Jon y Adrián llevaban ya una hora en el coche, era azul, pequeño y tenía la pintura ya medio desgastada. El coche se movía por la autopista a una velocidad no muy rápida para lo que podía, Jon, que era el que conducía, había preferido no ir muy rápido ya que uno de los faros fallaba. A cada dos minutos se podía sentir como el coche temblaba por alguna piedra o pequeño bache, los amortiguadores eran viejos y fallaban constantemente. Las llantas tenían pinta de que se iban a salir en cualquier momento, y los neumáticos estaban ya desgastados y sucios, desde lejos parecían casi más grises que negros.
Mientras el motor del coche hacía chasquidos por el mal funcionamiento de este, Jon seguía pensando en el titular del periódico, "El Arena...". Otro bache. Jon hizo un ruido de queja sin abrir la boca y decidió seguir a lo suyo. Miró el reloj, eran la una y media de la mañana "¿Que estará haciendo este ahora?" pensó. Al cabo de unos cinco minutos, empezó a ponerse nervioso con los ruidos del propio coche y decidió encender la radio. Empezó a sonar un programa de radio nocturno, la señal iba medio mal, pero eso no importaba, cualquier cosa era mejor que los ruidos metálicos provenientes del coche.
-Y volviendo con las noticias, ¿Han oído de la nueva empresa de robótica que está poniendo en jaque a las multinacionales de este sector? -Dijo el presentador del programa.
-Pues no Carlos. Contestó un colaborador.
-Se trata de Aaronitronics, una compañía que se dedica al desarrollo de animatrónicos, a simple vista parece que no tiene nada de especial, pero resulta, que sus productos parecen interactuar de una manera mucho más autónoma con el público. ¡Es increíble lo que hemos conseguido para este 2013!
"Eso me suena de algo", pensó Jon, acto seguido hizo una pequeña carcajada.
La radio dejó de sonar de repente, un ruido parecido a una alarma empezó a sonar. Era el manos libres. Jon bajó la cabeza y miró el bolsillo de su pantalón, se veía como una luz salía por el móvil. Abajo se veían dos manchas de diferente color; verde y roja. No había duda, le llamaban.
Cogió la llamada.
- ¿Quién es? - Dijo con voz seca y seria.
-Yo también me alegro de oírte hermano. Dijo una voz aguda al otro lado.
Jon dejó salir aire a la vez que esbozaba una sonrisa.
-Hola Javier, ¿Por qué me llamas a estas horas? – Prosiguió.
-Quería saber que tal te iba por Zaragoza, sueles venir a casa solo en Navidad y cumpleaños.
-A la una de la mañana no suele ser buena idea hacer esas cosas, la verdad.
-Ya bueno... -Un silencio incomodo se apoderó de la llamada. - ¿Vas a hablar?
-Estoy liado intentando no estrellar el coche en el que voy. - Dijo Jon con un tono sarcástico.
- ¿Qué haces en un coche a estas horas?
-Resolver asuntos.
- ¿A dónde vas? - Dijo Javier con tono preocupado y sorprendido.
- Eso no importa ahora, es un poco personal. – Contestó Jon de manera rápida y cortante. Se notaba que Jon quería colgar en cualquier momento, pero la mala visión que tenía le impedía apartar la vista del volante.
-Bueno... Yo me voy a ir fuera del país un par de semanas.
- ¿Por?
-Es de la universidad, un programa de intercambio. -Hubo una pausa de un par de segundos. – Me voy a Inglaterra hasta el mes que viene.
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Our Little horror story
HorrorUna reunión después de mucho que acaba con un inesperado desenlace