IV

52 5 0
                                    

Las puertas se abrieron de par en par, y la multitud entraba en grupos, llenos de murmullos y reverencias apresuradas para el príncipe; quién intentaba lucir neutral y calmado.

Miró a su nueva amiga a la distancia, Rivers le sonreía, intentando confortarlo.

La muchedumbre comenzó a rodear a Roier, casi en una especie de baile organizado, pues el encuentro entre ambos príncipes era el clímax del evento y nadie quería perderse ni el más mínimo pestañeo de aquel momento.

Casi podía leer sus rostros expectantes ¿Como sería su primera interacción? ¿Sería amor a primera vista? ¿Rechazo?

Entonces los vio entrar, uno tras  otro, comenzando con un hombre alto y rubio, mostraba elegancia con un gran porte, vistiendo un traje completamente café con botones dorados arrastrando una capa de lana en tonos dorados, él se sentía el rey del mundo y tal vez podría serlo; a unos centímetros detrás de él caminaba un joven, su traje contenia tonos azules y plateados, el cabello de un negro intenso atado en una coleta desordenada; aunque intentará lucir desaliñado no podría lograrlo, su elegancia y la gracia con la que caminaba hipnotizaba a cualquiera, además de poseer el mejor accesorio, una sonrisa enorme, brillante y encantadora.

Pero esto no le impresionó, para él, era un joven igualmente atado por su sangre, teniendo que lucir perfecto,siempre impecable, con el deber de ser el símbolo de una nación entera... eran tan similares y sin embargo Roier no podía reflejarse en él.

Todos los observaban y su padre que iba detrás de los invitados, le lanzó una mirada, incitando que avanzará e iniciará una conversación, pero a lo único que pudo llegar fue acercarse un centímetros más, aún temeroso e inseguro de fallar.

- Un placer conocerlo Príncipe Roier, la exquisitez de su reino no se compara con su belleza.

Su voz sonaba tan suave y pretenciosa como lo imaginó, pero siguió el protocolo sonriendo dulcemente copiando la reverencia del pelinegro.

- El placer es mío principe Quackity- levantó su mirada levemente, pero sus ojos no se centraron en él, si no en algo más, detrás del príncipe.

Un joven vestido con los mismos tonos que  Quackity pero en un  diseño más simple y discreto.

Su rostro le parecía conocido, tenía unos grandes ojos azules que combinan con su vestimenta, el cabello castaño  y un distintivo mechón blanco, imaginaba lo difícil que podía ser olvidar aquellos rasgos sin embargo, si lo conocía no podía recordar dónde y si no era así, le parecía extraño sonarle tan similar.

Sus miradas chocaron un fugaz instante, pero toda la gente seguía observando sus movimientos, así que se levantó con la máxima gracia olvidando el pequeño momento con el "desconocido" y le sonrió al príncipe y a su padre.

- Había escuchado mucho de usted majestad.
- Espero cosas chidas - Aquella última expresión casi en susurro lo tomó por sorpresa, pero Quackity sonreía  divertido.

Le parecía interesante su tono relajado, como una charla entre amigos y no como un momento con decenas de ojos mirándolos, eso sí le gusto a Roier.

- Por ahora no, pero las cosas cambian ¿A poco no? - El tono en su voz fue relajado, sintiéndose un poco más en confianza olvidando el protocolo.

- Espero que unos años arreglen ese terrible malentendido, tenemos mucho tiempo para cambiarlo mi prínceso.

La forma en que hablo sobre el tiempo le hizo sentir un escalofrío ¿Acaso él estaba de acuerdo con todo?

"Mi prínceso" "MI" "MI"

Aquel sustantivo de propiedad le causó náuseas, por un segundo creyó que sería diferente.

También te gustarán

          

Cualquier pisca de empatía se esfumó del cuerpo de Roier, era un joven listo, educado en muchas ciencias y artes, pero seguía siendo un adolescente, uno que se negaba a comprometerse tan joven, que quería cabalgar hasta el anochecer, estudiar las estrellas, pintar, cantar y bailar en su habitación, con sus amigos.

No quería ser el "esposo de", en un futuro sería rey, pero quería serlo bajo sus méritos y no por una alianza, no quería ser solo una pieza canjeable o como ahora Quackity lo había llamado, solamente ser "suyo".

De forma instintiva empezó a dar pasos hacia atrás, pero su padre que era más rápido y precavido, rodeo a la muchedumbre y se colocó tras su espalda, empujando, presionando.

