Capítulo 18

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Y en efecto, todo me duele. Mi cabeza está a punto de estallar. El alcohol y el sexo desenfrenado no son buena combinación, especialmente si tu compañera tiene unos dedos jodidamente largos.

Me levanto a duras penas y siento la habitación dar vueltas.

Mierda, no vuelvo a tomar

Me pongo algo de ropa, ignorando las mordidas y aruños en mi cuerpo. Becky cada vez es más salvaje.

Miro a la cama y solo entonces me percato de lo que sucedió esa noche. Vendas, unas esposas, el consolador de dos cabezas, un frasco de natilla en aerosol, y solo dios, y Becky saben para que son esos ganchos que...

Bajo mi mirada y noto mis enrojecidos y maltratados pezones, y no me cuesta adivinar.

- ¡Voy a matar a Rebecca Armstrong!

Salgo de la habitación y veo que fuera no está mejor. Hay ropa por todo el lugar y esta vez estoy segura de que no es mía.

¿Qué pasó aquí?

Camino hasta el sofá y me cubro la boca al ver a Nam completamente desnuda roncando en el sofá.

- ¿Pero qué...?

- Ven a la cocina y te lo explicaré

Veo a Mind apartarse del marco de la puerta y entrar al lugar indicado.

Curiosa la sigo. Se ve agotada e igual de fatigada que yo. Prepara una segunda taza de café y me la ofrece.

- Anoche nos alocamos en exceso

- ¿Qué pasó con...?

- No es difícil adivinar... tus gritos y gemidos se escuchaban hasta acá afuera, y... digamos que nos calentamos más de la cuenta

- ¿¡Tú y Nam!? Eso no me lo esperaba

- Lamento no decir lo mismo de ti

- ¿Desde cuando sabes que...?

- ¿Oh vamos, una araña? Ese gemido fue de placer. Y no olvides el asunto de la insolación... lo confirmé al encontrar toda su ropa en el suelo

- Eso no asegura nada

- No, pero verlas en la cama abrazadas, desnuda, y con aruños y chupetones si que lo confirmo

- Mierda

- Freen, no planeo juzgarte, solo te dijo que vas a casarte en unas semanas y Becky no merece esto

- ¿Y yo si? ¿Crees que estoy feliz con esto?

- Hay una gran diferencia Freen. Tu puedes elegir, Becky solo puede esperar

- No puedo cancelar mi boda

- Entonces déjala ir

- Una vez que te cases la habrás perdido Freen, así que decide bien tu siguiente jugada, por que quizás pueda ser la última

- Yo no estoy enamorada de Becky

- No deberías ilusionarla entonces

- ¿Ilusionarla? Ella solo quiere follarme

Mind me mira con algo de decepción reflejado en sus ojos.

- Pensé que conocías mejor que nadie a Rebecca Patricia Armstrong... ya veo que me equivoqué

Mind sale de la cocina y permanezco allí. Con la taza de café humeante entre mis manos, una migraña de los mil demonios, y una extraña sensación en el pecho ¿qué quiso decirme con eso?

Regreso al pasillo y escucho los gruñidos de Nam. Todavía sigo sin creer que lo haya hecho con Mind, pero ¿no hice yo lo mismo con Becky?

- Buenos días Nam

          

- Ay dios, creo que dormí chueco

Se frota el cuello y se estira entre quejidos, dejando ver su cuerpo sin ninguna vergüenza.

- No, no dormiste chueco, follaste en el sofá que es otra cosa

Le doy mi taza de café y ella le da un sorbo tranquilamente.

- No me juzgues Sarocha a ti parecía que te estaban torturando

Mis mejillas enrojecieron ¿tan escandalosa fui? Conociendo el placer que me proporciona Becky, estoy segura que mis gritos se escucharon a kilómetros.

- ¿Dónde esta...?

- ¿Becky? ¿Acaso tengo cara de rastreador personalizado? Estaba durmiendo, ¿cómo carajos voy a saber dónde está Armstrong?

Ruedo los ojos, su punto es aceptable.

- Entonces tú y Becky...

- Nam es complicado

- No veo nada complicado, te follas a tu mejor amiga, que mejor forma de...

