CAPÍTULO 5: Camila y Chase

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CAPÍTULO 5

(Astrid)

Camila terminó de hablar y salimos lo antes que pudimos de allí para evitar futuros conflictos con la mencionada. Pero no corrimos lo suficiente.

- Rata - dijo con un tono falsamente amable.

Me di media vuelta y me la encontré acercándose con tres de sus amigas al lugar del pasillo donde me encontraba junto a Dylan. Alcé la vista cabizbaja aparentando intimidada por ella aunque en el fondo quería y podía cogerla de los pelos y estamparla contra la pared. Por si no os habéis dado cuenta, no nos llevamos muy bien.

- ¿Qué quieres Camila? - habló Dylan por mí.

- ¿Qué qué quiero? - dijo haciéndolo sonar obvio -. Quiero que dejéis vuestras frikadas afuera y no volváis a interrumpirme mientras estoy hablando ¿entendido?

Asentí levemente con la cabeza. En verdad tenía razón, había sido una falta de respeto, pero se equiparaba al mismo respeto que nos mostraba ella, es decir, ninguno. Por esta razón, no me reconcomía la conciencia. Me trataba fatal, y no se merecía mi respeto. 

- Ni que fueras la reina, solo le estaba comentando algo a Astrid, nada más, así que relájate ¿quieres?

- ¿Qué me relaje? Vuelve a hablarme así y te las tendrás que ver con mi hermano, ¿vale?

Dylan solo bufó rodando los ojos en respuesta. Camila se volvió a acercar a mí seguida de sus "amigas" y me miró con una ceja enarcada queriendo mostrar superioridad.

- Bonita ropa - comentó sonriendo falsamente -. Un toque muy...masculino.

Empezó a reírse haciendo que las demás también lo hicieran. Fue a pasar entre Dylan y yo para marcharse y, al hacerlo, me empujó fuertemente con su codo provocando que mi espalda chocara contra las taquillas detrás mía. 

- ¿Estás bien? - me preguntó mi amigo mientras mi mirada seguía puesta en Camila.

- Sí - dije recuperando la compostura.

- No me parece normal la forma en la que te trata. No entiendo qué tiene contra ti. Deberíamos hacer algo.

-  Déjalo, no merece la pena.

- Tienes razón. No la merece. El karma hará su trabajo.

Sonreí divertida ante su comentario.

- ¿En serio crees en esas cosas?

- Claro que sí. Algún día Camila será víctima de su propia moneda, y nosotros seremos espectadores de ese acto de justicia.

- Si tú lo dices.

Rápidamente se me borró la sonrisa al pensar en todas las veces que se había metido conmigo.Desde que tengo memoria había aprovechado cada oportunidad que se le presentaba para humillarme públicamente. No podía creer que el mundo fuera capaz de engendrar seres tan infantiles y malcriados como ella, algún día acabaría perdiendo los estribos. Esperaba que la paciencia me durara lo suficiente para aguantar lo que quedaba de instituto. 

- Venga vamos - me despertó de mis pensamientos Dylan a la vez que movía la cabeza en dirección a nuestras taquillas, las cuales, afortunadamente estaban muy cerca la una de la otra.

Anduvimos por el pasillo hasta llegar hasta ellas y seguidamente empezamos a sacar nuestros cuadernos. No los íbamos a necesitar, pero los profes siempre pedían que trajéramos uno aunque el primer día siempre acabáramos hablando sobre cómo iba a ser aquel trimestre y nada más.

- ¿Se puede saber qué te pasa? - oí una voz conocida para mí y para casi todo el instituto a mis espaldas, haciendo que me diera la vuelta para encontrarme con el propietario.

Doble Identidad (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora