DAFNE.
Esta chica es especialmente rara.
Lo digo por que siempre anda como en las nubes, en todo el camino a casa se la paso viendo la ventana del auto de mi tía Emilia, parecía una niña pequeña.
Pensar que ahora será como " mi hermana"
Solo por que la defendí en la hora de educación física no quiere decir del todo que ya seamos amigas, lo hice por que a mí tampoco se me hacía correcto hacer deportes con shorts, me parece totalmente vulgar y así no es como debería ser.
Al menos se que esto es circunstancial y al terminar las clases ella se irá de vuelta a su país o donde sea que venga.
Finalmente llegamos a mi casa, la tarde estaba cayendo y la brisa era suave, antes de llegar fuimos por las cosas de Kristal a casa de mi tía.
Nos bajamos del auto quedándonos justo al frente de mi casa. Justo ahí mi tía nos dijo:-¡Bueno chicas! Llegamos-nos sonríe antes de subir el vidrio,- ¡Dafne me saludas a tu padre!
Y se fue.
Me gire para ver a Kristal, quien estaba totalmente anonada con mi casa, no podía disimular.
-Bienvenida a mi casa.
-¿Aquí vives?-da un paso más cerca del portón,-Que bonita casa.
-¿Por que te sorprende tanto? Es una casa promedio.
-¡Es muy bonita!-sonrie,-Es tan diferente a mi pequeño pueblo.
-¿Es la primera vez que vienes a una ciudad?-alce una ceja.
-Si, la verdad nunca había salido de mi hogar.
Se nota.
Nos enteramos a la casa y solo en la puerta pude notar el olor a comida que había desde al cocina, imagíne que mamá estaba preparando algo para comer pero nada me sorprendió más al entrar que ver toda la casa super arreglada y un pequeño cartel en la cocina que decía " bienvenida"
Ya era prácticamente la hora de la cena.
Mi madre salió del pasillo con una gran sonrisa.
-¡Bienvenidas Chicas! ¡Pasen!-tenia puesto un vestido negro con estampado de flores, su largo cabello color café estaba atado en una trenza que caía por toda su columna, y su perfume golpeo mi nariz.
-¿Que es todo esto, madre?
-La bienvenida para nuestra nueva habitante.-sonrie y toma de la mano a la otra chica a mi lado,-Kristal, pasa esta es tu casa ahora.
Bufé y tomé las maletas para dejarlas en la sala.
-Bueno yo...
Mi madre la interrumpe,-Supe que vienes de Japón así que busque recetas para hacerte algo de comer,-se la llevo hasta la cocina,-¿Que te gusta? Prepare Sopa de Miso, Arroz frito y hasta Sushi.
-Oh, gracias Señora...
-Delia, me llamo Delia,-se presenta,-Mi esposo está en su trabajo y aún no ha regresado pero mañana puedes conocerlo.
-Genial gracias,-observo como se acerca recelosamente hacia la mesa,-Me gustaría comer Sushi, la verdad no consumo carnes.
-Ah, así que eres vegetariana.-dije, sentándome en el comedor.
-Si, en mi comunidad no acostumbramos a comer solo lo natural, tenemos mucho respeto por lo animales.
Mi madre la despertó la curiosidad.
-Cuentame, ¿Como era todo donde vivías?
-Bueno...-relamió sus labios,-Tranquilo, éramos una comunidad pequeña por años, crecí ahí aprendí a pescar, curación, meditación.
-¿Y tus padres?
Note que ella dudo un poco en responder.
Tecla débil, eh.
-Crecí con mi padre, el me enseñó todo lo que se,-dijo mientras comía un bocado,-Y en cuanto a madres, tengo muchas.
Mi madre y yo hicimos un gesto de confusión.
-Digo, las mujeres de nuestra comunidad, muchas de ellas cuidaban de mi.
Oh genial, la niña mimada.
Un segundo. Josh me llamaba así también.
Sacudí mi cabeza apartando ese pensamiento de mi cabeza, no puedo sonar como ese bravucón.
Luego de una larga charla durante la cena, mi madre me pidió que llevara a Kristal para conocer su nueva habitación, que es un cuarto de visitas que ya venía con la casa pero como somos nuevos aquí, no creo que tengamos visitas.
Abrí la puerta mostrándole a la chica su habitación nueva y ella entró contenta, dejando sus cosas sobre la cama. Cerré la puerta a mis espaldas y la encaré.
-Escuchame bien, Blancanieves.-me aproxime hacia ella señalandola, notando que me miraba atentamente,-No se quién eres, ni por que mis padres decidieron adoptarte sin avisarme. Pero te advierto que en esta casa hay reglas,-gestícule con mis manos-¿Entendido?
-Puedo adaptarme, no debes desconfiar de mi,-respondió tan tranquila que sentí una pizca de molestia.
-Eres una extranjera que viene de Japón, aún no te conozco como para confiar en ti.
Se levantó de la cama y se acercó hacia mi,-No te preocupes Dafne, se que esto es nuevo para ti. Solo soy una chica que ha venido a terminar su último año,-se cruzó de brazos,-Así que si te tranquiliza que me adapte a tus reglas, lo haré.
Eso sí que me tomo por sorpresa.
Pensé que me desafiaría o algo así.
Se sentó en la cama con una posición de " te estoy prestando atención". Así que sacudí mi cabeza y decidí explicarle todo a la nueva habitante de mi casa.
-Bien, empecemos con lo básico,-caminé por la habitación, enumeraba cada cosa con mis dedos,-Desayunamos a las 7 de la mañana, cenamos a las 7 de la noche, cuando te estés vistiendo mantén la puerta cerrada-remarque la palabra,-recuerda que hay un hombre en esta casa, no te metas con las plantas de mamá, toca la puerta siempre antes de entrar a una habitación, todos nos dormimos a las nueve de la noche así que si por alguna razón sales de noche debes estar aquí antes de esa hora.
-Continua, estoy ansiosa por saber el resto.
La mire con suspicacia-Debes saber que el reclamo que hice por el uso de shorts no fue precisamente por que no los usará en la escuela, si no por que desde niña me han enseñado a no salir con ellos así que si quieres sana convivencia, sigue la regla,-hice una pausa,-El espacio de estudio es un cuarto que está después de estas dos habitaciones, no nos gustan las visitas inesperadas así que si traeras a alguien, avisa primero y por cierto no toques mis cosas sin antes preguntarme,-le señale una puerta en su habitación,-ahí tienes tú propio baño con todo lo que necesitas, aquí no compartimos jabón ni nada por higiene así que si te acaba algún producto avisale a mamá. ¡Y no me puedo olvidar de los viernes! Verás, los viernes limpiamos la casa, no acostumbramos a salir.