- Parece que ambos príncipes se han entendido muy bien, ¿no lo cree Rubius?

- Apuesto que si Luzu, sin embargo desearía que ambos tengan más privacidad en algún momento.

Roier seguía empujando hacia atrás, quería correr y huir de ahí, para jamás regresar, incluso llegó un momento donde  su padre lo tomó por los hombros, apretando demasiado fuerte mientras él evitaba con todas sus fuerzas hacer un gesto de dolor.

Nadie lo había notado, ni siquiera el rey, o eso creía Roier hasta que dos miradas intensas se centraron en él, la del príncipe Quackity y su caballero de compañía con quién había cruzado miradas un poco antes; ambos lucían incómodos o incluso molestos

¿Quackity había entendido que no quería estar cerca de él? Tal vez, por qué su postura cambio a una más elegante y orgullosa, se había esfumado el ambiente relajado y alegre.

Sin embargo su padre seguía obligándolo a quedarse ahí.

- Por supuesto, mi hijo estará encantado de darle un recorrido al príncipe  ¿Verdad Roier?

- Claro - Eh hizo otra reverencia intentando zafarse del fuerte agarre- Pero ahora sí me disculpan, tengo asuntos pendientes que resolver antes de nuestras actividades.

- ¿Tiene que ser ahora hijo? Tenemos invitados

- Mis más sinceras disculpas, pero si padre, necesito arreglar un asunto con mi maestro de equitación y no pude resolverlo antes de su llegada.

- Espero sea liberar espacio este verano, lo necesitaras.

El tono en su voz, le daba a entender que aquel gesto le costaría caro, pero no le importaba, ahora solo quería huir.

Sin más se retiró, entre cuchicheos, dejando a Quackity y a su padre con la palabra en la boca.

                            *******

- ¿Pueden creer que me obligará a pasar el verano entero con él?

Roier se encontraba caminando de un lado a otro por el granero mientras Aldo y Mariana lo miraban divertidos.

- Pues es un carita, o eso escuche en la cocina, las chicas no dejan de hablar de él.

-Es insoportable ¿Me dijo, "Mi prínceso" ¿Que soy? Un pinche caballo para llamarlo suyo?

- Creo que estás exagerando, tienes mucho estrés acumulado.

- Tal vez era un halago wey

- Son unos pendejos...

- Ni siquiera le has dado el beneficio de la duda Roier - Aldo se acomodó entre la paja rasposa - Tienes que soportarlo, o si no, el verano será insufrible para ti y en conclusión el de nosotros también.

- Si mi padre me hace besarlo o algo por el estiló, juró que huyó y me mudo a un convento.

- ¿Te estás escuchado? Wey, solo te está pidiendo que pasees con él y le muestres TU reino.

- Se te olvida que también firmarán un papel... Un diminuto papel que sentencia mi vida.

- Y aquí vamos...

Que sus amigos no lo apoyaran le estaba sacando de quicio, ¿que tan difícil era darle la razón y decir que Quackity era un baboso?

Sin embargo entendía, había problemas más grandes que un compromiso y eso le hizo arrepentirse de sus quejas.

- Lo siento ¿Bien? Solo no quiero que esto me represente.

- Un paseo o un papel no te hace quien eres, ni lo hará.

Entendía el mensaje pero no podía comprenderlo del todo, al final, seguía siendo el príncipe Roier, comprometido o no, pero hubiera preferido que fuera elección suya, pues parecía que su futuro estaba atado a hilos que él no controlaba.

Sin embargo decidió seguir el consejo de sus amigos e intentarlo, ya no tenía nada que perder.

Se levantó sacudiéndose algo de paja y polvo, sus amigos hicieron lo mismo.

- Gracias cabrones, ahora si me disculpan tengo que hacerla de  guía de turistas

- Suerte con tu novio - Mariana lo despidió con un gesto de mano inocente, mientras Aldo fingía no reírse.

El ceño fruncido de Roier hablo por si sólo.

- O majestad, disculpad aquel atrevimiento - Ambos hicieron una reverencia.

- Cabrones - Y salió del granero, sin nada resuelto, solo sabía que no tenía opción.

Y que sería un Verano eterno...

                           *******

Estamos de vuelta y espero que cada Domingo se haga una pequeña actualización, no olviden votar y comentar.

-Jelly 🪷

Always be you {Guapoduo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora