No sé dónde estoy,
no sé adónde voy,
no sé ni quién soy,
ni de ser, cuál es mi razón.
A veces siento que no tengo perdón.
A veces siento que no tengo corazón.
A veces siento que he perdido la voz.
A veces siento que he perdido la razón.
Quisiera entender tantas cosas,
pero me hallo vagando en un más de incógnitas,
quisiera por un momento descansar y andar sin demora,
pero las prisas sin sentido me enamoran.
La filosofía es hermana de la pregunta,
hija de la duda,
y siempre se halla indómita.
Me pregunto porque será que su existencia
a mi alma atormenta
y al mismo tiempo acalora.
La ignorancia me ciega de vicios
pues me hallo fuera de quicio
cuando no hallo lo que me había prometido
lo que mi mente tanto añora.
Mi señora,
mi eterna compañera de huelga
en esta vacía existencia
que a mi pobre corazón consuela
y del resto de mi se apodera
mientras más pasan las horas,
más siento yo que vuelo
en este basurero
de ideas de usurero
de los vivos y los muertos
mendigando respuestas a tantos misterios
a los más ocultos
a los más discretos.
Mi cabeza se parte
mi corazón de parte
de nadie
en la contienta
que a mi mente tienta
en esta treta maestra
que ahora mismo conmigo juega.
En este confuso trabalenguas
espero usted me entienda,
Mi señor
mi consejero
maestro
y mentor.
Que me hallo perdida
sin ningún consuelo
en pleno desvelo.
Escribo lo que escribo
rimo lo que rimo
y si acaso es que puedo,
Lo cuestiono todo
pues esos son mis modos
aunque puedan causar algún revuelo.
Espero este juego de palabras
lo encontrara entretenido
mi estimado amigo
y que pase buenas noches
si yo es que así lo consigo
entre mis tantos delirios.
Ríase conmigo un momento.
No todos los poemas han de tener sentido
o eso a mi misma me digo
cuando simplemente escribo
lo que de momento siento.
Descanse usted
Buenas noches digo
y con eso termino
yo aquí mi menester.