-  Reforzar la amistad.. no me vengas con eso tú también

- Freen, solo estás curiosa, te casarás en unos días, y quieres experimentar antes que pase

Analizo sus palabras, por primera vez Nam dice algo coherente.

- No quiero que esto salga mal

- Freen, el sexo siempre lo empeora todo... mientras ninguna se enamora todo está bien

No digo nada, camino hasta la salida en silencio. Necesito estar sola, necesito pensar en eso... en Becky y en mi inevitable boda.

Sin darme cuenta llego hasta el puente del lago y me siento al extremo. Solía venir aquí siempre que me enojaba con Becky, aunque mi enfado nunca duraba demasiado, siempre sabía como apaciguarme.

Me quito los zapatos y dejo que mis pies toquen la fría agua. Todo está en calma. Todo es tan hermoso allí.

- Buenos días princesa

Suspiro y mi sonrisa es automática. ¡Por dios, qué efecto tiene ella en mi!

Ladeo la cabeza y mi corazón se comprime al ver una sonrisa radiante dibujada en sus labios. Esta feliz y no lo disimula.

- Buenos días Becbec. Alguien está de buen humor

- ¿Después de una cogida como la de anoche quien no lo estaría?

- ¡Becky!

Suelta una carcajada y niega.

- Es broma Conejito. Sabes que siempre despierto con una sonrisa

Asiento y suspiro. Era cierto, Becky era el sol de la mañana, muy diferente a mi... tan fría y severa... como la luna.

- Creo que tu eres el sol y yo la luna

- ¿Qué?

- Siempre tan radiante y segura... cálida y agradable ante todos... y en cambio yo...

- Misteriosa y vanidosa... pero con una belleza exquisita, y en fondo... noble como ninguna

Bajo la mirada y niego.

- Tan diferentes...

- Únicas a nuestro modo

- Incompatibles

- Y aún así nos atraemos... el eclipse es testigo de ello

Sonrió y ruedo los ojos ¿en qué momento empezamos a hablar de astronomía?

- ¿Saliste esta mañana?

- Oh si, necesitaba darte algo

Amplio los ojos al verla correr a la camioneta y volver con una caja llena de agujeros.

- No me digas que allí hay más juguetes sexuales... ¿o disfraces?

- Ninguna de las dos - deja la caja frente a mi y sonríe - ábrelo Conejito

La miro y luego a la caja. Con cuidado quitó el lazo en la tapa y lo abro. Mi sonrisa se ensancha al escuchar el primer ladrido. En el interior un pequeño y peludo Pomeranian pardo se agita y mueve su cola con frenesí.

- Oh Becbec... - tomo entre mis brazos y lo abrazo - es hermoso

- Es mi regalo de bodas

Mi sonrisa se desvanece pero no digo nada.

- Tu madre llamó esta mañana

- ¿Qué?

- Seng a cambiado la fecha de la boda

La miro sorprendida y sin poder creerlo ¿qué Seng a hecho qué?

- Será en una semana

- ¿Estás bromeando Becky? Porque no es gracioso

- No... - suspira y noto en su cara de decepción que dice la verdad - mañana volvemos

- Pero... esto...

No concluyo y ella no me fuerza a hacerlo. Ambas nos quedamos en silencio, mirando al lago, yo en mis pensamientos, y ella posiblemente en los suyos.

- Quiero quedarme aquí y coexistir en este lugar para siempre. Ser libre - suelta de repente y me pilla por sorpresa - ¿si tuvieras otra opción, que harías tú?

Me quedaría contigo...

- Me iría lejos

Contigo

- Donde nadie nunca me encuentre

Solas tú y yo

- Estar en paz

Para amarte

Ese último pensamiento me sorprendió a mi misma ¿realmente soy consciente de querer eso con mi mejor amiga? Miro sus ojos y su sonrisa dulce y sin duda se la respuesta a mi propia interrogante.

Si...si...sii

Me inclino y le doy un casto beso en los labios. Nada sexual, simplemente un roce significativo, lleno de sentimiento, y ella lo nota porque suspira y permanece un segundo disfrutando al igual que yo, con los ojos cerrados el roce de nuestros labios.

- Despidámonos como se debe, esta noche ven al lago

La miro a los ojos y cuento unas enormes ganas de llorar pero aún así asiento.

- Aquí estaré Becbec.

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