V (Newt) (aunque no sepa él aún el nombre, nosotros sí.)
-Si insistes...-dije un poco enojado.
-Bueno... ¿vamos?-me tiende la mano y yo aceptó.
Vale, me pilló con lo del brillo en los ojos. Es algo que no puedo remediar. Es que no nos podemos conocer nada porque no recordamos ni el nombre. Así que sí, siento algo por ella.
Cuando le doy la mano. Me recorre un escalofrío. Es tan cálida... ¿o sólo me lo parece a mí?
