martin cuando llega la hora de comer salimos del parque y entramos al primer restaurante que vemos —me está ardiendo el móvil que lo sepas –le enseño todos los mensajes que tengo en la pantalla de bloqueo– — pues yo no he mirado el mío, pero seguramente esté igual ¿y que? –sonríe feliz– — nada nada, pero que me ha respondido la historia todo el mundo de getxo, bea está dando volteretas y mi hermana me ha petado en whatsapp –rio– — nunca había subido una historia con un chico, ni siquiera a mejores amigos. esto para ellos debe ser fiesta nacional —me siento muy afortunado de ser el primero —cállate –aparto la cara hacia un lado– — quería hacerme el chulo y tú me saltas con esto, así no se puede –resoplo de broma– —si quieres la borro y se te borra a ti también eh –saca el móvil de su bolsillo– —NO –digo alto y se lo quito de la mano– se enciende la pantalla de bloqueo de tanto movimiento y me fijo en la foto que tiene de fondo —si hombre –digo flipando– —¿que pasa tonto? —¿está cara es legal? –se la enseño–
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—si, esa foto me gusta la verdad —anda y a mí, no te jode — pero igual la cambio ¿no es un poco egocéntrico tenerte a ti mismo de fondo de pantalla? –hace una mueca con la cara– — bueno, es que si yo tuviera esa cara, también me pondría una foto mía, no la cambies, sales increíble le devuelvo el móvil y lo guarda sonriendo nos toman nota y pedimos platos combinados
— oye, creo que debería hacer una cosa... –suspira– —casarte conmigo –suelto rápidamente– —¿que? —¿que? –repito– —imbécil –ríe– — me refiero a que debería empezar a buscar curro ya, tengo ahorros de verano que sí que voy haciendo cosas y mis padres me ayudan, pero me estoy quedando bajo mínimos y tampoco quiero depender de ellos — bueno, pues búscate lo que sea por la tarde y los findes, algo encontrarás seguro ¿que sueles hacer? —lo típico, camarero, mozo en almacenes y tal... — oye, me vas a mandar a la mierda, pero yo te lo digo, ¿y algo de cantar? –propongo– — ¿que dices martin? si yo canto solo en la ducha y en el coche, que no me subo yo un escenario ni nada de eso ni loco, que vergüenza por dios –niega rotundamente– — bueno, ¿y profesor particular de niños o algo? digo, a ti te gusta mucho hablar y explicar, seguro que te iría bien —uf, ni de coña, no soporto a los niños –resopla– —¿adolescentes de la ESO tampoco? —a ver, no sé... ya pensaré algo, vamos a cambiar de tema que me estoy agobiando –pide– — tranquila mi chico, alguna cosa te saldrá, yo te ayudo a buscar si quieres –me ofrezco calmándole–
comemos tranquilos entre tonteos constantes y un rato después salimos del restaurante tras pagar a medias empezamos pasear por los alrededores haciéndonos algún que otro selfie
—ya se donde podemos ir –digo tras estar un rato pensando– —¿a donde bonito? —al centro comercial que está a dos calles, hay una bolera y una pista de patinaje sobre hielo —bolos –asegura– —ni de coña, patinar –contradigo– —pues las dos, pero primero bolos —vaaaale –ruedo los ojos de coña y andamos hacia allí–
